Wilo Gayone, el artista de las jarras pingüino y de la vida en los deportes
Desarrolla una pintura en la que prevalecen los colores fuertes y las situaciones vinculadas a los deportes. También las jarras pingüino y las clásicas sillas playeras de mimbre están entre los objetos que interviene.
Nació como Guillermo, pero su hermano lo bautizó Wilo desde chico. Con experiencia en el dibujo, en el rubro textil y en la publicidad, Gayone empezó a pintar en 2015 y desde entonces “no paré más”, confiesa este artista marplatense, que también hizo cuatro años de la carrera de Arquitectura y vivió en Brasil y en Buenos Aires pero eligió Mar del Plata como “su lugar en el mundo”.
“Me estoy dando cuenta de que me gusta contar historias y mi manera de hacerlo es con el dibujo y con la pintura, como si fuera una pequeña historia o un pequeño cuento”, dijo a LA CAPITAL.
Dueño de un estilo en el que aparecen los colores vibrantes y plenos, con una imagen figurativa que atraviesa momentos de ingenuidad que él llama “naif”, Wilo retrata “situaciones de gente, de vida”.
Esta obra la tituló “No es necesario ir al Maracaná para ver buen fútbol”.
“Y una de las maneras donde se ve a la gente interactuar es a través de los deportes, sobre todo de aquellos que se hacen en Mar del Plata: el surf, el rugby, el fútbol”, dijo.
Así, las tablas de surf en la playa, un automóvil que traslada esas mismas tablas, las canchas de fútbol y de rugby, en partidos donde siempre aparece “gente chiquita” que juega o que observa suelen ser las escenas que protagonizan su obra y que empatizan con su público.
Su vínculo con el deporte viene a raíz de ser entrenador de las categorías inferiores de rugby, incluso colabora con el Club Universitarios, entidad a la que le regaló un cuadro con motivo de cumplir sesenta años de actividad. “La idea es transmitir optimismo en la pinturta, desde los colores que uso a las situaciones de la gente que pinto”, confirmó.
Entre sus ventas más exitosas, se encuentra la compra que el ex futbolista brasileño Wilson Egidio hizo de uno de sus cuadros. Egidio lidera The Wilson Favela Proyect, una fundación con la que ayuda a la infancia que habita en las favelas de San Salvador de Bahía. Y en estos días expone en el restaurante del Yacht Club Argentino, ubicado en Playa Grande.
Otra línea de trabajo de Wilo es la que tiene que ver con rescatar la identidad argentina y marplatense, respectivamente.
Una de sus clásicas jarras pingüino.
Pinta las famosas jarras pingüino que se utilizan para vino y lo hace siempre con su paleta de colores fuertes. Sabe que se trata de un objeto “bien argentino” que convoca a los turistas del mundo. Holanda y Marbella fueron dos de los destinos a los que viajaron estas piezas, que siempre están numeradas y se convierten así en únicas. “Pinté más de mil”, agregó el creador.
El otro elemento que también despierta su interés es la clásica silla de playa, de mimbre, que en temporadas de antaño era clave en los balnearios de Mar del Plata.
“Los balnearios tendrían que preservarlas, hacer algún tipo de concurso, antes estaban en todas las playas de Mar del Plata, como sucede con las cabinas rojas de teléfono que hay en Londres, se usan para otra cosa pero están, intactas, tenemos que darle un valor poético a esas sillas“, opinó y recordó que llegó a pintar e intervenir creativamente una de ellas. Esa defensa de la tradicional silla playera la llama su “cruzada”.