Video: falsas orcas encallaron frente a la costa de Ushuaia
Los cetáceos quedaron varados por la intensidad del viento. Un acontecimiento similar ocurrió 76 años atrás en Mar del Plata.
Un grupo de “falsas orcas” encalló frente a la costa de Ushuaia y fueron asistidas por un grupo de personas que se encontraban en el lugar.
Los cetáceos ingresaron a la bahía de Ushuaia donde quedaron varados por la intensidad del viento que llegó a 120 kilómetros, según informó el medio local JCA Noticias y agregó que “una generosa comunidad voluntaria local ayudó y logró que regresen a aguas abiertas luego de varias horas de trabajo”.
“Hace dos mil quinientos años escribía Aristóteles sobre estos increíbles seres del mar y describía su inteligencia parecida a la de los humanos. Hoy los estudios científicos lo han demostrado y el vínculo entre los seres humanos y los cetáceos sigue siendo un universo enorme por descubrir”, sumó el portal en sus redes sociales.
Caso similar en Mar del Plata
Un acontecimiento sin precedentes en su género, un fenómeno zoológico de características únicas, lo constituyó un asombroso arribo a las playas de Mar del Plata, en la tarde del 10 de octubre de 1946, un elevado número de cetáceos (después se estableció tras una serie de polémicas, que eran “falsas orcas”, aunque hubo quienes prefirieron considerarlas toninas), encallaron sus enormes cuerpos en la arena. Y allí permanecieron hasta morir. Todo tuvo la extraña apariencia de un suicidio colectivo sin que nadie pudiera explicarse las verdaderas causas de esta determinación.
El día era cálido y muchas personas recorrían la zona costera. Ya a partir de las 15, estas personas y otras que se acercaron, pudieron comprobar que cetáceos de grandes dimensiones se dirigían del mar hacia la playa. Lo hacían en grupos compactos. Los extraños animales se ubicaron en la arena y allí quedaron, como varados. Ninguno de ellos hacía esfuerzos por retornar al agua. Todo un gentío, llegado desde distintos lugares de la ciudad, se apiñó en la costa. También llegaron autoridades y expertos.
Un minucioso recuento permitió establecer que eran 835 los cetáceos depositados en la arena por su propia voluntad. La mayor parte se ubicó en la Playa Bristol, la Popular y frente al Casino. También hubo en Punta Mogotes, El Torreón, y en la franja costera en dirección a Chapadmalal. Asimismo otros prefirieron ubicarse cerca de Camet.
En la misma noche comenzaron a morir. Algunos prolongaron su agonía hasta el atardecer del día siguiente. Lamentablemente hubo escenas penosas. Algunas personas desalmadas se dedicaron a acuchillar a los animales indefensos; otras los balearon. Esta censurable actitud obligó a una vigilancia policial. En tanto, de ciudades vecinas y hasta de Buenos Aires, llegaron muchas personas interesadas en ver de cerca el inusitado fenómeno.
Al iniciarse la descomposición de los cuerpos, se dispuso que los cetáceos fueran arrastrados al mar por medio de lanchas. Llevados a más de tres millas de la costa, se calculó que desde allí serían alejados de la orilla por la fuerza de corrientes marinas. No obstante esta precaución, el oleaje devolvió algunos cuerpos a la playa. Dos ejemplares fueron disecados. Uno de los esqueletos se encuentra hoy día en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
(Publicado en el Libro Diamante del diario LA CAPITAL en su 75° aniversario).