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Arte y Espectáculos 28 de octubre de 2024

Veronese lleva a España la adaptación de Foster Wallace sobre la masculinidad tóxica

"Encuentros breves con hombres repulsivos" presenta a un espécimen masculino repulsivo que habla y habla y una interlocutora femenina que escucha, o aguanta más bien.

¿Hasta dónde somos capaces de asumir situaciones en las que se ejerce una masculinidad tóxica? “Queda mucho camino por recorrer”, admite el argentino Daniel Veronese, que adapta y dirige la obra ‘Encuentros breves con hombres repulsivos‘, de David Foster Wallace, que este lunes se estrena en Madrid.

El libro ‘Entrevistas breves con hombres repulsivos’ (1998), de Foster Wallace, llegó a manos de Veronese (Buenos Aires, 1955) hace años, y rápidamente, cuando lo leyó, vio que entre sus 23 relatos ocho de ellos eran “muy teatrales”.

A partir de ahí, empezó a componer un juego de réplicas entre dos actores, en las que se intercalan el papel masculino y el femenino en cada una de las historias.

“Son monólogos intervenidos”, indica Veronese sobre una obra que ya se estrenó en Argentina y que se sirve de una escenografía sencilla, una mesa, dos sillas y un timbre de hotel, que marca el inicio y el final de cada relato.

Un diálogo, a veces casi mudo, sobre una relación entre un hombre y una mujer en el que ellos se muestran manipuladores, paternalistas, contradictorios, inseguros, crueles, con el uso principal de la palabra que hiere como una cuchilla afilada.

“Poner a un hombre y a una mujer cara a cara es ponernos a nosotros mismos frente a un espejo ante situaciones que hemos vivido y en las que no hemos sabido percibir ese patriarcado”, dice Veronese, “situaciones que hemos normalizado y aceptado”.

El director asegura que son situaciones que siguen pasando, “algo ha cambiado, pero nos va a llevar tiempo”.

Veronese remarca que “no es el hombre, es el patriarcado, la sociedad está impregnada de ello”, y confía en poder hacer coloquios tras la función para palpar qué sucede ahora en situaciones –señala– que no solo se dan en la pareja, también en las relaciones laborales, con los padres o los amigos.

“No es una obra feminista, denuncia el patriarcado”, aclara, y añade que pese a que van cambiado los paradigmas, y hay una corriente en favor de las mujeres, “sigue siendo el hombre el que tiene el poder”, sentencia Veronese.

EFE.



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