Una sonrisa entre tantas pálidas: sos parte de la población en riesgo si…
Entre tantas noticias que agobian y preocupan en el marco de esta pandemia que tiene en cuarentena a medio planeta, algo de distensión. ¿Sos parte de un grupo de riesgo?
Hace algunos años, LA CAPITAL publicaba una sección llamada “¿Cuándo le empiezan a decir a uno señor o señora en el colectivo? Hoy, por contexto, el planteo sería diferente: ¿Cuándo puede uno saber si es parte de un grupo de riesgo del coronavirus? Por los recuerdos. En definitiva, pertenecés a ese grupo si…
…sacabas almejas hasta cansarte simplemente haciendo un pequeño pozo en la arena en alguna playa de Mogotes.
…contás orgulloso que viste un recital de Almendra en la carpa de la calle Buenos Aires, te deleitaste con Queen en el Mundialista, estuviste en el show de The Police en el Radio City o viste a Sting andando a caballo en Camet.
…relatás que el 128 y el Torino cupé eran los autos pisteros y los motores nafteros de 8 cilindros no resultaban difíciles de mantener.Si una de tus grandes diversiones era ir a la Gruta de Lourdes y poner una ficha para que el pesebre cobrara vida.
…disfrutaste del vermouth con 25 o 30 platitos en la Rambla.
…confesás que de chico, en la playa del centro, no era necesario tener reloj para saber la hora. Apenas alcanzaba con levantar la vista y enterarte a través del reloj de “Tres Plumas” que funcionaba en el Torreón.
…le contás a tus hijos o nietos que en la esquina de Rivadavia y Santa Fe, planta alta, había una confitería bailable que se llamaba Teorema. En la escalera te esperaba Perico, el dueño, con un saco color mostaza, camisa a cuadros, corbata y pantalón haciendo juego, y no te dejaba entrar si tenías el pelo largo.
…recordás que en Alberdi y Corrientes funcionaba una pista de patinaje o evocás el café Tortoni que funcionaba en Santiago del Estero y Rivadavia.
…comentás que los domingos a la mañana, Canal 8 televisaba los partidos de baby-futbol que se jugaban sobre Hipólito Yrigoyen o afirmás que en ningún lugar se comía mejor que en el restaurante San Martín, al lado del Estadio Bristol.
…pasás por la Escuela Nº1 Pascuala Mugaburu y extrañás la paella gigante que se hacía allí mismo, en la plaza, o cuando vas a la plaza Mitre resaltás que ahí alquilabas los “rodados Mármora”
…naciste antes que las copiadoras Xerox, los lentes de contacto, el fax, el email, los hornos de microondas, los secarropas, los acondicionadores de aire o la caminata del hombre en la Luna.
…te rateabas del colegio y te juntabas con tus amigos en la confitería “La Paris” que estaba en la Rambla Casino.
…hiciste el secundario en el Colegio Nacional Mariano Moreno y recordás con cariño a Armando, el incorruptible profesor.
…escuchabas por radio a Zanoli con Sonido 70, querías participar en La Estudiantina y canjeabas libros mediante La Bolsa del Libro.
…te acordás de la confitería Jockey, de San Martin y Santiago del Estero, de Hotty’s y sus espectaculares tostados sellados, de la Sao con la barra larga, del bowling Sacoa o de Ye Ye.
…repetís que para llamar a algún pariente o amigo por teléfono a Córdoba había que pedir la llamada por operadora y si había mal tiempo era servicio condicional.
…confesás que podías andar en bicicleta por el barrio hasta tarde, jugar a las escondidas sin miedo en época en que las casas no tenían rejas ni alarmas y la puerta del garaje siempre estaba sin llave para que pudieras entrar con amigos.
…cuidás con esmero aún el juego de porcelanas y las alianzas que compraste en el Trust Joyero.
…evocás qué ropa canchera era la campera Alaska JB que comprabas en La Pianola, en la Galería Eves, con cola de zorro y la Bandera Argentina, y que sólo había dos colores: azul y verde militar.
…te gusta decir que antes en el cine Bristol daban tres películas en continuado, y en el intervalo podías comprar hasta panchos con coca.
….caminando por Rivadavia se te cruza por la mente el local de Eduardo Sport, donde los sábados la cola llegaba hasta la mitad de cuadra.
…viste “El santo de la espada” en el Ocean Rex con todos tus compañeros de escuela.
…caminando por Luro recordás que ahí estaba la librería Pardiñas y un poco más allá los cines Avenida, Atlantis o Select. O la tienda “La Mundial” y, la agencia de lotería y peluquería de Domingo Arenas.
…te gustaba el aviso de Susana Giménez haciendo shock, el de Susana Traverso con el vino Uvita, el de Hugo Arana con Crespi o “Leoncio” que era el logo de Canal 11.
…viajabas en el tranvía que bajaba por Castelli, calle que era de tierra.
