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Arte y Espectáculos 4 de septiembre de 2016

Venecia: entre las góndolas y las películas

Hoy se pudo ver finalmente "El ciudadano ilustre", la incómoda comedia creada por la dupla argentina Duprat-Cohn. También se proyectó "Hacksaw Ridge", de Mel Gibson.

"El ciudadano ilustre" se presentó en la Mostra. Foto: EFE.

por Pedro Fernández M.

VENECIA, Italia.- Venecia apareció hoy partida en dos entre el cine y las góndolas, ya que mientras que en la isla principal se festejaba la Regata Storica, una celebración que se remonta a mediados del siglo XIII y a la que asistieron más de 100.000 personas, en el Lido ingresó a la competencia por el León de Oro el filme argentino “El ciudadano ilustre”.

Además, se pudo ver la premiere mundial de “Hacksaw Ridge” el drama épico con el que Mel Gibson vuelve a la dirección luego de 10 años y que trajo a esta parte de Italia a figuras como Andrew Garfield, Hugo Weaving y Vince Vaughan.

El Gran Canal apareció ornamentado y con lugares especiales a 60 euros la butaca para apreciar el increíble y bellísimo despliegue de embarcaciones con un cortejo histórico que escenifica la historia de la ciudad y que luego da lugar a una serie de competencias, siendo la más importante y la Regata Dei Gondolini, que se disputa en góndolas de dos remos traccionadas por dos jóvenes.

La fiesta, quizás la principal del calendario anual de la ciudad junto con el carnaval, había tenido una previa anoche, aunque con un carácter menor y casi folclórico, con la reunión en el Mercato del Rialto de un grupo de gondoleros que salieron a cantar con una popular orquesta de acordeón, mandolina, contrabajo y pandereta viejas canciones venecianas mientras las mujeres vendían vino y trozos de sandía en un festejo lleno de colorido y sin ambiciones turísticas sino reservado para los ocasionales paseantes y la gente del lugar.

A consecuencia del festejo de hoy, que se desarrolló en el Gran Canal, los accesos a Venecia vía acuática estuvieron bloqueados entre las 13 y las 19 y quedó, por tanto, interrumpida la conexión entre la ciudad del Dogo y el Lido.

En el festival, que hoy entró en su quinto día de proyecciones se pudo ver finalmente “El ciudadano ilustre”, la incómoda comedia creada por la dupla Duprat-Cohn que trata sobre la vuelta de un ficticio Premio Nobel de Literatura argentino al pueblo que lo vio nacer y donde vivió hasta los 20 años sin retornar nunca, cuando agobiado por el vacío creativo acepta una invitación para recibir un premio menor, inventado por el necesitado intendente de pueblo.

El filme, que este jueves se estrena en Argentina y está protagonizado por Oscar Martínez en un sólido papel, fue bien recibido por el público y la prensa internacional, que disfrutó la proyección, festejando muchas de las ocurrencias y situaciones que se desarrollan a lo largo de una historia que viene a revelar y poner en foco muchos de los males nacionales: la idolatría, el chauvinismo, la moral pueblerina, etcétera.

“El ciudadano ilustre” funciona también en espejo o en forma complementaria con otra película de esta dupla, “El hombre de al lado”, ya que aquí también el espectador debe decidir con cuál de las dos partes empatiza, en un juego en que los realizadores suspenden su propio juicio y dejan las elecciones morales libradas a la decisión del que mira el filme.

Martínez, Cohn, Durprat, el guionista y director del Museo de Bellas Artes, Andrés Duprat, las actrices argentinas Andrea Frigerio y Belén Chavanne y la española Nora Navas tomaron parte de una conferencia de prensa que se desarrolló luego del segundo pase de prensa y que contó con una importante concurrencia.

“Sí hay muchas cosas en discusión, la idiosincrasia pueblerina versus el cosmopolitismo, el saber intelectual contra la supuesta ignorancia, este tipo de adoración del que gozan personajes extraños como un jugador de fútbol o tenis, pero sin bien está tratado desde un lenguaje y unos modos argentinos no creo que sea un tema específicamente local sino que esto sucede en todo el mundo, en Argentina, Italia o Ucrania, me parece que es igual”, explicó en charla con la prensa internacional Gastón Duprat.

Luego de la proyección de la cinta de Cohn-Duprat se vio en la Sala Grande del Palazzo del Cinema el sangriento, superproducido y reiterado relato épico militar con el que Mel Gibson aspira a volver a las grandes ligas del cine y que, lleno de heroísmo, esconde más de una trampa, con escenas de batalla quizás inolvidables.

“Hacksaw Ridge” trata sobre un objetor de conciencia norteamericano en la Segunda Guerra Mundial, que sin utilizar armas combate actúa en la primera línea del frente como socorrista en la sangrienta batalla por la toma de la isla de Okinawa poco antes del final de la contienda y obtiene la Medalla de Honor.

Se trata de uno de esos típicos casos reales del cine norteamericano de guerra, donde al final del filme salen a hablar los viejitos que vimos momentos antes como jóvenes sargentos y soldados.

El problema principal del filme es que queriendo honrar la memoria de un héroe que objetó el uso de armas y la posibilidad de matar a otro ser humano es una de las películas más sangrientas y con mayor cantidad de muertos y despedazados de la historia de Hollywood.

“Lo que me fascinó de la historia es que se trata de un hombre común que hace cosas extraordinarias en circunstancias extremas, un tipo que en medio del infierno sigue defendiendo sus ideas y que se mueve y se sostiene solo por su fe, eso me resultó inspirador”, aseguró en la conferencia de prensa un Mel Gibson entrado en años con una larga barba bicolor y pelo canoso y con zonas en peligro de extinción, muy lejos del galán que supo ser y luego de años de haber sido cascoteado por desafortunadas expresiones públicas antisemitas y misóginas.

Télam.