Unión, con el viento de cola tras sus sufridos y merecidos éxitos frente a Pergamino Básquet y Racing de Chivilcoy, afrontará este miércoles a las 21 el partido más “pesado” que puede depararle la fase regular: la visita a Deportivo Viedma, el mejor equipo y líder de la Conferencia Sur.

El equipo marplatense, no obstante, encarará este compromiso pleno de confianza luego de sus últimas victorias, sobre todo la del último lunes ante Racing de Chivilcoy. Más allá del cambio de conducción del receso, aún con bajas significativas, sigue siendo competitivo y en los últimos partidos ha dado un par de pruebas de carácter para salir adelante de situaciones difíciles.

Ante Pergamino Básquet dio vuelta un duelo que tenía casi perdido y el último lunes minimizó el poderío de los chivilcoyanos con una defensa zonal muy efectiva y superó el cimbronazo del increíble empate conseguido por Herasme que envió el partido al alargue.

El equipo, además, absorbió los efectos de las bajas de Mika Montoya (cedido a Independiente de Neuquén para jugar la Liga Federal) y Matías Carneglia, quien estaría afuera de las canchas como mínimo un par de semanas más tras ser operado de apendicitis.

Habría que ver cómo le va a Unión si se decide a utilizar la herramienta de la defensa zonal que suele darle buenos dividendos. Este miércoles tendrá enfrente a Luciano Cáceres, el tirador más explosivo de la categoría. Y corre un riesgo grande en ese sentido.

El aspecto defensivo, de todos modos, será clave para las posibilidades del equipo marplatense y la planificación de Juan Aquino girará sobre la idea de un partido de tanteador bajo para mantenerlo parejo hasta el final. Cuando así ocurrió, se ha sentido cómodo. Y Alejo Brito se ha revelado como carta de triunfo en esos finales calientes. A Unión nadie le quita el derecho a soñar.