“Amor y cine”, el tercer documental en primera persona de Victoria Carreras, acaba de rodarse en Mar del Plata. La hija menor del director, productor y cineasta Enrique Carreras hace tiempo que abrió su camino en la dirección de cine. Primero fue “Merello x Carreras”, un largo de 2015 en el que da a conocer a una Tita Merello íntima, a partir de grabaciones inéditas de la actriz, que fue amiga personal de su padre.

Este año podrá verse “Hijas de la comedia”, otro documental que mira para atrás: la cineasta se remonta trescientos años en la historia de su familia y prueba que desde entonces, todas sus ancestras del lado materno se dedicaron a la actuación. Y todas se llamaron María, menos una: la ibérica Matilde Diez, quien también fue intérprete y se convirtió en la preferida de la reina Isabel II de España.

Un momento del rodaje.

Motivada por indagar en las historias de su familia pero también por poner en igualdad con sus pares varones el trabajo de las mujeres en el campo del cine, del teatro y de la producción artística, Victoria quiso esta vez contar la historia de su papá.

Enrique Carreras fue un prolífico director de cine, hacedor de -nada menos- noventa y siete largometrajes, director de obras teatrales emblemáticas, fundador del Teatro Odeón en Mar del Plata. Descubrió a figuras icónicas del mundo del espectáculo. Y estuvo detrás de treinta temporadas en esta ciudad. “La actividad teatral se complementaba con su actividad cinematográfica, una se apoyaba en la otra”, dijo.

Buena parte del rodaje de “Amor y cine” pasó por esta ciudad. Lugares más que significativos, como el Hotel Provincial, ya son parte de esta película, que la tiene a Mercedes, su mamá, como voz central. También cuenta con la participación de su hermana Marisa Carreras delante y detrás de cámara, en la producción.

“El relato de ‘Amor y cine’ es de Mercedes, quien fue compañera de vida de Enrique, pero también secretaria, actriz fetiche, correctora de los guiones, armadora de elencos… Ambos construyeron una pareja simbiótica del cine y del teatro, lo puedo ver desde esa perspectiva”, contó la cineasta a LA CAPITAL.

Victoria busca recorrer la obra cinematográfica de Enrique, contar los géneros que abordó y la cultura argentina de una época. Y también poner de manifiesto a los equipos técnicos y los artistas con los que trabajó, a las grandes figuras que descubrió y a las que impulsó. “Que se resignifique su cine”, indicó.

“Artista investigadora”, así se define.

“No creo que la obra de Enrique haya pasado desapercibida -dijo-. Sí creo que las historias de nuestro cine se escribieron desde un punto de vista patriarcal, desde el canon y la academia. Y para mi una historia del cine debe incluir todas las películas, las industriales y las que quizá fueron en algún momento denostadas por ser masivas y populares, las que te gustan y las que no te gustan también. Debe incluir a las mujeres”.

Los tres largometrajes que la tienen como directora están cosidos por el mismo hilo: “Conforman una trilogía de documentales en primera persona, son autorreferenciales y tienen que ver con una familia dedica al arte, a la cultura, al cine, al teatro y al empresariado dentro del mundo espectáculo”, indicó.

Victoria, que cursa Artes Combinadas en la Universidad de Buenos Aires, aseguró que en esta etapa de su vida, además de actriz se considera “una artista investigadora” que bucea en su propia familia con la idea de sanar y de conocer su identidad. “Como cineasta tengo una formación de campo, crecí en un set de filmación”, definió.

Ahora, el equipo de rodaje se trasladará a Villa Carlos Paz, donde nació la historia de amor entre Mercedes y Enrique.

“Mercedes competía en un concurso de belleza y el premio era filmar una película, así se conocieron”, recordó. Y evaluó: “Esa dupla escribió un capítulo muy intenso en el cine argentino”.