Hace seis años, un movimiento nacional dedicado a los cuidados paliativos para enfermos terminales decidió desembarcar en Mar del Plata y extender así una red de contención que ya había comenzado a crearse en diversos rincones del país a partir de 1986. La iniciativa trata del trabajo que realizan los voluntarios de Hospice, una organización sin fines de lucro cuyo principal objetivo se centra en el acompañamiento de todo aquél que esté atravesando la última etapa de la vida. “Respetando la integridad y dignidad del paciente” y “dando consuelo a la familia en duelo”, como reza en su página oficial.

Conformada por un grupo de profesionales y voluntarios, la iniciativa busca centrar su atención en los síntomas físicos y emocionales del paciente y en sus familias más que en la enfermedad terminal, entendiendo que esa instancia en particular es abordada por el grupo médico responsable de la persona.

Además, la labor de los integrantes se valora, también, por su caracter gratuito. “Está orientado a pacientes que no tienen recursos, por lo que la asistencia es totalmente gratuita”, señaló a LA CAPITAL el director médico de Hospice y especialista en cuidados paliativos, Alejandro Alassia.

Según explicó el profesional, “todos los que trabajan en Hospice son voluntarios y brindan su aporte para seguir ayudando cada día más”.

En este sentido, explicó que el acompañamiento busca que el paciente “muera sin síntomas y sin dolor, acompañado por un equipo, tratando de intentar resolver aquellas cuestiones que tengan que ver con lo espiritual, con lo social, con el perdón, y que pueda resignificar su vida en la última etapa por más dolorosa que sea”.

Además de intentar aliviar el sufrimiento de la persona, entre los principales objetivos de la organización se encuentra el potenciar la máxima autonomía posible del paciente tanto a nivel funcional como en la toma de decisiones, mejorar la calidad de vida y brindar confort según sus necesidades y deseos, garantizando la atención y el acompañamiento de la familiar y brindando soporte emocional, social y espiritual.

El sueño de un nuevo espacio

El espacio funciona en lo que era el Patronato de la Infancia con el Obispado de Mar del Plata, pero el crecimiento de la organización y las propias necesidades que la tarea de Hospice demanda obliga a una urgente refacción.

Según señaló Alassia, el proyecto ya cuenta con los planos correspondientes, lo único que falta son los recursos económicos necesarios para seguir adelante con la idea.

“Una vez que tengamos eso podemos arrancar y empezar, una vez terminadas las obras, a cuidar a los pacientes ahí mismo”, señaló, explicando que hasta el momento son ellos los que se movilizan hasta los domicilios pero, en algunos casos, la necesidad de contar con espacios en condiciones determinadas comienza a sentirse.

En este sentido, el médico convoca a todos aquellos que deseen colaborar a contactarse con los organizadores a través de su página oficial o su Facebook Hospice Mar del Plata.