Ubicuidad del mal y resistencia humana
Un comentario de Bertha Bilbao Richter, Vicepresidenta del Instituto Literario y Cultural Hispánico, sobre "Las piezas que arman el mundo".
El mal puede surgir en cualquier momento,
de cualquier manera, sin un propósito definido,
pero el bien es capaz de luchar de manera inclaudicable
en pos de lograr su íntimo y tenaz propósito, que es la lucha
por derrotar al mal.
Eduardo Balestena
Este libro de Eduardo Balestena es una de las tantas reflexiones frente a la pandemia que azota al mundo, pero ésta en particular, está referida a nuestro país; además, es una evocación de un largo proceso y una advertencia de sus efectos en el orden social, político , económico y fundamentalmente, en la ética que rige las conductas humanas. Más allá de una información pormenorizada y muy bien documentada de nuestro enfrentamiento con el coronavirus, Balestena describe el temor ante la incertidumbre de su origen, el desconocimiento de las estrategias defensivas de la humanidad que hoy debe valorar una vez más la capacidad intelectual del hombre, de la ciencia y la tecnología para la sobrevivencia de la especie, pero del mismo modo, tomar conciencia de la vulnerabilidad de la humanidad, tanto en el aspecto sanitario como en el económico y en la indiscutible relación entre ambos. De ahí la puntualización del autor de los errores de quienes, quizás por ignorancia que apresura disposiciones autoritarias que el cuerpo social rechaza, agravan el mal.
En consonancia con el pensamiento de Yuval Noah Harari, quizás aún antes de que el historiador y filósofo se manifestase a través de sus conocidas conferencias, Balestena explicita que para comprender este presente que transitamos, es menester volver la vista atrás; Harari lo hace a través de la historia y Balestena desde la literatura que ha registrado situaciones semejantes vividas por la humanidad, en las que el ensayista encuentra paralelismos relacionados con el común sentir: la incertidumbre ante un peligro desconocido, el miedo a la muerte, a las pérdidas, al confinamiento y, en un plano más amplio de significación, a la desaparición de la especie. Sin embargo, las diferencias con lo acaecido en pandemias o catástrofes en tiempos pasados, se marcan por los avances científico tecnológicos y los inimaginados medios de comunicación masiva e interpersonal con la esperanza en soluciones remediales, como del mismo modo, la capacidad de limitar el poder de autoridades que se autoconsideran guías para la salvación y esconden actitudes favoritistas en desmedro del bien colectivo y rayanas en el quebrantemiento de la ley.
La reflexión de Balestena parte de una experiencia personal, que fue también la de compatriotas imposibilitados de regresar a sus hogares por la repentina cuarentena que los dejó varados fuera del país o en el límite de sus provincias, con los perjuicios consiguientes.
El Diario del año de la peste, de Daniel Defoe, La peste, de Albert Camus y el relato “La inundación” de Ezequiel Martínez Estrada permiten al autor marplatense vincular los flagelos narrados con el que estamos soportando. En todos ellos la condición humana muestra sus fortalezas y debilidades y la autoridad política y sanitaria, temerosa de perder poder y credibilidad, formula promesas que se incumplen o dispone restricciones que producen el caos social. No puede soslayarse la resistencia de los pueblos ante disposiciones inentendibles.
Además de ofrecer un acercamiento al tema que el título del libro anticipa, la epidemia, desde la literatura, Balestena dialoga con voces de otros universos discursivos: filosófico, político social y fundamentalmente con nuestra Constitución y los Derechos Humanos.
El libro evade el encasillamiento de género, es una muestra de la hibridación textual contemporánea que, según los teóricos del momento, enriquece el pensamiento y la expresión de los escritores, de ahí que es válido considerar Las piezas que arman el mundo como una reflexión en la que el abogado, el trabajador social, el ensayista y el novelista aportan al discurso el poder de la narrativa y las reglas, la razón y la fuerza – una fusión de lo político e ideológico y el testimonio, sobre la base filosófica y ética. La bipartición del texto y los subtítulos pertinentes así lo demuestra.
El mensaje es claro para todo lector: Las piezas que arman el mundo “ diseñadas, ensambladas y defendidas por los productos de la razón y la civilización”, debemos mantenerlas en su sitio, porque el sistema del mundo moderno se basa en la confianza, en la cooperación de todos, en una ética colectiva que puede asegurarnos el triunfo del bien.
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