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Arte y Espectáculos 18 de junio de 2024

Verónica Llinás llama a reírse: “Mejora la calidad de vida”

Junto a Héctor Díaz y Darío Lopilato, la humorista llegará este fin de semana con "Antígona en el baño". Despliega un personaje que amó al conocerlo: en el escenario será Ignacia, una actriz muerta de miedo por un inminente estreno. El paso del tiempo, la realidad y el refugio.

Con su impronta, Llinás es Ignacia, una actriz que busca el prestigio en el teatro.

 

“Eso que me hace reír es lo que hace reír también al público”. La actriz Verónica Llinás confirma esa idea cada vez que sale a escena con “Antígona en el baño”, una obra en la que se involucró en todos los procesos: no sólo actúa, también es coautora y codirectora (junto a Laura Paredes) de la pieza que este fin de semana largo se verá en dos oportunidades: el jueves 20 y el sábado 22 en el escenario del Roxy (San Luis 1750), mientras que el viernes estará en la ciudad de Necochea.

 


“A veces me conecto más con la realidad y a veces me conecto menos, a veces realmente me trato de proteger”

 


 

Acompañada por Héctor Díaz y Darío Lopilato, Llinás se mete en la piel de Ignacia, una actriz de telenovelas que, con el paso del tiempo a cuestas, busca el prestigio del teatro y se embarca en el proyecto de representar una versión vanguardista de Antígona, la tragedia griega de Sófocles.

“Ignacia ya está grande para hacer la heroína de la telenovela, por eso decide hacer un clásico del teatro, se hace dirigir por el director del momento, el más vanguardista y se hace escribir una versión de Antigona aún sabiendo que, como le dijo su productor, está grande para el personaje de Antígona, pero opina que en el teatro no importa porque la gente no está cerca”, contó la trama a LA CAPITAL.

Lo que sigue es el pánico escénico que la toma a Ignacia y que le imposibilita salir del baño en que se encuentra. “Está pensada para que la gente se ría mucho y por suerte es lo que sucede, pero no es una cosa de pasatiempo, sino que puede haber alguna reflexión”, aseguró.

Tras hacer “Dos locas de remate” junto a Soledad Silveyra, los proyectos que le acercaban no le gustaban. “En realidad me di cuenta de que era porque quería hacer esta obra”.

Es un proyecto que empezó de la mano del dramaturgo Facundo Zilberberg y que Llinás se encargó de pulir, agregar detalles y perfilar según su impronta. Por eso, el texto terminó siendo una coautoría entre ambos.

“Hay mucho de mi, es un proyecto que quería hacer desde hace años cuando por primera vez el autor me dio la obra, yo me enamoré del material, me pareció que la idea principal de la obra era excelente, que me identificaba en muchos aspectos con el personaje”, confió.

 


El elenco de la obra.

El elenco de la obra.


-¿En qué aspectos te identificás?

-El personaje es una actriz, no es mi caso, pero fue una actriz muy famosa de telenovela y le está costando asumir que ya no lo puede ser, si quiere trabajar en una telenovela tiene que hacer de madre o de abuela, pero no va a ser la protagonista. La obra tiene que ver con el paso del tiempo, con cómo uno acepta la edad, con cómo uno acepta los diferentes roles, frente al envejecimiento, la maternidad, la no maternidad. Y también está el teatro, que es lo que le pasa a un actor frente a un estreno, cómo atravesar ese momento traumático, que es como un nacimiento de la obra, tiene algo de parto.

-¿Qué rol adquiere el humor en este momento?

-En este momento es fundamental para conservar cierta salud mental. Creo que siempre el humor hace a las personas mejores, mejora la calidad de vida. Está bueno primero empezar por uno mismo tomándose sin solemnidad, pudiendo reírse de uno mismo. Es una actitud sumamente saludable. Y en momentos difíciles como son estos me parece que más todavía. La risa es saludable en varios aspectos, uno es el mental. El humor que no necesariamente tiene que ser la risa, la carcajada, pero sí el humor es como un cierto distanciamiento de la emoción con la cual uno ve las cosas, un poco más de lejos, como si te dijera más descomprometida emocionalmente. Siempre es bueno porque te hace ver las cosas en otro plano. Después en el plano netamente físico, cuando la gente se ríe a carcajadas se activa la sangre, el oxígeno… hay beneficios de la risa.

-Te vimos muy contundente, muy crítica en las redes sociales. ¿A que resisencia apelás, dónde te refugiás?

-Me refugio primero en mi trabajo, porque tengo la enorme suerte de trabajar de lo que me gusta hacer y lo que me gusta hacer tiene que ver con jugar. Y eso es realmente un privilegio. Tengo la suerte de vivir en un lugar que me gusta, un lugar donde puedo estar en contacto con la naturaleza, con los animales y me refugio en eso. En mi vida, en llevar adelante mi casa, que es algo bastante complicado, sobre todo viviendo en un lugar grande, en mis amigos, en mi familia, en mi sobrino amado, en mis amores y a veces me conecto más con la realidad y a veces me conecto menos, a veces realmente me trato de proteger, cuando me angustia mucho la realidad me alejo. O sea, no tengo esa cosa decir “tengo que estar informada todo el tiempo”. Hay que estar informados si uno está con ganas de estar informado y hay que estar desinformado si uno no quiere estar informado. Cada uno se protege como puede.