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Policiales 5 de octubre de 2018

Violento delincuente fue declarado inimputable por sus adicciones

Jorge Pacheco (35) fue obligado por el juez Pablo Viñas a realizar un tratamiento en el pabellón psiquiátrico de la Unidad Penal 18 de Gorina. Estaba imputado por diferentes robos, amenazas y había tenido "inumerables" conflictos durante su detención.

Un juez del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 declaró inimputable a un violento delincuente que era juzgado por una serie de robos a mano armada y amenazas por su “adicción compulsiva” a las drogas y su “moderado” retraso mental.

Sin embargo, el juez Pablo Viñas resolvió que no quedara en libertad ya que conlleva un peligro para sí mismo como para terceros y resolvió que hiciera un tratamiento en un lugar cerrado.

La medida recae sobre Jorge Pacheco (35), quien estaba imputado por dos robos a mano armada a estaciones de servicios de la ciudad y por haber amenazado de muerte a su primo hermano.

Para el juez Viñas, basado en los informes de peritos psiquiátricos y psicólogos que dieron testimonio durante el juicio, Pacheco es inimputable y debe tomarse como medida de seguridad por su peligrosidad para sí o para terceros su internación terapéutica en una institución pública cerrada conforme a su patología dual”.

Esa institución pública cerrada será el pabellón psiquiátrico de la Unidad Penal 18 de Gorina en donde existe tratamiento para pacientes con patología dual.

En la resolución, Viñas exige al Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires que envie copias certificadas de los protocolos médicos existentes, como así listado de medicamentos y dosis diarias que se le suministrá a Pacheco.

La vida de Pacheco estuvo signada desde siempre por las adicciones, la violencia y la delincuencia. Un ciclo vicioso que ocupaba toda su existencia.

Durante el juicio, los hechos que se ventilaron ocurrieron en 2016, cuando Pacheco, en busca de conseguir dinero, fue hasta la casa de su primo hermano y, amenazándolo con matar a “un inquilino del lugar” le exigió que llamara a un remís. El primo del imputado accedió y Pacheco tomó el remís y se fue hasta una estación de servicio de Colón y Olazabal a la que asaltó para conseguir dinero en efectivo y cigarrillos.

El otro hecho que se juzgó ocurrió en la madrugada del 2 de febrero de ese mismo año, cuando Pacheco ingresó a la estación de servicios de Juan B. Justo y Champagnat y, tras amenazar al vendedor con una supuesta arma de fuego que tenía entre sus prendas, se hizo con la recaudación del lugar y con atados de cigarrillos.

Para el fiscal Guillermo Nicora, si bien Pacheco “comprende la criminalidad de los actos, no puede dirigir voluntariamente sus acciones”.

Los especialistas en psiquiatría que hablaron durante el juicio dijeron que Pacheco tiene una adicción compulsiva y a la vez es “un débil mental moderado, vale decir un paciente dual”.

Los profesionales no recomendaron la internación en la Unidad Penal 34, ya que consideraron que se tiene que utilizar “en casos de intentos de suicidio por parte del interno, pero no para casos como el de Pacheco. Existe en ella pacientes psicóticos cuya patología es mucho más seria que la que padece Pacheco y conducirlo allí no ayudaría en nada a su recuperación”.

“Considero que Pacheco no se encuentra en condiciones de vivir en sociedad, su accionar constituye un peligro cierto no solamente para terceros, sino para sí también”, expresó el juez Viñas en la sentencia y agregó: “En estos tiempos de inseguridad donde la sociedad a diario manifiesta su hastío por la resolución de los conflictos o por la falta de autoridades policiales en las calles, se observa en las calles o barrios como los vecinos arreglan sus aflicciones ajusticiando a quienes los agreden antes que la justicia actué. Cada vez las víctimas se proveen de armas y de mayores medios mecánicos predispuestos para paliar las falencias de seguridad y defender lo que el Estado no puede hacer. Pacheco por su seguridad y por la de terceras personas necesita estar institucionalizado y en un lugar en donde no pueda interrumpir su tratamiento”.
Ante esta situación, y apoyado en los informes de los expertos psicólogos y psiquiátras, es que el juez Viñas declaró inimputable a Pacheco, pero lo obligó a cumplir con un tratamiento en una institución cerrada.

“Esta medida de seguridad que hoy se impone lo es como recurso terapéutico excepcional por haber fracasado los abordajes terapéuticos ambulatorios y habiendo escuchado a los equipos de salud quienes han determinado la peligrosidad para sí o para terceros”, concluyó el juez.

Críticas al fiscal

El juez Viñas criticó la actuación del fiscal Nicora por no haber llevado a declarar durante el juicio a policías que hubiesen participado del arresto de Pacheco “en aras de poder determinar la efectiva capacidad de autodeterminación al momentos de los hechos”.

“Hubiesen sido absolutamente enriquecedores para poder valorarlos en forma conglobada con lo que manifestaron los profesionales de la salud, quienes sí vinieron al juicio y sostuvieron la incapacidad de Pacheco para dirigir sus acciones”, consideró el magistrado.

“Un interrogatorio amplio y abierto a los funcionarios que mantuvieron contacto inmediato con Pacheco en los dos procedimientos donde oportunamente fue detenido nos hubiese brindado un panorama mucho más clarificador acerca del verdadero estado psicofísico en que se encontraba”, concluyó el juez Viñas.