El gobierno de la provincia de Buenos Aires informará mañana un dato clave: la permanencia de Mar del Plata en fase 4 o su retroceso a la 3. La incertidumbre frente a la decisión, que podría ocasionar escenarios totalmente contrapuestos entre sí, surge tras desatado el brote de casos en la ciudad e impulsada una actualización en los criterios para determinar los niveles de aislamiento o distanciamiento social en territorio bonaerense.

La definición, que será comunicada este lunes por medio del boletín oficial, mantiene expectante a todo el arco político de la ciudad, pero también al sector empresario, muchos de los cuales en los últimos días buscaron dejar en claro el impacto negativo que tendría para en la economía local una restricción en las actividades exceptuadas.

Es que un eventual retroceso de fase en la ciudad llevaría no solo al fin de las salidas recreativas, sino también al cierre de los cafés y locales comerciales, entre otras actividades hoy permitidas en el municipio.

Cambio en los criterios

Las dudas comenzaron a surgir el viernes cuando, luego de confirmada la nueva etapa de aislamiento hasta el 2 de agosto, el gobierno de Axel Kicillof anunció una flexibilización en los criterios para pasar a las fases 4 y 5.

La letra chica de la medida establecía que en la fase 4 -que es en la que está actualmente Mar del Plata- se ubicarán aquellos municipios que en los últimos 14 días “hubiesen tenido más de 10 nuevos casos COVID cada 100.000 habitantes por semana”.

Las actividades exceptuadas para dicha fase son algunas de las ya habilitadas en el municipio desde hace varias semanas, como las obras privadas de construcción, las salidas de esparcimiento, los comercios de cercanía y el servicio doméstico. Sin embargo, el listado actualizado también incluye los locales gastronómicos, incluso los restaurantes, que en los últimos días desde el municipio evaluaban permitir la atención diurna (solo almuerzos).

Hasta ahí, buenas noticias para Mar del Plata. Sin embargo, la actualización de criterios para los distritos pertenecientes a la fase 3 encendió todas las alarmas en la ciudad.

En concreto, la descripción de dicho estadío establece que estarán en esa fase todos los distritos bonaerenses “en donde se haya producido un brote o un aumento significativo y repentino de casos COVID”. La permanencia en esta fase se centrará en “la velocidad de transmisión, medida en términos de tiempo de duplicación, o la ocurrencia de casos autóctonos en donde se verifique que la cadena de transmisión se corresponde con un escenario de transmisión comunitaria”.

Si bien hay preocupación de que el crecimiento en los contagios de los últimos días provoque un retroceso hacia la fase 3, el descenso en el número de casos confirmados en los últimos días genera alivio. También una realidad epidemiológica que desde el municipio repiten como un mantra: los focos están detectados y la amplia mayoría se dieron en establecimientos que estarían habilitados en fase 1.

Además, desde del gobierno de Guillermo Montenegro sostienen y remarcan que “no hay circulación viral” en la ciudad. Y aseguran que la frase “no es un capricho”, sino que se desprende de los indicadores: más del 93% de los casos se desprenden de focos identificados, como el hospital Houssay, los geriátricos y una pesquera clandestina. Estos tres establecimientos concentran 258 casos de los 296 reportados durante el mes de julio.

Esta lectura resulta clave ya que los casos autóctonos de los últimos días no reflejarían el “escenario de transmisión comunitaria” que estipula la fase 3. En fin, toda definición se conocerá mañana.

¿Qué habilita la fase 3?

Los empresarios y dirigentes gremiales de la ciudad también se hicieron escuchar en los últimos días. Es que un eventual retroceso a la fase 3 -en la cual técnicamente Mar del Plata nunca estuvo- implicaría el cese de varias actividades hoy exceptuadas y en funcionamiento.

Así, el Sindicato de Empleados de Comercio, la Unión del Comercio la Industria y la Producción (UCIP) y Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), además de los representantes de sectores gastronómicos, dejaron en claro el “brutal golpe” que una decisión de esas características implicaría para la economía local.

Es que según establecen las autoridades provinciales, entre las actividades que dejarían de estar habilitadas en dicho estadío se encuentran: los locales gastronómicos (entre ellos los cafés), los comercios de venta minoristas (de indumentaria y jugueterías) y las obras privadas. También podrían quedar sin efecto el permiso para las salidas recreativas y los deportes individuales.

De quedarse en fase 4, en cambio, Mar del Plata podría seguir con las actividades ya habilitadas y sumar una más: el servicio de comidas y bebidas en locales gastronómicos, uno de los pedidos más fuertes de las últimas semanas.

En tanto, la nueva fase 5 implicaría la posibilidad de hacer reuniones sociales de hasta 10 personas con distanciamiento, el regreso de las actividades culturales (transmisión remota y grabación de shows), la apertura de gimnasios y la posibilidad de hacer actividades recreativas con distanciamiento social. Acá solo estarían aquellos distritos con “menos de 10 nuevos casos COVID cada 100.000 habitantes por semana”.

De todas maneras, desde el Gobierno provincial, a través de su jefe de Gabinete, Carlos Bianco, aclararon que las habilitaciones no son “para siempre”. “Es una etapa de prueba para ver qué sucede con los casos y el tiempo de duplicación, podemos dar marcha atrás”, aclaró el funcionario en una conferencia de prensa.

Así y todo, la pregunta que se mantendrá hasta mañana a primera hora será: ¿Qué pasará con Mar del Plata? ¿Pasa a fase 3 o queda en fase 4 con restaurantes abiertos?