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Policiales 10 de noviembre de 2017

Una fiscal quiso aplicar una pena imposible a un violador serial: intentan anularla

La controvertida fiscal María Isabel Sánchez, antes de tomarse licencia psiquiátrica, propuso la condena de 35 años para Claudio Valente en un juicio abreviado. Sin embargo, para esa variante procesal el máximo es de 15. Está en juego una futura nulidad.

Claudio Valente.

La Justicia local intenta desactivar un acuerdo de la fiscal María Isabel Sánchez que ofreció juicio abreviado a Claudio Valente, el violador serial céntrico, cuando por el monto de la pena eso es imposible.

Un día antes de pedir licencia Sánchez acordó con la defensa oficial una condena de 35 años de prisión pero para poder ratificarlo un juez debería declarar la inconstitucionalidad de la pena máxima que, para ese instituto procesal, es de solo 15 años.

El intento de la fiscal, que demuestra una audacia lindante con el desconocimiento, llegó a oídos del procurador Julio Conte Grand que ordenó de forma urgente que no fuera ratificado.

Por eso de manera extraordinaria e invocando razones de política criminal -está en juego la nulidad futura de la pena-, el fiscal general Fabián Fernández Garello designó al fiscal Juan Pablo Lódola para reemplazar a Sánchez y ratificar o anular el acuerdo en una audiencia con el juez Aldo Carnevale y el imputado Valente. Esta audiencia, en la que el juez debía analizar el insólito pedido de Sánchez, estaba prevista para hoy pero finalmente no se pudo materializar por singulares complicaciones en el traslado de Valente desde la cárcel de Batán.

Sanchez al pedir sorpresivamente licencia psiquiátrica dejó una serie de causas complejas en la Fiscalía N°8 que requieren especial atención: como la de Lucía Pérez, la del triple crimen del barrio El Martillo o lo referido a Claudio Valente, el “violador serial céntrico”, acusado de cinco hechos de abuso sexual contra mujeres cometidos entre marzo y abril de 2014.

Lo que sucede en torno a una situación tan compleja como es la referida a un hombre acusado de haber violado de al menos cinco mujeres no tiene parangón. Fuentes judiciales informaron que antes de pedir su licencia psiquiátrica, la fiscal María Isabel Sánchez había propuesto la pena de 35 años de prisión para Valente en juicio abreviado.

Por supuesto que, con toda las pruebas en su contra -su ADN fue hallado en ropas de las víctimas, éstas lo reconocieron en ronda fotográficas y al ser detenido tenía en su poder elementos pertenecientes a las mujeres- lo más probable era que Valente fuera condenado a una pena muy superior en un debate oral, por lo que la solución en juicio abreviado fue aceptada por su defensa.

Según el artículo 395 del Código Procesal Penal, el juicio abreviado no admite acuerdos por penas superiores a los 15 años, de modo que Sánchez interpuso un reclamo para que se falle inconstitucional esa normativa.

Lo extraño de esta decisión de Sánchez es que el juicio oral y público ya estaba fijado para los días que van del 5 al 18 de diciembre próximos.

No se conocen los motivos por los cuales Sánchez quiso eludir el juicio oral y se descarta que sea para proteger a las víctimas de Valente, ya que las mismas mostraron voluntad y deseos de enfrentarlo.

En un ir y venir del expediente por Tribunales se acordó que la audiencia, entre el fiscal Lódola, Valente y su defensa y el juez Aldo Carnevale se realizara este viernes por la tarde, pero la misma tuvo que ser suspendida.

Primero el acusado de haber violado a cinco mujeres no quería ser trasladado de la Unidad Penal hasta Tribunales para que le anularan un juicio abreviado que, por negligencia de la fiscal, aparentemente le favorecía. Una vez que las partes pudieron explicarle que el juicio abreviado en su caso era inconstitucional y aceptó ser trasladado a Tribunales, el vehículo del Servicio Penitenciario se rompió en la ruta y tuvo que regresar a la cárcel.

Frente a esta circunstancia, el lunes se realizará la audiencia en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 para suspender definitivamente el juicio abreviado planteado por Sánchez antes de pedir su licencia psiquiátrica y, además, en caso de rechazo se deberá sortear un nuevo magistrado.

