El actor y artista de circo Nacho Rey y el director de Tandil Javier Lester Abálsamo crearon el espectáculo “El naides”, centrado en Tito, un personaje invisible en situación de calle y oriundo del campo. El unipersonal destinado a todo público volverá a escena este sábado y domingo a las 19 en El Galpón de las Artes (Jujuy 2755), con entradas a la gorra. “El Naides nació principalmente en pandemia, con la idea de generar una distancia con el público -recordó Rey-. Está inspirado en esos seres invisibles que van por la vida y que pasan desapercibidos para la mirada de las mayorías“.

Con la intención de “generar un vínculo con la gente”, Rey se mete en la piel del vagabundo, uno de los tantos que pueblan los grandes centros urbanos y que, a veces, provocan rechazo o prejuicios de parte de los transeúntes.

“A través de los recorridos y las vivencias de este personaje, mi intención es hacer visible esos mundos. Muchas veces el adulto tiene una carga cultural y social y cuando ve a una persona de la calle agarra de la mano al niño o a la niña, como marcando una diferencia”, describió en una charla con LA CAPITAL.

Rey, quien es un reconocido artista circense, integra el colectivo Hazmereir, el elenco de la obra “Barlovento” y trabaja en festivales callejeros y circos de Europa, reconoció que a los adultos les cuesta un poco más empatizar con este personaje. No así a las infancias, que se sienten atraídas desde el arranque.

“Las infancias conectan antes, desde un comienzo”, indicó. “El Naides tiene una identidad campestre muy fuerte, trae una cosa campechana del interior, no sabe muy bien cómo llegó a la urbe porque viene del campo”, dijo sobre su creación.

Y relató que esa decisión obedeció a sus propios gustos. “Personalmente me une mucho el interior, el folklore y la cultura popular argentina. Tito es muy criollo”, dijo y se mostró convencido sobre la necesidad de difundir la identidad argentina puertas para afuera, en el mundo, y puertas para adentro, en los escenarios nacionales por los que anda con su arte.

De esa visión cosmopolita que formó a partir de trabajar en Europa y hasta en la ex Birmania junto a su compañera, la payasa Muruya, Rey conecta a su Tito con personas que viven en plazas de cualquier parte del mundo. “Imaginate que llegás a un pueblo, a una plaza y lo primero que te encontrás son personas en situación de calle, los locos, la gente boyando, yo me quedo charlando y escuchando sus historias, algunas bellas, otras muy duras”.

Esa sensibilidad que el actor tiene con las personas vulnerables también busca tener su correlato en este espectáculo. Detrás de la historia que cuenta con humor en cada una de las escenas, Rey quiere “generar una reflexión, invitar a pensar“, indicó.

Sobre “ciertos prejuicios, temores, cierta discriminación” hacia estos seres invisibles, para “descubrir mundos interesantes, algunos duros, algunos de libertad, es gente que anda con poco bagaje para ser feliz”.

En ese sentido, dijo que un artista de circo guarda similitudes con un vagabundo. “En lo nómade, en eso de andar con poco equipaje para movilizarte, apenas con una mochila”.

Rey está a punto de iniciar una gira de tres meses por Europa. Junto a su familia irá por Hungría, Alemania, Dinamarca, Italia, Austria y otros países, en lo que constituye parte de su rutina de todos los años.

Sus primeros pasos como artista fue en el Circo Criollo en Buenos Aires. Ya recorrió decenas de países presentando sus espectáculos circenses, donde combina el humor, la ternura y una admirable destreza física.