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Cultura 5 de septiembre de 2016

Una reina sin corona: Borgoña

Por Luciana Balanesi

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Fue cuando tuvo que digitar la clave en el postnet, que sus uñas resquebrajadas, desprolijas y con el esmalte saltado se le clavaron en la mente y le pincharon, desinflándole, la imagen de mujer minuciosa y segura que de ella misma tenía construida en su cabeza.

Se distrajo por culpa de esa ruptura interior. La cajera tuvo que toser para traer a Silvina de vuelta. Entonces ella disimuló y siendo indiferente al grito de las uñas que hacía un instante la había ensordecido, apretó tecla por tecla, inclinando hacia su lado el aparato con la intención de que la empleada, de uñas envidiables, no viera el estado de sus manos.

Embolsó los productos de limpieza separados de los de perfumería. En una bolsa todos los lácteos, en otra los congelados, las bebidas aparte. Todo muy prolijo menos sus manos.

Tenía tiempo suficiente para hacerse una escapada hasta la peluquería. Las patitas de pollo que acababa de comprar le resolvían el almuerzo de los nenes y en la heladera tenía verduras listas para su ensalada. Al mediodía, por lo general. comían sin el marido. En el auto bajó la luneta con la única intención de esconderse. Llegó, apurada, a lo de Mabel, su peluquera amiga. Sin demasiadas explicaciones se hizo el spa de manos.

Pagó, a propósito, con su tarjeta de débito. Maxi le tenía prohibido usar esa cuenta para cuestiones personales, pero no inclinó esta vez el postnet. Ya en el auto usó el espejo retrovisor para pintarse los labios de rojo y disfrutar del encuentro armonioso y sublime de sus uñas esmaltadas en borgoña con su boca, ahora bien vestida. Tranquila fue a retirar, puntual, como siempre, a sus hijos al colegio.

Esa noche, sin embargo, le costó conciliar el sueño. El té de tilo no había logrado calmar su ansiedad. Tan lindas que le había dejado Mabel las manos…. Sin demasiadas vueltas, y mientras el marido miraba las olimpíadas en el plasma del living se fue a la cama. Puso un capítulo de la serie que desde la semana anterior venía viendo en Netflix y, por suerte para Maxi, se quedó dormida.