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Interés general 25 de enero de 2022

Una tarde volvió “la tapadita” a las calles céntricas de Mar del Plata

El tradicional juego amañado en el que un hábil estafador oculta una pelotita de goma espuma en un cubilete volvió a verse por las calles de Mar del Plata después de varios años. La policía detuvo al "trilero" que ya había hecho una ganancia de 21 mil pesos.

Una tarde de verano, después de varios años, regresó “la tapadita” a Mar del Plata y la policía en sus recorridas céntricas estuvo atenta para impedir que la más tradicional de las estafas callejeras se realice ante víctimas incautas o codiciosas.

Un hombre de 41 años fue detenido por personal de la comisaría primera cuando se hacía el día con tan solo dos cajones de frutas, una manta, tres cubiletes metálicos y una bolita de goma espuma.

La maniobra fue advertida rápidamente y el ágil timador no tuvo oportunidad de escapar, aunque sí lo hicieron los jugadores que aprovecharon el revuelo para alejarse, con el orgullo y el bolsillo dañados.

El operativo fue realizado en pleno centro de la ciudad, en Moreno y Corrientes, y como resultado de la requisa la policía pudo secuestrar 21.480 pesos que había recaudado el “trilero”.

Años atrás “la tapadita” estaba ampliamente difundida en Mar del Plata como parte de una oferta clandestina y callejera de los juegos de azar. Durante décadas resultó ser algo simpático al que la gente se sumaba ignorando que en verdad no ganarían dinero.

La Justicia nunca llegó a tipificarla aunque le cabe a quien la desarrolle una infracción a la Ley 13.470 en el sentido de que colabora o coopera con la explotación de un juego de azar. También significa transgredir la ordenanza municipal 12.801.

En el nuevo siglo las prácticas callejeras quedaron en desuso y resultó cada vez más extraño observar a los “trileros” en la calle. De hecho, una de las últimas referencias en crónicas policiales fue en el año 2009 cuando fue demorado un hombre oriundo de Brasil.

La “tapadita” o “mosqueta” o “trile” es un juego de engaño en el que confluyen la habilidad y destreza del timador y la ingenuidad de sus víctimas. Se trata de tres cubiletes que reposan sobre un paño (suelen usarse mesas portátiles o, como en este caso, solo cajones de frutas) y una pelotita de goma espuma.

El estafador muestra en cuál de los cubiletes oculta la bola y luego los mezcla. Claro que lo hace de tal manera que el apostador no advierte la maniobra: esconde la flexible bola entre sus dedos y las cambia de cubilete. O en ocasiones la pasa de un cubilete a otro sin necesidad de ocultarla en sus dedos. Luego da a elegir al apostador un cubilete donde cree que está la pelotita.

Pero hay un agregado imprescindible para que la estafa funcione. Los “trileros” suelen tener un cómplice que se disimula entre el público y juega a ganar, lo que provoca entusiasmo en los demás y les infunde confianza de que es posible hacer dinero fácil. Incluso el “trilero” inteligente se balancea sobre pasadas ganadas y pasadas perdidas, para no desanimar a los jugadores. Sabe que la ganancia es la que se acumula al final del día y por eso algunos se retiran “empardados” o ganadores, aunque con bajos montos.

Cuando la apuesta es fuerte, el jugador nunca gana.

El hombre aprehendido este martes en el centro de Mar del Plata fue identificado como Carlos Gallardo (41) y recuperó la libertad bajo caución juratoria al poco tiempo de haber sido detenido.