Vinculan un hotel de la familia Grondona en Ushuaia con el Fifagate
Una denuncia sugiere que puede estar presuntamente ligado a maniobras de lavado de dinero. Los dueños recibieron un "préstamo" del "supuesto testaferro" de Joseph Blatter.
por Gabriel Ramonet
USHUAIA.- Una denuncia judicial radicada en Ushuaia por un empresario turístico vinculado al fallecido presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Humberto Grondona, sugiere que el Fueguino Hotel, un establecimiento de 4 estrellas ubicado en la capital provincial, puede estar presuntamente ligado a maniobras de lavado de dinero.
El hotel próximo a la costa del Canal Beagle es propiedad de la empresa Limay SA, de la que forman parte Julio Ricardo Grondona (hijo del ex mandamás de la AFA y presidente del club Arsenal de Sarandí); Genaro Aversa, cuñado de Grondona (y tesorero de Arsenal); el empresario Roberto Petti, hombre cercano a la familia y dueño de la agencia de viajes Rotamund; y su hijo Guillermo Petti.
Así lo pudo reconstruir Télam en base a documentos judiciales y a una investigación propia.
El desencadenante que desnudó la trama de lavado y su presunta relación con el negocio del fútbol surgió de un expediente judicial tramitado en Ushuaia a partir del año 2012, luego de que Guillermo Petti presentara una denuncia penal en la que manifestó haber sido defraudado por los restantes socios de Limay, incluido su propio padre.
Según surge de la causa Nº 27495, que tramita todavía en el Juzgado de Instrucción de Primera Nominación de la capital fueguina, a cargo del juez Javier de Gamas Soler, Petti (hijo) denunció una serie de maniobras consistentes en haber obtenido sumas millonarias provenientes de créditos tramitados por la sociedad, y en lugar de aplicarlos al hotel, haberlos “desviado hacia terceros desconocidos”, perjudicando -así- su participación en el negocio.
Lo que Petti (h) sostiene es que, de esta forma, su padre, Grondona y Aversa no sólo lo habrían defraudado patrimonialmente, sino que se habrían realizado movimientos económicos sospechosos, lo que ya dio lugar a que la justicia fueguina enviara copia de las actuaciones a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), que interviene en el caso desde junio de 2016.
La PROCELAC se interesó especialmente en uno de los hechos denunciados por Petti, que consiste en un contrato firmado por Limay SA y “Aparicio Enrique Byrom”, con domicilio en el Reino Unido, el 12 de noviembre de 2010, por el que el hotel recibió un préstamo de 900 mil dólares.
Según Petti, ese crédito no tuvo ninguna causa aparente y “no fue decidido por los órganos societarios correspondientes”, además de que no se sabe para qué se utilizó y “a la fecha sigue figurando en el pasivo societario como una demostración más de la conducta fraudulenta de los imputados que han utilizado al hotel para realizar operaciones en su propio beneficio y en perjuicio del capital social”, asevera la denuncia a la que accedió esta agencia.
Sin embargo, Aversa se presentó en la causa y brindó una explicación sobre este préstamo: dijo que Limay había adquirido un crédito en 2005 con la firma Merrill Lynch, que se utilizó “en su totalidad para la construcción y puesta en funcionamiento del hotel fueguino”.
Y agregó que a fines de 2009 Limay “tuvo un contacto con el Sr. Enrique Byron (sic) quien nos ofreció un préstamo de 900 mil dólares a una tasa mucho más beneficiosa (…) por eso firmamos el mutuo con el que se canceló el crédito de Merrill Lynch”, asegura el descargo.
Aparicio Enrique Byrom, según publicó Infobae el 4 de diciembre de 2015 con fuente en papers secretos de la investigación del Fifagate, figura en la lista de “posibles testaferros” de Joseph Blatter, el ex presidente de la máxima entidad mundial ligada al fútbol.
Byrom, a través de la empresa Byrom Plc que comparte con su hermano Jaime (ambos mexicanos) maneja operaciones de hotelería con la FIFA y se los vincula a la compañía Match Hospitality AG, también relacionada con la venta de entradas preferenciales en los mundiales de fútbol.
