Por Juan Miguel Alvarez

Lionel Messi es el jugador más importante en la historia de Barcelona. En un registro estadístico más de tantos otros, el astro argentino hizo este sábado el gol 6.000 del conjunto catalán en la historia Liga española de fútbol. Nueve años antes, también había logrado el 5.000.

Pero lo que pocos saben es que un marplatense fue el autor del gol 1.000. Se trata de Marcos Aurelio di Paulo, quien rubricó su nombre para la eternidad el 22 de octubre de 1950.

Marcos Aurelio nació en Mar del Plata en 1920. Pero después de jugar en las divisiones inferiores de Quilmes de esta ciudad, con apenas 15 años se fue a Chacarita Juniors, que desde el inicio del profesionalismo (y varios años antes también en el amateurismo) era protagonista de la máxima categoría del fútbol argentino.

Estuvo cinco años en el conjunto “funebrero” y después pasó a Vélez Sarsfield, que recién había descendido a la segunda división. Allí permaneció hasta 1944, cuando tomó una decisión que cambió por completo su carrera deportiva: se fue a México.

Marcos Aurelio fue uno de los argentinos (con Angel Fernández, Antonio Battaglia y Miguel Rugilo) que le dio un salto de calidad al Club León, que en 1947-1948 consiguió su primer título en la liga mexicana. El marplatense marcó 19 goles esa temporada.

Por eso no llamó la atención su pase a Barcelona. Allí recibió un sueldo importante (siete mil pesetas) y se instaló en un departamente ubicado sobre el Paseo de Gracia. El primer año no convirtió goles pero ganó tres títulos: Liga, Copa Latina y Copa Eva Duarte, un torneo español con el nombre en honor a “Evita”.

En la siguiente temporada, jugó 22 partidos y anotó 8 tantos. Y en la tercera y última en Barcelona, marcó 10 goles en 27 presentaciones. Uno de ellos, el que hizo el 22 de octubre de 1950 en el estadio de Les Corts ante Lleida (6-1 fue el resultado) fue nada menos que el número mil en la historia del club en la Liga de España.

Esa temporada el marplatense también se dio el gusto de compartir vestuario con el húngaro Ladislao Kubala (considerado uno de los mejores futbolistas de la historia) y ganó otro título para su vitrina: la Copa del Generalísimo, aunque sin disputar la final.

Pese a que pudo quedarse en Europa, por motivos familiares (su mujer Iris no se adaptó) regresó a León.
Al año siguiente logró otro título en la Liga de México y justo antes de su retiro en 1957 volvió a llevar al club del estado de Guanajuato a la cima, con un gol en el partido desempate por el título ante Oro de Jalisco.

Marco Aurelio di Paulo falleció en 1996. Y su nombre fue recordado el sábado, cuando Messi le marcó a Alavés el gol 6.000. Porque 68 años antes el marplatense también escribió con letras de oro la historia culé.