Uno de los jóvenes que en 2019 fueron incriminados en el crimen de Lucas Miracco (17), y que por ser entonces menor de edad quedó libre, volvió a ser detenido ahora por balear a dos hombres de 28 y 30 años el pasado 15 de septiembre cuando caminaban en la zona sur de la ciudad.

Se trata de Nicolás Ezequiel Urbistondo Rada, quien según el fiscal Alejandro Pellegrinelli le disparó a las víctimas en Gutenberg y Lanzilota, tras una discusión. El sospechoso fue atrapado durante un allanamiento que realizó el personal policial de la comisaría quinta, después de que se reuniera una importante cantidad de pruebas que lo sindican como el autor del hecho.

El caso que tiene a su cargo Pellegrinelli se registró cerca de las 5 de la madrugada cuando los hombres -que son cuñados- se encontraban en el cruce de las calles mencionadas y una pareja compuesta los abordó desde una motocicleta. Por motivos que no trascendieron, se inició entonces una confrontación entre el conductor del rodado y uno de los caminantes.

En ese marco, intercedió en defensa de éste último su familiar y entonces el joven que para el fiscal Pellegrinelli era Urbistondo extrajo un arma de fuego y comenzó a efectuar detonaciones. Tres de los balazos impactaron en el menor de los hombres, que sufrió dos heridas entre el muslo y la ingle, con fractura expuesta, y otra en el empeine izquierdo, además de un traumatismo de cráneo. Su pariente, en tanto, recibió dos disparos en el muslo derecho y en la pierna izquierda.

Después del ataque, la pareja a bordo de la motocicleta escapó y las víctimas fueron hospitalizadas. Por el hecho se inició una investigación que derivó en la identificación de Urbistondo como el conductor de la motocicleta marca Gilera de baja cilindrada desde la cual se efectuaron las detonaciones.

En ese contexto, Pellegrinelli solicitó una orden de allanamiento a la vivienda del acusado, que la Justicia de Garantías concedió este miércoles. Personal de la comisaría quinta, junto a los efectivos del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) consumó el operativo en el barrio Nuevo Golf.

Además de detener al principal sospechoso, dentro de la vivienda se secuestró un arma de fuego calibre 22 con ocho municiones, una motocicleta Gilera de color rojo y blanco que sería la misma que conducía al momento del ataque, y tres teléfonos celulares. Luego de ello, Urbistondo quedó alojado en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, debido a que en la actualidad ya cumplió la mayoría de edad.

Además de haber estado incriminado en el crimen de Lucas Miracco, ocurrido hace casi tres años, Urbistondo ha tenido conflictos con la ley penal por delitos como “abuso de arma”, “lesiones graves”, “encubrimiento” y “portación ilegal de arma de guerra”.

Vale recordar que el homicidio de Miracco se produjo en horas de la madrugada del lunes 7 de octubre de 2019 en el cruce de Cerrito y Nápoles, cuando cinco delincuentes asaltaron a un amigo suyo y él los persiguió luego de que le robaran una motocicleta.

Miracco fue internado en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde permaneció hasta el viernes 11, cuando finalmente falleció producto de las graves lesiones que había sufrido.

Luego de que los sospechosos fueran identificados y se supiera que se trataba de menores, el fiscal Fernando Castro derivó la causa al Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil y la tomó su par, Marcelo Yáñez Urrutia.

En la investigación, el fiscal Yáñez Urrutia confirmó la identificación de cinco jóvenes que habrían participado de diferente manera en el asesinato de Lucas Miracco. Con la prueba recolectada, solicitó a la Justicia de Garantías las respectivas órdenes de detención.

De esta manera, fueron aprehendidos los dos adolescentes de 16 y 17 años, y luego otros tres jóvenes más. Al morir Miracco, el fiscal imputó a los detenidos por el delito de “homicidio criminis causa”, ya que entendió que el crimen ocurrió para ocultar otro delito -el robo de la motocicleta- y porque, además, los sospechosos conocían a la víctima.

Los acusados quedaron alojados en el Centro de Recepción de Menores de Batán. En el caso de Urbistondo, que era uno de ellos, no se pudo probar participación en el crimen y fue liberado tiempo después.