Como remate de esta situación en torno a una compleja causa que tiene como víctimas a mujeres que fueron abusadas sexualmente, el fiscal Juan Pablo Lódola, que por motivos de urgencia tomó el expediente y en tiempo record se pudo al día para poder pedir la audiencia y anular el juicio abreviado, no podrá estar al frente del caso en un eventual debate oral y público en diciembre ya que tiene sus vacaciones pedidas -con antelación, antes de que todo esto pasara- para esas fechas.

Violador céntrico

A Valente se lo conoce como el “violador céntrico” por sorprender a sus víctimas en ese sector de la ciudad, está acusado de cinco cargos por abuso sexual -tres de ellos con acceso carnal- y robo calificado. Además también tiene pendiente un juicio en Capital Federal donde se le imputa una violación perpetrada en febrero de 2014, antes de viajar a Mar del Plata.

Valente tiene que afrontar en Mar del Plata cerca de 20 cargos, entre ellos cinco abusos sexuales -esa es la cantidad de víctimas, aunque no todas fueron accedidas carnalmente-, privación ilegal de la libertad, privación ilegal de la libertad agravada, tentativa de abuso sexual, robo agravado y robo agravado en grado de tentativa.

En oportunidad de sustanciarse la prueba, los peritos psicólogos determinaron que Valente era imputable, de manera que el proceso judicial avanzó sin demasiadas dudas.

La carga probatoria contra Valente es contundente: su ADN fue hallado en ropas de las víctimas, éstas lo reconocieron en ronda fotográficas y al ser detenido tenía en su poder elementos pertenecientes a las mujeres. También se pudo reconstruir un accionar con el mismo patrón en todos los casos.

El aberrante derrotero

El 5 de febrero de 2014, Valente dejó la cárcel con el beneficio de la libertad asistida otorgada por el Juzgado Nacional de Ejecución Penal 1, por hallarse en el tramo final de una pena de 11 años y 8 meses de prisión que un tribunal porteño le había impuesto por los delitos de “privación ilegal de la libertad y robo”.

Valente cumplía esa condena en un instituto correccional de La Pampa y tras fijar domicilio en Lanús, donde vive su padre, recibió la orden para volver a la calle. Una de las condiciones era firmar periódicamente en el Patronato de Liberados de Lanús y así lo hizo dos veces: el 10 de febrero y el 6 de marzo de 2014.

Sin embargo entre esas dos fecha cometió el primero de los delitos y el único por el cual se lo enjuiciará en Capital Federal si recupera la “cordura”.

En la madrugada del 22 de febrero Valente habría interceptado a una joven que estaba por ascender a su automóvil. Luego la condujo hasta las cercanías de las vías del ferrocarril Roca donde, tras colocar un parasol en el parabrisas, la obligó a practicarle sexo oral.

Después del abuso manejó el vehículo hasta un sector próximo al puente Pueyrredón y escapó. Antes de irse le robó a la joven ultrajada dinero, un reproductor de música, un celular, un reloj, anteojos y un perfume.

La carga probatoria contra Valente es contundente: su ADN fue hallado en ropas de las víctimas, éstas lo reconocieron en ronda fotográficas y al ser detenido tenía en su poder elementos pertenecientes a las mujeres. 

La víctima pidió ayuda en una estación de servicios y se comunicó con sus familiares, quienes en ese momentos se hallaban en una comisaría realizando los primeros trámites para denunciar su desaparición.

En marzo ya no se lo ubicó por Buenos Aires y el 24 de ese mes se reportó el primer caso de una mujer violada en esta ciudad. Fue una joven interceptada en la zona de 14 de julio y Castelli mientras se aprestaba a subir a su automóvil. De allí el violador la condujo hasta 9 de julio y Malvinas donde la sometió sexualmente. De las prendas de esta mujer se recuperó material genético que posteriormente coincidió con el ADN de Valente.

Un peritaje similar realizado en prendas de vestir de una de las dos jóvenes abusadas el 21 de abril arrojó el mismo resultado. Además la fiscal Sánchez le atribuyó un doble abuso a Valente ocurrido cuatro días antes, el 17 de abril. En esa ocasión otras dos mujeres fueron obligadas a permanecer en el automóvil de una de ellas y conducir hasta la zona sur de la ciudad. Allí frente a las playas las sometió, aunque en distinto grado.

La policía logró recuperar, tras la detención de Valente el 22 de abril, elementos que les había robado a las víctimas. Fue durante un allanamiento a la habitación del hostel donde se alojaba en la zona de Tucumán y Gascón.



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