Esta mañana un jubilado de la ciudad decidió llevar adelante una protesta por la reapertura integral del sanatorio Eva Duarte, ex Emsha. El hombre, que protagonizó el reclamo en total soledad, colgó banderas en el puente de Punta Iglesia e instó a los vecinos que transitaban por el lugar abordo de sus vehículos que “toquen bocina” para demostrar apoyo. Según señaló a LA CAPITAL, había invitado a cerca de 15 centros de jubilados de la ciudad, pero quiso suponer que “se han dormido o no han querido concurrir“.

El marplatense se llama Roberto Vega y ya ha alcanzado notoriedad pública en varias ocasiones. En dos oportunidades por “encadenarse” frente a la institución médica ubicada sobre la avenida Juan B. Justo, y también por “revestir” el monumento al general San Martín con sus banderas de protesta hace pocos días atrás. Sin embargo, en esta oportunidad cambió de escenario y eligió el paseo costero para visibilizar la problemática que lo afecta.

“Hace tres años que cerró el Eva Duarte, hace dos años y medio abrió con dos o siete consultorios externos y ya hace dos años que venimos luchando por la apertura total. Ahora se está hablando de la apertura para el 30 agosto, y se habla de 60 camas. Nosotros necesitamos las 120 camas porque el sanatorio se cerró estando en marcha, no hubo un incendio, no hubo nada, ni un deterioro para justificar que no se pueda abrir”, subrayó Vega.

A su vez, el jubilado sostuvo haber tenido en varias oportunidades reuniones con la titular del PAMI local, María Navarro Granollers. “He hablado 14 veces con la señora directora y he tenido respuestas, pero las soluciones no llegan”, señaló, asegurando que la “última vez” la directiva lo hizo esperar tres horas.

“Yo no milito en ningún partido político. Los veo positivos a todos y a los centros de jubilados aun más porque implican una buena atención para nosotros y para nuestro esparcimiento. Voy a seguir luchando por esto, por eso pido que toquen bocinas y que se acerquen los jubilados“, solicitó.

Mientras los autos y peatones pasaban, Roberto cautivaba la atención de todos. Entre las frases que emitía a través del megáfono se encontaron estas: “No hemos llegado a esta altura de nuestras vidas porque nos hemos quedado sentados, hemos estado trabajando para este querido y dichoso país. No somos una mercancía”.