…te acordás que “Ñaro” tenía trajes de 290 medidas, que el traje elegante y súper fino era el “Bristol” de Casa Boo, y que se escuchaba aquello de visitar “El Turco Alberto, donde cada compra es un acierto” o “Con su firma y sin dinero Calzamás lo viste entero”
…usabas guardapolvos de Sudantex, medias Tom y zoquetes Ciudadela, tomabas leche con cascarilla y comías alfajores Miami, Pleno o Baby.
…fumabas Caravana, Fontanares, Reval, Royal Club, San Diego o Colorado Oro.
…sostenés que los bingos se realizaban únicamente en las kermeses de las escuelas, juntamente con “El chanchito de la India”, las ruletas de productos, el “pegue al negro”, etc.
…acotás que la avenida Juan B Justo antes se llamó Cincuentenario y que en el Parque Municipal de Deportes funcionó el Hollywood Park donde en una oportunidad vino a cantar Oscar “Ringo” Bonavena.
…fuiste uno de los que dobló las cucharitas gracias a la hipnosis de Tu Sam desde la pantalla de Tiempo Libre, el programa de Jorge Zanier. “Acariciando” las cucharitas, siguiendo los consejo de Tu Sam, se doblaban, y todos se acercaban a Canal 8 para dar testimonio.
…vas a la playa y podés pasar todo el día sin meterte al mar o en el ascensor te dejan salir primero.
…sabés que Sobremonte era sólo para parejas en un tiempo y que la novedad consistía en bailar sobre la pista giratoria de Light Power.
…mientras los más grandes iban a bailar a Sunset, vos te debatías entre House, Symbiosis o Idolem.
…decís que en la zona de la banquina del Puerto se podía nadar y pescar.
…recordás que había que ser muy valiente para comerse las pastillas Billiken de mentol, o si cuando salieron los primeros chicles globo (importados), luego de mascarlos todo el día lo guardabas en el congelador para seguir al día siguiente.
…ibas a la playa cuando ponían la bandera de prohibición de baño (roja) entre las 13 y las 15.
…fuiste a los continuados de dibujos animados en el Gran Cine Opera y el acomodador Brunatti te cuidaba como a un hijo.
…cuando alguien tuvo un ataque relatás que sufrió un “patapúfete”, parafraseando a Pepe Biondi.
…hiciste la colimba en Artillería Montada.
…estando en Camet, en la Laguna o en Sierra de los Padres, atrapás un “panadero” y pedís tres deseos y lo soplás.
…aseverás que Halloween, los personal trainners, los pijamas partys y los ñoquis del 29, en tu época, no existían.
…a un tipo con un cuerpo trabajado lo llamás Charles Atlas, a una señorita infartante la comparás con una “chica de Divito” y a un ladrón lo llamás “Afanancio”
…te preguntás qué será de la vida de Marcelo Marcote, Julieta Magaña, Marcela López Rey, Bo Dereck, la doctora Aslan, Camila Perisé, Nu y Eve, Gachi Ferrari, las Trillizas de Oro o Eda Bustamante.
…usaste el Simulcop, los esquineros para que no doblen las hojas del cuaderno, el papel secante, el lápiz grueso (mitad rojo y mitad azul) y la lapicera 303.
…te agachás ante un niño, le ponés un dedo sobre el pecho y le decís “tenés roto, chinche poroto”…
…estudiaste con el libro de Historia de José Cosmelli Ibáñez, el de Matemáticas de Repetto, Linsket y Fesket, el de Botánica de Dos Santos Lara, el de Educación Democrática de Alexander, el Manual Peuser o los resúmenes de Larú.
…llevabas a la escuela el vaso de plástico desplegable, o comprabas en el quiosco Chicles Fort, bocaditos “Angelito Negro” chupetines “Tatín”o “Topolín” (con premio), pastillas Renomé, caramelos Media Hora, monedas de chocolate, la gallinita “con juguito” o los “sachecitos de miel” de distintos colores.
…bajo la ducha cantás “Al trotecito, tecito, tecito llegó…”, “Qué lindos que son tus dientes le dijo la luna al sol”, “Qué tranquilidad, señora mamá, para los chiquitos”… o “Uvita, uvita, ta, ta, ta, ta”…
… jugaste con los palitos chinos, el revólver a cebita, la máquina de coser Norita, el Mis Ladrillos de goma, el Mecano, el cerebro mágico, la escopeta con corcho, el legítimo Yo Yo Russel, el Tiki Taka, las cartas Tope Quarter, el Bombero Loco, los autitos Duravit o los de plástico con macilla y cucharita.
…te amenazaron con “El hombre de la bolsa”, te dijeron que si te ponías bizco un golpe de aire te podía dejar así para toda la vida, te advertían que era muy peligroso comer sandía y tomar vino o te indicaban que el que jugaba con fuego se haría pis en la cama.
