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Policiales 6 de noviembre de 2020

Una engañosa cita por WhatsApp, ¿la trama debajo del crimen del barrio La Herradura?

Una mujer de 18 años fue acusada de tener relación con el asesinato del camionero Nicolás Vieytes (30). Sin embargo, el juez de Garantías no autorizó su detención. Solo fue allanada la vivienda de la joven. La hipótesis fiscal tiene identificados a los supuestos asesinos.

Allanamiento de esta mañana en Rivadavia al 11800.

Ella tiene 18 años y ellos 33 y 22. Los tres fueron señalados por un fiscal como los presuntos participantes en el asesinato de Nicolas Vieytes (30), el camionero baleado el 28 de octubre último mientras circulaba a baja velocidad con su automóvil por el barrio La Herradura. Una engañosa cita por WhatsApp para un habría sido lo que ocultó un asalto que terminó de la peor manera.

Personal de la DDI local allanó esta mañana una casa, ubicada a unas pocas cuadras de Sartore al 1800, donde Vieytes fue asaltado y murió tras recibir un disparo en la cabeza.

La joven fue notificada hoy de su procesamiento en su casa de Rivadavia al 11800, en la única diligencia que autorizó el juez Daniel De Marco pese a que el fiscal Leandro Arévalo había solicitado su detención, como también la del hombre de 33 años, al que considera el presunto autor material del disparo que atravesó la ventanilla e impactó en la cabeza de Vieytes. Un tercer involucrado en el homicidio, según Arévalo, es el joven de 22 años detenido el mismo día del hecho aunque por amenazas.

La historia que logró reconstruirse gracias al análisis del teléfono de la víctima, de algunos vecinos del barrio y de las cámaras de seguridad revela un posible engaño iniciado en la concertación de una cita por internet entre la joven mujer y Vieytes. El camionero atravesó toda la ciudad para reunirse, mientras que, según la hipótesis de la fiscalía, la joven ya había organizado el plan para asaltarlo.

El miércoles 28 de octubre a las nueve de la noche, Vieytes llegó a la zona de Rivadavia al 11800 a bordo de su automóvil Volkswagen Gol de color negro. Había acordado encontrarse allí con tras vincularse por Whatsapp pero la cita duró unos segundos. Cuando el automovilista se acercó a la joven, dos hombres armados lo asaltaron. La investigación indica con alto grado de certeza que los delincuentes llegaron a quitarle la billetera a la víctima pero luego le efectuaron un disparo a través de la ventanilla. Vieytes alcanzó a acelerar pero ya había sufrido una herida mortal en la cabeza y el vehículo, tras seguir su marcha unos pocos metros, chocó contra una columna de alumbrado.

Gracias a que los asesinos no se llevaron el teléfono celular de Vieytes se pudo retroceder en el tiempo y descubrir el motivo que más intrigaba a los investigadores: qué hacía allí la víctima, tan lejos de su casa y en ese horario. No solo en los audios de WhatsApp se confirmó cómo la mujer citó a Vieytes, sino también cómo a las 21.12, segundos antes del crimen, ella le indica en qué lugar detenerse. Las cámaras de un comercio cercano y otras del COM grabaron el momento del acercamiento del Gol al punto de encuentro, que se produjo junto a una camioneta y frente a la casa de Sartore  al 1855, un domicilio ajeno a los acusados.

La pesquisa se basó en el teléfono pero también en algunos testigos que pudieron ver a un hombre encapuchado junto al auto tras las detonaciones (se habrían efectuado dos disparos) y luego huir del lugar. Se cree también que completaron la fuga en una motocicleta.

Para el juez de garantías De Marco, la prueba presentada por Arévalo no fue lo suficientemente sólida para avanzar en las detenciones. Es verdad que el encuentro fue coordinado por la joven, pero con eso solo no parece alcanzar para atribuirle que estaba coordinada con los otros dos señalados para robar a Vieytes. Puede argumentar la mujer que ella también se vio sorprendida, aunque el hecho de que haya hecho desaparecer su teléfono y cambiarle el chip a las 21.50 la compromete.

Por otra parte sí es débil la evidencia que identifica a los dos sospechados. Apenas algunas descripciones de testigos ocasionales y unos datos aportados por un familiar de Vieytes a partir de una información que le llegó a su teléfono.

Por lo pronto, la mujer fue notificada del artículo 60, es decir, de que está bajo investigación y que deberá declarar en ese contexto. En el allanamiento, como se esperaba, no se halló su teléfono celular ni ningún elemento de interés para la causa.

 



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