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La Ciudad 24 de enero de 2025

Una tanza para pescar hirió gravemente a un lobo marino, pero lo rehabilitaron y volvió al mar

A partir del llamado de una turista que se encontraba de vacaciones con su familia en San Clemente, la Fundación Mundo Marino acudió al rescate de un lobo marino macho juvenil.

Un lobo marino regresó al mar luego de superar un proceso de rehabilitación de casi un mes en el centro de rescate de la Fundación Mundo Marino.

Daniela Mamousse, oriunda de Luján, que suele vacacionar en San Clemente, se encontraba en la playa junto a su familia el fin de semana previo a la Navidad del 2024, cuando, mientras disfrutaban del mar, divisaron a lo lejos un animal de color negro que se movía. Sin saber de qué especie se trataba, decidió caminar en su dirección.

“Cuando nos acercamos más vimos que se trataba de un lobito y que tenía una tanza alrededor del cuello que le había provocado una herida hasta alcanzar una de sus aletas. Y, aunque tenía esa herida, se lo veía animado. Hace años que solemos venir acá y sabíamos de la existencia del centro de rescate. Busqué el teléfono en internet y decidí llamarlos para que lo vengan a ayudar –explicó Mamousse–. Nos quedamos esperando cerca del animalito hasta que llegaran del equipo de Mundo Marino para el rescate. Vinieron muy rápido y me quedé asombrada de ver cómo actuaron para asistirlo y cargarlo en la camioneta”.

El lobo marino –un macho juvenil de la especie de Dos Pelos Sudamericano (Arctocephalus australis)– ingresó al centro de rescate el sábado 21 de diciembre. Al arribar, se le practicó un análisis clínico general y se procedió a extraer el fragmento de tanza para pescar que tenía alrededor de su cuello. Luego se lo estabilizó con hidratación y se implementó un plan nutricional.

 

 

“Era una herida profunda que había llegado a cortar fragmentos de músculo. Abarcaba toda la circunferencia del cuello y llegaba también hasta la parte superior del hombro derecho. Si bien a nivel sanguíneo sus glóbulos blancos eran normales, por la magnitud de la herida decidimos realizar un tratamiento sistémico con antibióticos. También le suministramos analgésicos para aliviar el dolor. Por último, le hicimos varias limpiezas en la herida y le aplicamos cremas con antibióticos para que actúen a nivel local”, explicó Juana Caferri, médica veterinaria de la Fundación Mundo Marino.

Transcurridas unas semanas de iniciado el tratamiento, se le tomó una segunda muestra de sangre que corroboró que los parámetros sanguíneos continuaban normales. Dado que su herida culminó satisfactoriamente el proceso de cicatrización y que mostró una buena actitud tanto alimenticia como comportamental, el equipo de veterinarios de la decidió darle el alta médico veterinaria para su regreso al mar.

“Visibilizar casos como este es fundamental para que tomemos conciencia de cómo nuestras acciones impactan directamente en los animales que habitan nuestras costas. Al entender que algo tan simple como desechar correctamente una tanza puede evitar este tipo de daños, podemos asumir un compromiso más responsable con el cuidado del medio ambiente”, destacó Andrea Cabrera, presidenta de la Fundación Mundo Marino.