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Arte y Espectáculos 12 de junio de 2019

Una tarde evocando a “nuestro” Chemari

El encuentro del marplatense con las primas del prestigioso actor José María Vilches, en Alcalá de Henares, su lugar de nacimiento.

Nino Ramella, junto a las primas de José María Vilches, Berta y Loa.

Por Nino Ramella

Fue un día muy movilizador. Gracias a los buenos oficios de Juan Vilches pasé buen rato de la tarde de este domingo con sus primas Berta y Loa De Toca Vilches. Los tres son sobrinos de José María Vilches, nuestro admirado actor.
Y aquí empiezan los desafíos. ¿”Nuestro” admirado actor? Para los argentinos -y acaso más para los marplatenses- está claro que es nuestro. Pero ocurre que Chemari… ay… otra vez el dilema… Chemari para nosotros, que aquí se lo conoce por Josémari… se fue de España siendo ya un actor con cierta trayectoria, películas filmadas, obras de teatro protagonizadas… y claro, una familia numerosa (él era el menor de once hermanos) a la que estaba plenamente integrado.

Alcalá de Henares… ese nombre significó algo para mí cuando en 1978 conocí a Chemari de la mano de Willy Wullich, mi hermano. Pues Vilches era de Alcalá de Henares. Era esa una referencia presente en todos sus notas y entrevistas. Su acento y el repertorio de sus espectáculos nos llevaban sin escalas a España.

Por eso creo que “nuestro” es un posesivo de las dos orillas. Ahora bien, es un nuestro no compartido. Son dos nuestros. Uno de cada lado del Atlántico. Porque la vida de José María Vilches es una obra en dos actos. Dos actos tan independientes que parecen dos obras distintas. Hasta sus 27 años dio vida a un talentoso y joven actor que había compartido escenarios con los actores más representativos de aquel momento en su país.

En 1962 fue a hacer una temporada a Buenos Aires dirigido por Margarita Xirgu. Ahí comenzó el segundo acto de su vida. No tomó nunca más contacto con su pasado. No volvió a España y cortó toda comunicación con los suyos. En Argentina dio vida, pues, al actor de culto… al prestigioso artista multipremiado que con sus unipersonales deslumbró a críticos y a un público iniciado que valoraba su talento en la actuación y en el diseño de sus espectáculos.

Cuando tenía 49 años, el 16 de octubre de 1984, un accidente en la ruta a Las Flores le costó la vida. Un terrible golpe que sus amigos tardamos mucho en asimilar. Ya no estaba entre nosotros el genial artista. Pero más difícil de aceptar era la ausencia de esa persona única con la que compartíamos una parte inolvidable de nuestra juventud. Aquel tipo serio, de carácter de temer, y a la vez la mejor compañía para gozar un buen momento… aquel tipo inteligente y culto, con evidentes rasgos melancólicos y con un niño en su interior…ese tipo que nos contagiaba el acento… se había muerto.

“El menor de once hermanos. De Alcalá de Henares”. Nada más sabíamos de sus raíces, de su infancia, de sus afectos de juventud.

“En Argentina es un actor muy prestigioso”. Nada más sabían sus hermanos y sus sobrinos.

La charla con Berta y Loa transcurrió contándonos aquello que sabíamos y que nos unía a Chemari/Josémari… y conjeturando.

Fue emocionante para mí y estoy seguro que también para ellas, hijas de María Lourdes -la única viva de los once hermanos Vilches- haber evocado ellas a su tío y yo a mi amigo.

Y estoy seguro que de este encuentro surgirán otros y acaso nuevas evidencias de una historia que hasta el momento tiene más preguntas que respuestas.