Según el periodista escocés Andrew Jennings, autor del libro “La caída del imperio” sobre la corrupción en la FIFA, “existieron tres diferentes contratos entre los Byrom y la FIFA”, por ejemplo, durante el Mundial 2014 en Brasil.
“Uno es para las 3 millones de entradas para todos los partidos que van a jugarse en Brasil en los próximos meses. Esas entradas son para personas como usted o yo que nos quedamos en las tribunas de concreto gritando e hinchando por los equipos. Otro es para el alojamiento, porque nosotros, extranjeros, y ustedes, brasileños de otras ciudades, todos necesitamos un lugar donde quedarnos. Entonces los Byrom reservan una gran cantidad de cuartos, cerca de la Copa del Mundo, se dan cuenta que no venderán todos y comienzan a librarse de ellos. Lo tercero es Match Hospitality, de la cual los Byrom son accionistas mayoritarios”, contestó Jennings en una entrevista con la periodista brasileña Giulia Afiune.
Y agregó que “Match es responsable de la hospitalidad, que son aquellos grandes y caros camarotes de vidrio en los estadios (…) La hospitalidad es un buen traslado hacia el estadio, mucho espacio, comida y bebida”, dijo.
Guillermo Petti sostuvo ante la Justicia de Ushuaia que los vínculos entre los propietarios del hotel fueguino y el negocio del fútbol están por todos lados.
Además de que Julio Ricardo Grondona es el presidente de Arsenal, y su cuñado Aversa es el tesorero, el escribano Federico Aldo Di Pace es vocal de la comisión directiva del club.
De acuerdo a la denuncia, Di Pace y su esposa, también escribana, Susana Margarita Maccario, habrían certificado actas “falsas” de directorio de Limay SA que posibilitaron la obtención de créditos en favor del hotel por $3.450.000 en el Banco de Tierra del Fuego, en un caso, y de más de $3 millones en sucesivas autorizaciones de giros en descubierto.
Por esta imputación, tanto los socios (Grondona, Aversa y Petti padre) como los escribanos fueron llamados a prestar declaración indagatoria, y todos (menos Petti) ya se presentaron.
La causa también describe el mecanismo que se habría utilizado para retirar de la sociedad hotelera el dinero proveniente de los préstamos, en algunos casos con retiros en efectivo, pero en otros a través del libramiento de cheques o presentación de facturas por “servicios injustificados” o pertenecientes a empresas relacionadas con otras causas de corrupción y lavado en el país.
Por ejemplo, en la contabilidad del Hotel Fueguino figura una factura de $1.795.000 con la empresa Coninser SRL por la compra de “equipamiento de gimnasio y salón de usos múltiples”, cuando esa firma “no se dedica a la provisión de ese tipo de insumos”, afirma el denunciante.
En relación a los cheques, los hay librados a nombre de la “Asociación Mutual Panaderos Unidos del Tercer Milenio”, involucrada en una estafa al Ministerio de Economía por $54 millones en 2007, y en la causa denominada “mafia de los medicamentos”, siempre como “cueva financiera” donde se cambiaban cheques de personas que no querían depositarlos en sus cuentas bancarias.
En esa misma línea, Limay libró cheques para “Agropecuaria Monte León SA”, relacionada a la causa “Sueños Compartidos” donde están imputados los hermanos Schoklender, “Cerealera Azul SA” y “Pago Rural SA”, entre otras.
Aversa, mano derecha de Grondona (h) y presidente de Limay SA es el mismo que según el banquero Jorge Arzuaga, que se declaró culpable ante la Justicia de Estados Unidos por haber desviado 25 millones de dólares en sobornos, indicó como uno de los titulares de dos de las cuentas bancarias adonde fue a parar el dinero ilícito del fútbol, según publicó La Nación el 17 de junio de este año.
Los antecedentes de la causa judicial de Ushuaia fueron remitidos, además de a la PROCELAC, al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº1 a cargo de la jueza María Servini, al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº4, a cargo del juez Ariel Lijo y al Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nº9, a cargo del juez Javier López Biscayart.
Los organismos judiciales serán los encargados de investigar si el Hotel Fueguino resulta o no otro apéndice de la red de lavado y corrupción nacional e internacional que salpica al mundo del fútbol.
Télam.