…se te dio por tejer y hacer bolsas con los sachets de leche vacíos.
…“te estafaron” cuando compraste el set de los Sea Monkeys que nunca crecieron, ni se hicieron amigos ni nada por el estilo.
…usaste colonia Gelatti, Vitess, Polyana 555 o fijador Brylcreem.
…te enganchás en el canal Volver con Titanes en el Ring, Piluso, Los Tres Chiflados, V Invasión Extraterrestre, Súper Agente 86, La Pantera Rosa, Meteoro, Plaza Sésamo, El Pulpo Negro u Odol Pregunta.
…veías Telescuela Técnica, Baretta, Las calles de San Francisco, Telematch, La isla de Guilligan, División Miami, Cupido Motorizado, Bonanza, o Las aventuras de Rin Tin Tin.
…comprabas los discos de Música en Libertad, Alta Tensión o el doble de Flecha Juventud.
…en la tanda televisiva esperabas que apareciera el japonés de “Takayama mentiroso”, Jorge Martínez presumiendo de ser “un león vendiendo Durax” o al Ratón Ayala asegurando con su particular voz que “En Europa no se consiguen”.
…cantaste aquello de “Dánica dorada, Dánica dorada, era para untar” , “Si se mueve, flan flan”o “Los chicos juegan, juegan y juegan, van de paseo van a la escuela”…
…jugaste al elástico en el recreo, a “Cachurra monta su burra” o a la “tapadita” con las figuritas, “estafando” en el canje a los de grados inferiores y a las “canicas”, incluyendo las japonesas y las “lecheras”.
…en los cumpleaños te divertías con el juego de la botellita, el poliladron, la rayuela, la mancha helada, o el gallito ciego.
…a las cinco de la tarde, el rito era el café con leche, pan con manteca (con azúcar encima) acompañando un nuevo capítulo de “Jacinta Pichimahuida”, “El Zorro”, “Estrellita esa pobre campesina” o “Gaby, Fofo y Miliky”.
…recorriste negocios de venta de repuestos en la avenida Colón para comprar la colita rutera, las gomas pantaneras o la bocina de aro para el volante del auto.
…comprabas estampillas en la escuela para la libreta de ahorro de la Caja Nacional.
…se te pianta un lagrimón cuando recorrés la costa o Constitución y descubrís que ya no existen más Aloha, Papagayo, Enterprisse, María Lopez, Light Power, Frisco Bay, Puig Mayor, Banana, o Chaplin.
…te cansaste de explicar que un “asalto” no era un robo a mano armada sino un baile en un garaje, atesorás fotos de la colimba y sostenés que “Carne” fue la mejor película de la Coca Sarli.
…usaste camperas Polar, armaste barriletes con una hojita de afeitar en la cola o siempre tenías en paquete de pastillas Picanola en el bolsillo.
…cuando al abrir el paquete de cigarrillos o de chocolate, recordás que en tu infancia despegabas el papel de aluminio porque si juntabas un kilo, se decía, te pagaban una millonada.
…en el cajón de la mesita de luz tenés varios boletos capicúa o una entrada del autocine Mar del Plata que estaba en la calle Aragón y 184, frente a la papelera.
…compraste remeras Fred Perry, Lacoste, o Hang Ten, pantalones Levis o Wrangler en Susans, el único lugar donde encontrabas artículos importados.
…compraste las zapatillas “All Star” de lona, importadas de Estados Unidos, o las “Reyna” de Brasil, o juntabas moneda por moneda para comprarte un jardinero en “Little Stone”.
…gastabas los pantalones “Lee” para diferenciarlos de los “Far West” (que eran nacionales) o usabas mocasines con suela de crepe.
…escuchabas cada noche a Guillermo Ulises Sánchez en su programa Joven Imaginación, que abría casi todos los días con Rapsodia Bohemia, Mensaje en una botella (Police) o el infaltable Bobby Brown de Zappa, pasando obviamente por “The Wall” de Pink Floyd.
…sugerías, ante un pulóver roto en el codo, que lo mejor sería ponerle un buen “pitucón”.
…transformabas tu bici en una poderosa moto, con sólo colocarle un cartón duro, una chapita o una bombita de agua inflada entre los rayos de la rueda. Si tu bici tenía el asiento “banana” eras el capo máximo de la cuadra.
…fuiste a las piletas de Punta Iglesia a “espiar” a los famosos y otros integrantes de la farándula que se daban citada todos los veranos.
…aprendiste a nadar en la pileta Royal con el profesor Jorge Alvear que te tiraba desde el trampolín para que “pierdas el miedo”.
…jugaste al fútbol en la canchita de “Los curas”, manzana delimitada por Independencia, Matheu, Quintana y Salta o recordás que todos los veranos esa misma manzana era asiento obligado de los más famosos circos que pasaron por la ciudad.
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