Una denuncia, un crimen y un asesino preso alrededor de la causa de la “narco pollería”
Matías Tobajas (37) había sido asesinado hace un mes luego de haber denunciado a una banda que vendía droga en el barrio Pueyrredon. Ayer, tras un mega operativo, cayeron diez personas que operaban a menos de 100 metros de la casa la víctima.
El 30 de noviembre de 2018, hace menos de dos meses, Matías Tobajas (37) estaba en la puerta de su casa de Puán al 8100. Salir a la vereda, un acto común para la mayoría, se había transformado en una aventura de alto riesgo para él después de que denunciara la venta de drogas en esa zona de la ciudad.
Eran las 15.30, minutos más o menos, y Tobajas estaba a metros de la esquina de Puán y Brumana cuando alguien lo empezó a increpar. Se dio vuelta para mirar y comprobó que era Roberto “El Monito” Altamiranda, una de las personas que Tobajas había denunciado. El disparo entró por el abdomen y siguió su recorrido hasta cercenar la arteria femoral. Entre familiares y vecinos lo llevaron al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) donde quedó internado en gravísimo estado.
Un par de días después a los médicos no le quedaron otras opciones más que la de amputar una pierna a Tobajas pero con eso se solucionaba todo el daño que el proyectil había hecho. Nadie lo sabía en ese momento. Las lesiones abdominales también eran severas.
Mientras la salud de Tobajas se deterioraba, Altamiranda lo pensó bien y decidió entregarse. En el peor de los casos, un abogado lo iba a defender por lesiones graves y un mal abogado por tentativa de homicidio. Por eso el 8 de diciembre se entregó a la DDI y quedó a disposición del fiscal Arévalo.
Sin embargo, una semana después, Tobajas entró en estado irreversible y en la madrugada del 16 de diciembre se produjo su muerte.
El fiscal Arévalo modificó los cargos contra Altamiranda quien pasó a responder penalmente por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
En las últimas horas, un grupo de vendedores de drogas de la ciudad fue desbaratado. El principal implicado, dueño de unas pollerías en la ciudad, al ser detenido lo primero que dijo ante los policías fue “¿Quién me batió, el boludo de enfrente, no?”. Este hombre se domiciliaba en Brumana al 2100 a solo 80 metros de la casa de Tobajas y del lugar en donde lo asesinaron por denunciar la venta de drogas.
En realidad, la investigación en torno al hombre detenido ayer empezó mucho antes de la denuncia de Tobajas, ya que las primeras intervenciones telefónicas datan del mes de septiembre.
Tobajas murió bajo la misma ley de fuego que alguna vez lo había mandado a prisión. En mayo de 2007 participó en el asesinato Cristian Cahumil, quien como él fue baleado y murió días después en el HIGA. A Tobajas lo atrapó la policía en un asentamiento de Villa del Parque, hasta donde había huido tras el crimen de Cahumil ocurrido en San Martín al 3400.