“Nos gusta hacer esta obra en la que la gente se divierte, pero que también toca la fibra de la emoción” dice la actriz Viviana Puerta, quien este año hace nuevamente temporada en Mar del Plata, con el personaje de Grace, en la comedia Extra Virgen.

Como el año pasado en Un enemigo del pueblo, comparte el escenario del Teatro Provincial con Juan Leyrado, Lisandro Fiks (director) y Romina Fernandes, equipo al que en esta oportunidad se incorporaron Julián Pucheta y Darío Dukáh. La obra cuenta la historia de una familia. Pascual Del Vecchio, un hombre apacible, quien siguiendo la tradición familiar, dedica su vida a lo que ama, los olivos y la producción de aceite de oliva de altísima calidad. Un día, un golpe emocional le provocó un colapso que lo dejó en coma un tiempo. Cuando despertó se sentía poderoso, fuerte, y de pronto, tenía carácter. Los vínculos familiares se modificaron, la vida entera se modificó menos su amor por su aceite de oliva. Las cosas comenzaron a hacerse como él quería. Ese cambio aportó paz a su mundo… hasta que uno de sus hijos vuelve a casa.

También como el año pasado, Puerta compone a una mujer, con la que siente que no tiene nada que ver, pero a la que “comprendo. Tiene sus razones”.

En una charla con LA CAPITAL, a pocas semanas de la despedida de la obra de Mar del Plata -la última función será el domingo primero de enero- Puerta valoró el texto escrito por Leyrado y Fiks, señalando que “no todos los días tenemos experiencias, sobrenaturales, extraordinarias”. Y en ese sentido analizó que la clave de la comedia está en la cercanía que la historia genera con el público. “Los conflictos que atraviesan son naturales, peleas, distanciamientos, mandatos” y que “los personajes de esta familia son muy humanos y se equivocan, como todos”.

Clave de Sol, Regalo del cielo, La banda del Golden Rocket, Montaña Rusa, Uno más uno, son solo algunos de los ciclos televisivos en los que participó, antes del recordado personaje de Gaby Morán en Chiquititas.

Además de una extensa trayectoria en teatro, también ha trabajado en Verano del 98, Los médicos, Como vos y yo, Resistiré, El tiempo no para, Amo de casa, Socias, Un año para recordar, Mujeres de nadie y Los únicos, entre otros, además de haber grabado dos películas: Historias mínimas y Fuego gris.

Además es cantante -ha realizado ciclos de tango y música italiana- y ha incursionado en la dirección de Microteatro, un formato que se está afianzando en Argentina y que, consideró una experiencia por la que “deberíamos pasar todos los actores. Ninguna escuela te da el entrenamiento de ese formato”.

– ¿Qué repercusión están teniendo del público, de las devoluciones de Extra Virgen?
– Es una devolución muy amorosa y muy conmovida de la gente que viene a ver la obra que es familiar, emotiva, poética y tiene mucha comedia. Y lo que nosotros vemos, no solo a la salida, sino cuando estando arriba del escenario a veces podemos pispear un poco en la primera fila, es gente muy emocionada, por la ternura que tiene la obra y, sobre todo en el final, que genera empatía y emoción.
Es muy lindo, está bueno cuando ves a la gente que se divierte, pero que también toca una fibra de la emoción que hace que el espectáculo sea completo.
La obra la escribieron Juan -Leyrado- y Lisandro -Fiks- en base a la experiencia, a lo que cada uno fue vivenciando no desde lo personal, sino de la vida misma.

– Desde ese punto de vista, genera identificación en la gente…
– Tiene que ver con las cosas que pasan en la vida, no todos los días uno tiene experiencias increíbles, maravillosas o sobrenaturales. Las peleas son naturales, hay distanciamientos, reencuentros, están estas cosas del mandato, la herencia… es una familia italiana con una cultura, una tradición que cualquiera de quienes descendemos de una familia italiana o española sabemos lo que eso significa. Habla un lenguaje que llega al corazón y hacemos un lindo trabajo arriba del escenario.

– Hay un trabajo del tema de los mandatos y cómo afecta a los personajes.
– El personaje de Pascual, lo que le pasa, su mandato, afecta y determina lo que le pasa a toda la familia. Es una persona apacible, amorosa, le pasa algo y se recupera con otra personalidad, con lo que se suponía su deber ser. La situación pasa por la comedia y por cómo uno de sus hijos recibe el mandato y otro, para cortarlo, se va.

