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Opinión 22 de septiembre de 2016

Un nuevo código de publicidad es posible

Por Lucas Fiorini (*)

 

Necesitamos ayudar a reactivar la economía de la ciudad para fomentar el trabajo y el ingreso de recursos genuinos que alcance al conjunto de los marplatenses, incluyendo al ámbito público, que está desfinanciado y no puede cumplir ni siquiera con las obligaciones mínimas del estado.

Esto se hace con varias medidas, enmarcadas en un rumbo claro y con una gestión que debe agilizarse. En ese marco, una cuestión importante para cambiar la situación de parate de la ciudad es permitir la ampliación criteriosa y rápida de la publicidad y propaganda que puede trabajarse mejor en un distrito grande y turístico como el nuestro.

La mayoría de la población, de los comerciantes, de los trabajadores, de las empresas están de acuerdo en cambiar el código de publicidad actualmente vigente, el cual queriendo ordenar la anárquica práctica que había invadido Mar del Plata se fue al otro extremo, donde se regula e impide casi todo, paralizando al sector.

El oficialismo presentó un proyecto para un nuevo código de publicidad. Coincidimos en las posibilidades que abre permitiendo más inversiones y nuevas tecnologías, cuidando el patrimonio y las bellezas naturales de nuestra hermosa ciudad. Podemos discrepar con la técnica legislativa y en algunos aspectos, pero queremos que prime la posibilidad de contar rápido con un instrumento en materia de publicidad que ayude en la ansiada reactivación de la economía: por eso nuestro compromiso y predisposición para que se apruebe sin demoras injustificadas una nueva ordenanza. Si el oficialismo es abierto y escucha nuestras propuestas de modificación, elevadas de buena fe y con consideraciones que creemos mejorarán sustancialmente la ordenanza, podrá contar con nuestro acompañamiento.

Centralmente las modificaciones que planteamos -luego de haber estudiado el proyecto oficial, escuchado a expertos y a quienes implicará directamente, y comparando la normativa y experiencia de otras ciudades de nuestro País y del mundo- están vinculadas con los siguientes aspectos: facilitar y acelerar los trámites burocrático/administrativos incorporando una autorización tácita pasado un lapso prudencial de tiempo; establecer certeza a quien se le apruebe una publicidad, de forma que se puedan hacer inversiones importantes, otorgando autorizaciones por cinco años y cambiando el carácter precario que le da el proyecto oficial, que deja todo a discreción del funcionario o gobernante de turno, lo cual es inadmisible por razones de seguridad jurídica y transparencia pública; no retroceder con lo que estaba bien legislado en materia publicitaria en el código que se derogará, como por ejemplo con el tratamiento de salientes, que debería quedar igual y no limitarlo más, lo cual va en contra del espíritu general de la reforma que pretendemos; ampliar las promociones y propagandas que se pueden hacer en temporada, simplificando el intrincado sistema proyectado para la publicidad en zonas turísticas.

Si trabajamos con una lógica de políticas de estado, que apuesten al Bien Común por encima de diferencias partidarias, podemos avanzar en un ordenamiento que cuente con apoyo de sectores importantes del oficialismo y la oposición. Es una buena señal que podemos emitir desde nuestra ciudad. Y en la próxima sesión, prevista para el 13 de octubre, General Pueyrredón podrá contar con un nuevo y moderno código de publicidad, mejorando las expectativas para esta temporada que se avecina y preparándonos competentemente para el futuro.

(*) Presidente del bloque de concejales del Frente Renovador.