En la noche del crimen de Víctor Corbalán (79), un hombre que sufría el trastorno de Diógenes y acumulaba objetos y desperdicios en su casa, las cámaras de seguridad de la zona captaron a una mujer y a un joven retirarse del lugar con una garrafa y unos bolsos. Esa imagen, junto a algunos testimonios de vecinos, permitieron a los investigadores de la DDI Mar de Plata deducir que ambos tenían vinculación directa con el homicidio. Lo que no imaginaron era que se trataba de una madre y de su hijo.

Tanto la mujer de 37 años como su hijo de 23 fueron detenidos en la tarde del miércoles, acusados de asesinar a golpes a Corbalán para robarles sus pocas pertenencias.

El trasfondo de la relación entre la mujer y la víctima incluye, además, un escenario de estafa, con un préstamo de la Anses que Corbalán se veía coaccionado a entregar.

El fiscal Leandro Arévalo imputó a ambos del asesinato.

El crimen de Corvalán ocurrió el jueves pasado y horas más tarde su cadáver fue encontrado por la policía después de que algunos vecinos reportaran al 911 su preocupación. Corvalán vivía en una casa precaria de 25 de Mayo al 8700, en el barrio Malvinas Argentinas, y tenía por compañero un perro. El animal solía estar siempre dentro de la vivienda y a los vecinos les llamó la atención que no quisiera ingresar.

Cuando la policía de la comisaría sexta llegó al lugar se encontró con una escena marginal: sobre un montón de desperdicios, basura y objetos en desuso estaba el cuerpo de Corvalán. Estaba recostado sobre el montículo y, a primera vista, tenía una herida sangrante en la frente.

La autopsia posteriormente confirmó que el anciano presentaba lesiones internas producidas por fuertes traumatismos, incluidas las fracturas de seis costillas, y por eso se dispuso que se investigara un posible asesinato. Así fue como se le entregó la pesquisa al Gabinete de Homicidios de la DDI que realizó un relevamiento vecinal para conocer algo más de las relaciones de Corvalán. El dato más importante lo aportó una vecina que dijo que siempre lo visitaba una mujer de unos 40 años y que era alguien con problemas de adicciones.

Al analizar las cámaras de seguridad se obtuvo una imagen reveladora: en las horas cercanas al crimen se observa salir a una mujer y a un adolescente cargando una garrafa y unos bolsos o mochilas. A la vez un informe de la Anses sobre la situación previsional de Corvalán ayudó al fiscal Arévalo a conjetura, en principio, algún móvil económico en el crimen, dado que se estableció que se había generado un crédito por una suma no muy significativa.

La vinculación de todos los datos sirvió para identificar a esa mujer como Romina Ríos, domiciliada a pocas cuadras de la casa de Corvalán, en Belgrano al 8800. También se pudo saber que el adolescente que aparecía en la imagen era su propio hijo de 23 años.

En la tarde del miércoles, la Justicia de Garantías autorizó el allanamiento en dicho domicilio y en el lugar fueron aprehendidos la mujer y su hijo. Ambos quedaron acusados del delito de homicidio en ocasión de robo.