– Está dolido, hace lo que siente, se equivoca…
– Uno hace lo que puede, nadie sabe cómo vivir, estás aprendiendo cada día a través de lo que te va pasando y es ensayo y error.
Lo que tratamos de transmitir son los errores humanos que tienen estos personajes, todos nos equivocamos. Lo que pasa con estos personajes es que son reales y se equivocan y reconocen que se equivocan. Y ahí está la clave que hace al texto tan humano y a cada uno le sienta, le toca, empatiza en un punto diferente.

Viviana Puerta en escena, junto a Julián Pucheta y Darío Dukáh.

– En el caso de tu personaje, antes de ingresar y cuando aparece, es en puntos de inflexión de la historia.
– Es un personaje que no se parece a nadie. Lo trabajamos mucho en los ensayos y fue un descubrimiento, porque había que mostrar que se equivocó pero no crucificarla, que quiere pedir perdón y tuvo sus razones. Hay sinceridad en su perdón y más allá de que es un personaje pintoresco, que tiene una forma de vestir y se pone todo encima y se cuida, se puso coqueta, sabe que se equivocó, pero el marido no la veía, estaba solo para sus olivares y su finca y descuidó el matrimonio, y es una mujer que no se iba a quedar replegada en su sombra, tenía otras inquietudes para su propia vida.
Es muy real su irrupción, lo decimos en tono de comedia, de una forma graciosa, pero estamos siendo honestos como personajes con lo que decimos. La entiendo a esta mujer, no es muy distante a muchas historias, mujeres que ya tienen sus hijos grandes, con todo por hacer, proyectos, inquietudes y si el hombre no acompaña como en el caso de Grace, era válido hacer lo que sentía. No lo hizo de la mejor manera, pero sus motivaciones fueron genuinas.

– Además de actuar, estudiaste canto y has hecho ciclos. ¿Qué significa cantar para vos?

– Cantar para mí es terapéutico, me gusta de verdad y lo comparto de manera privada. Cuando lo hago estoy muy abocada a eso, pero no de forma laboral.

– ¿Y por qué en italiano?
– Tengo la cultura italiana en la sangre. Mi mamá es italiana, conozco muchísimas canciones, me suenan natural. Cada tanto se me ocurre armar algo cantando, cuando el tiempo me lo permite y cuando uno se anima a cantar, en otro idioma sobre todo, lo importante es entender lo que estás cantando, para poder interpretarlo. Cuando elijo un repertorio elijo canciones que me provoquen emoción, que me hagan sentir y las canciones italianas me linkean a un montón de cosas de mi vida, de mi infancia, de la familia, lugares, olores, momentos de la vida.

– Además has incursionado en microteatro, un formato que se está imponiendo.
– Fui una de las primeras que hice microteatro, que se inauguró en agosto de 2016. Son obras que duran un mes.
Actué en dos y dirigí dos. La experiencia de microteatro es fantástica, creo que todos los actores tendríamos que pasar por microteatro porque te da un entrenamiento que no se enseña en ninguna escuela, además de la cercanía con el público.

Es otro formato, contar una historia en 15 minutos, una historia que empiece que desarrolle un conflicto y que tenga una resolución, con pocos personajes, pocos elementos, con una cercanía extrema del público, sin telón, muy minimalista. Es un fenómeno mundial, empezó en España en una zona muy marginal, muy alternativo, tuvo muchísimo éxito con boca a boca y hoy la marca Microteatro está en muchísimos países, es un éxito total y muchos actores reconocidos se animan a hacer o a dirigir.

Hay que tener mucho poder de síntesis, ser muy buenos actores, tener alto poder de concentración, ritmo, precisión, no improvisar porque tiene que ser exacto. La experiencia me resultó muy interesante y siempre lo recomiendo.

– Es como una vuelta a lo primitivo, despojado.
– Es el más puro teatro. Hice y vi mucho y hay que usar mucho la imaginación en una época en la que estamos acostumbrados a las megaproducciones, en las que tenés todo muy servido. Acá, todo funciona a partir de la actuación.