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Interés general 26 de agosto de 2017

Una medida de AFIP “complica la vida a los productores rurales”

La AFIP impone en estas semanas un nuevo Registro Fiscal de Tierras Rurales Explotadas. Desde los colegios de contadores advierten serias complicaciones con el cambio. LA CAPITAL consultó a una especialista en el tema.

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La contadora Marcela Fraboni, asesora del sector rural del sudeste bonaerense y docente en la cátedra de Impuestos en la Universidad Nacional de Mar del Plata, afirma que una reciente medida de la AFIP “les está complicando la vida a los productores”.

Se refiere al nuevo Registro Fiscal de Tierras Rurales Explotadas, que la misma contadora Fraboni refiere como un régimen de información publicado por AFIP en julio y que entró a regir el 1º de agosto, con el número 4096.

“Reemplaza a un régimen que, digámoslo ya, era más sencillo que éste que ahora imponen”, puntualizó la especialista al ser consultada por LA CAPITAL Campo.

“Los consejos profesionales de contadores -explicó- están pidiendo ante todo un prórroga, porque este régimen tiene muchísimo requisitos a completar. Esto es incompatible con el propósito declamado por la AFIP de simplificarle las cosas a los contribuyentes. La AFIP se comprometió a considerar la prórroga pero aún no ha dicho nada”.

– ¿Qué es lo que se solicita?
– Buscando unificar los registros, la AFIP requiere infinidad de datos sobre los inmuebles. Antes, con la resolución anterior, la 2820, se cargaban entre otros los datos catastrales de los inmuebles y los puntos de posicionamiento geosatelital. Pero ahora también se piden cosas como, y les doy un ejemplo, el número de matrícula del escribano interviniente en la compra de los inmuebles. Y les comento otro ejemplo de lo que ahora exigen: hay que adjuntar en archivo PDF la escritura de compra del inmueble.

– ¿Qué otras cosas no quedan claras?

– Son trámites que llevan mucho tiempo por la gran recolección de datos necesaria. Pero hay cosas que no quedan claras: la resolución no pone como sujetos obligados a los arrendadores de inmuebles, porque los actividades son las de producción de granos y oleaginosas y a su vez las de subcontratación. Pero en realidad el arrendamiento no es una subcontratación. Pero si los arrendadores de inmuebles no registran por esta resolución, sufren una fuerte penalidad. Al pagarles el arrendamiento, los arrendatarios le deberían retener el 28 por ciento. Como se ve, es bastante gravosa la penalidad por no cumplirlo. El problema apremia ya que en julio y agosto se renuevan los contratos de arrendamiento, especialmente los de inmuebles rurales.

– ¿Y si no hubiera una prórroga?

– El problema es que la Resolución 4096 deroga lo dispuesto en la Resolución 2820 por la cual se registraban los contratos para que el arrendatario, al momento de pagar, verificase si el arrendador se habría presentado ante ese régimen de información y, de ser así, retenía sólo el 6 por ciento de lo que correspondía en concepto de impuestos a las ganancias. Ahora el problema es la falta de practicidad en la aplicación, porque hay que conseguir demasiados datos del inmueble, y no es fluida la carga…

– ¿Y al fin qué busca la AFIP con el cambio?

– Quiere evitar el papel, que todo se tramite se realice digital y directamente con la AFIP, la que también quiere terminar con las presentaciones personales en sus oficinas. Buscan simplificación pero están lejos de lograrla. Otra cosa que sería bastante práctica es que se ponga un límite de carga, que se tengan que registrar los contactos o los inmuebles que tengan más de una determinada cantidad de hectáreas y así se agilizaría mucho más y nos consultaríamos sólo en los casos más relevantes.

– ¿Con el régimen anterior no había transparencia?

– Al contrario: ahora, el objetivo de la AFIP es transparentar todo el tema de los arrendamientos rurales, pero eso ya estaba logrado porque los arrendadores, los dueños de tierra, y los productores que hacen su propia explotación presentaban toda esa información a la AFIP. Todas las actividades estaban transparentadas. Y el trámite se hacía fluidamente, sin complicaciones. Con el cambio, sobre todo se perjudica a los pequeños productores que no tienen una gran estructura administrativa, o directamente no la tienen, de tal modo que deben recurrir a su contador, quien a su vez siente que está obligado a realizar tareas de agrimensor.