“El Pelado”, “Betto”, “Tuti” y ahora “Licha”. Son sólo algunos ejemplos de “dealers vips” detenidos en los últimos años. Pero sus nombres sirven aún más como casos testigos de que la venta y el consumo de droga no resultan nada más que una problemática de delincuentes y lúmpenes de la periferia marplatense. Más bien, todo lo contrario.

En la prensa pueden verse publicadas noticias de allanamientos y operativos vinculados al combate de la comercialización de narcóticos todas las semanas. También se dan a conocer episodios de violencia relacionados con la misma cuestión: heridos de bala, apuñalados, golpeados -muchos de ellos asesinados- en ajustes de cuentas o venganzas directamente como consecuencia de conflictos que nacen del germen de la adicción y la búsqueda de dinero marginal.

Sin embargo, como ocurrió este martes con la aprehensión de “Licha”, cuando la Justicia y la policía dan, de vez en cuando, con algunos de estos personajes que venden cocaína, marihuana, LSD, éxtasis, popper o ketamina en círculos vips, queda al descubierto que la problemática alcanza a todas las clases sociales. Por más que los mejores acomodados quieran “mirar para el costado” o “esconder la mugre bajo la alfombra”.

De la hipótesis de la fiscalía, citada en un documento al que accedió LA CAPITAL, se desprende que “Licha” tenía presencia en distintos boliches de la ciudad. La tarea desplegada por la división Crimen Organizado de la Policía Bonaerense permitió comprobar cómo operaba este hombre de casi 30 años. Las transacciones se acordaban previamente con intercambio de mensajes y también por llamada directa de su propio teléfono, un descuido que lo puso al descubierto ante los investigadores.

La mayoría o casi totalidad de las entregas la realizaba por las noches en los boliches del área de Playa Grande, aunque también se detectaron otros compradores con un perfil diferente. Entre ellos, a modo de ejemplo, aparece uno cuya identidad por supuesto no se dará a conocer pero que en cuenta de la red social Facebook menciona que es egresado de uno de los colegios privados más caros de Mar del Plata.

La banda de “El Pelado”

La banda de “El Pelado” cayó en febrero de 2017, después de una investigación minuciosa que llevaron adelante miembros del CATI (Cuerpo de Ayudantía Técnica a la Instrucción) y de la Fiscalía de Estupefacientes, juntoa a efectivos de Prefectura, y que incluyó allanamientos en siete domicilios, entre ellos un gimnasio del centro comercial de la calle Güemes.

Cinco personas fueron identificadas y cuatro de ellas, tres hombres y una mujer -novia del líder-, detenidas. Entre ellos había un expolicía y un empleado del Ministerio de Salud. “El Pelado” o “Elmer” (por su parecido con el dibujo animado), cuyo nombre es Gustavo Arce, todavía sigue prófugo. De hecho, en diciembre pasado el Ministerio de Seguridad de la Nación lanzó un ofrecimiento de recompensa por datos de su paradero que entonces ascendía a un millón de pesos.

Gustavo “El Pelado” Arce, también conocido como “Elmer” por su parecido con el dibujo animado.

Durante el operativo se secuestraron 13 bochas de cocaína, sustancias de corte, alrededor de 450.000 pesos, 4.500 dólares, celulares varios, decenas de chips telefónicos, plantas de marihuana, picadura de marihuana y tres motocicletas.

Según la pesquisa, la banda operaba en la zona de los barrios Los Troncos, Güemes, Stella Maris y Chauvin. En algunas de las escuchas telefónicas surgen compradores que están jugando en mesas de póker, que se comunican desde boliches o desde bares de cervezas artesanales. También vendían en lugares impensados como el interior de una iglesia y en la puerta del Hospital Materno Infantil.

Esta organización tenía horarios y montos mínimos exigidos por Arce para comercializar la droga, tan así que en raras ocasiones vendía por menos de 500 pesos (al valor de 2017). Tampoco lo hacía en horarios nocturnos para evitar “fisuras”, tal como se llama a los adictos urgentes. La forma de repartir la droga era a través de vehículos, tras acordar por teléfono la cantidad.

“Betto” y “Tuti”

Arce era conocido como “Elmer” por su parecido con el dibujo animado. En el caso de “Betto” y “Tuti”, sus apodos les podrían haber valido ser realmente una creación de una caricatura educativa para niños. Sin embargo, su actividad ilícita representaba las antípodas de lo que cualquier padre esperaría para sus hijos.

Alberto Daniel Navarro es “Betto”, reconocido Dj de la ciudad, y Esteban Freiz “Tutti”, quien por años ofició de relacionista público de boliches además de jugar al póker y cambiar divisas en el mercado ilegal.

El operativo en el que fueron detenidos los dos hombres se registró en enero de 2022, tras un importante operativo desplegado por orden del fiscal de Estupefacientes, Leandro Favaro, quien seguía la pista de ambos sospechosos en busca de determinar si habían montado un sistema de venta de pastillas de éxtasis y otras drogas sintéticas en fiestas de música electrónica.

Es que tanto “Betto”, en su rol de DJ, como “Tuti” -relacionista público de distintos boliches-, se hallaban fuertemente vinculados con el ambiente de la nocturnidad local. En ese marco, ambos fueron investigados y, debido a sospechas que sobre ellos se montaron, fueron intervenidos sus teléfonos.

Los elementos secuestrados durante la investigación.

Las detenciones fueron, entonces, resultado de varios meses de averiguaciones y recolección de datos, además medio millar de horas de escuchas telefónicas analizadas en las que se pudo conocer la modalidad empleada por los dos  presuntos “dealers”.

Polvo de MMDA para la elaboración de pastillas de éxtasis, piedras de cristal fraccionadas en tubos plásticos y píldoras de éxtasis fue parte del secuestro del personal policial que estuvo al frente del procedimiento. Asimismo, se secuestraron teléfonos celulares y automóviles que utilizaban ambos imputados para desarrollar sus actividades que tenían como clientes a sectores elevados de la sociedad: la mayoría, adultos que suelen concurrir a fiestas electrónicas en boliches o playas.

Los allanamientos tuvieron lugar en las casas de ambos. En el caso del DJ, fue sorprendido por los uniformados que derribaron la puerta de su vivienda, cuando se encontraba con su pareja. Por su parte, “Tuti” llegó a su departamento cerca de las 6 de la mañana del sábado 22 de enero de 2022 procedente de uno de los balnearios del sur de la ciudad, al que había concurrido para presenciar una fiesta de música electrónica, cuando la policía ya se encontraba allí: tenía 240 mil pesos en su mochila. En el lugar estaba su novia, que se había quedado durmiendo.

Conforme trascendió luego de finalizado el operativo, en algunas llamadas telefónicas interceptadas por la Justicia se pudo establecer que “Betto” se encargaba de repartir la droga en lugares previamente acordados o, incluso, hacía las entrega en el mismo boliche en el que “pasaba” música. Respecto su supuesto cómplice, tenía una labor específica de ingresar las ganancias de las ventas en el sistema financiero ya que su principal labor, o por lo menos la que desarrollaba a la vista, era la venta de moneda extranjera. También desarrollaba operaciones con criptomonedas y en ocasiones quienes les compraban drogas requerían sus servicio para el cambio de dólares, además de haber ganado distintos campeonatos de póker en el pasado.

Al declarar, ambos dieron versiones exculpatorias de los delitos de los que eran imputados por el fiscal Favaro, y permanecieron detenidos. “Tuti” recuperó meses después su libertad pero, al igual que “Betto”, continúa procesado.