“VALANAVEVA” o cuando “la imaginación se amasija con la desesperación”
Estrena un nuevo espectáculo de Teatro de la Universidad.
“VALANAVEVA” es la nueva puesta teatral del Teatro de la Universidad, que estrena este sábado 26 de agosto, a las 21, en el escenario de El Club del Teatro (Rivadavia 3422). El impacto de la situación social y política que está atravesando el país fue el disparador de un texto escrito por la dupla Silvia de Urquía-Antonio Mónaco, que se completó con mucho trabajo colectivo, intercambio, debate y ensayo.
Con dirección del propio Mónaco, el elenco que forma parte de la propuesta está integrado por Lalo Alías, Agustina Anzoátegui, Pedro Benítez, Gonzalo Funes, Cecilia Martín, Diana Saez, junto a Mónaco y Urquía.
“Muchas veces la imaginación se amasija con la desesperación”, confió Urquía en una charla con LA CAPITAL, antes del estreno de esta puesta que cuenta con vestuario y máscaras realizadas por Claudia Farías, música original de Rodrigo Frugoni, asistencia de dirección de Alejandro Bocca y entrenamiento corporal de Gabriel García Malvassi.
-¿Por qué “VALANAVEVA”?
-Nuestra intención es que quien lo lea no sepa bien si es una palabra inexistente o si es un conjunto de palabras que deberían haber sido escritas por separado. Y que les surja esa misma pregunta: “¿Por qué?”. La respuesta la dará el espectáculo.
-¿Cómo surgió la obra?
-Nuestro país está viviendo una etapa sumamente difícil. A nosotros nos preocupa, nos duele profundamente, nos angustia. Entonces, muchas veces la inspiración se amasija con la desesperación. Y cuando eso ocurre, aparecen resultados inesperados, distintos a los habituales.
-¿Cómo trabajaron lo concreto y lo simbólico, las metáforas?
-Lo concreto y lo simbólico se entrecruzan constantemente. Y la metáfora navega como puede en un mar de confusiones malintencionadas. Porque estamos en un momento donde, entre otras cosas, los pocos que tienen el poder de modelar la realidad se han adueñado de lenguajes que antes les eran ajenos. Entonces, hablan de república quienes se han caracterizado por quebrar las normas constitucionales; se llaman libertarios quienes defienden los intereses de los dueños del poder. Y han desarrollado una formidable capacidad para ganar la batalla cultural e instalarse en “sentido común”. Y así pueden afirmar enfáticamente que “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Y lo dicen como una verdad bíblica, indiscutible. Pero lo que no te dicen es que el que paga lo que ganarás, y decide cuánto ganarás, es el mismo que te vende el pan y decide cuánto lo pagarás.
-¿Cómo fue el proceso creativo?
-Fue una experiencia muy rica. Nosotros escribimos un texto que tomamos como punto de partida. Y así se lo leímos al elenco, con la condición de que cada uno opinara sobre el material y expresara sus objeciones o coincidencias o sugerencias. Fue una reunión riquísima, muy entusiasta, que duró varias horas y sirvió para que nosotros volviéramos sobre ese punto de partida y reescribiéramos sobre la base de esa conversación. Terminado ese trabajo de reescritura, volvimos a leer el material y, con el acuerdo de todos, comenzamos los ensayos sabiendo que, puesto en acción, el texto seguiría siendo modificado para hacer síntesis en algunas cosas; desarrollando y profundizando otras; aunando la experiencia de la acción con la propuesta del texto.
-¿Cómo fue la convocatoria a los y las artistas que los acompañan en esta puesta?
-Cuando estábamos en el primer veinte por ciento del proceso de escritura, sentimos la necesidad de saber para qué actrices y actores íbamos a escribir. Así, instantáneamente, nos surgieron los nombres de las seis personas con quienes queríamos compartir la aventura. Quisimos que reunieran algunas condiciones que consideramos fundamentales: que tuvieran historia con el Teatro de la Universidad; que fueran hermosas personas; que fueran talentosas y talentosos; que compartieran el posicionamiento en cuanto al porqué y el para qué del teatro.