Trump copó el escenario y Milei es un artista invitado
Panorama político nacional de los últimos siete días
Por Jorge Raventos
Sin duda alguna la asunción de Donald Trump como presidente número 47 de los Estados Unidos ha operado como un formidable estímulo para la empresa política de Javier Milei. El argentino había apostado fuerte por Trump desde el inicio de su propia presidencia – cuando el triunfo del magnate podía ser previsible pero no era obvio- y actuó, si se quiere, como un adelantado del magnate americano, predicando en escenarios internacionales un credo emparentado con un análogo estilo vehemente y disruptivo.
Si desde el análisis político la nueva era trumpista envuelve en una atmósfera muy positiva a Milei –distinguido por el estadounidense como amigo y ensalzado por el zar tecnológico Elon Musk, poder detrás del trono en el nuevo establishment de Washington-, desde el punto de vista del espectáculo inevitablemente ha quedado relegado al nivel de telonero ante la aptitud impar de Trump para el show.
Por cierto, el magnetismo del Presidente 47 no depende en exclusivo de sus dotes para el escenario: ya en vísperas de la asunción había conseguido un éxito diplomático de envergadura que Joe Biden no había podido alcanzar en soledad: el acuerdo de alto el fuego e intercambio de rehenes y prisioneros entre Israel y el grupo terrorista Hamas. Además, a partir de su asunción el presidente ruso Vladimir Putin ya se muestra dispuesto a inclinarse ante el deseo de su colega americano de negociar el fin de la guerra en Ucrania. El mundo coincide en que con Trump nuevamente en la Casa Blanca se ha iniciado un ciclo global de grandes acontecimientos y ese es el motivo de fondo de su atracción.
En cualquier caso, el día de su inauguración, la celebrada performance del flamante presidente ante un estadio cerrado repleto consistió en firmar numerosos decretos ejecutivos cumpliendo promesas de campaña, proclamándolos y exhibiéndolos, uno tras otro, con su rúbrica muy notoria; cada decreto, ovacionado como un gol.
La sucesión de órdenes ejecutivas tenía su dosis de suspenso: ¿habría alguna disponiendo acciones sobre el Canal de Panamá, sobre el control de Groenlandia, sobre un cambio de nombre del Golfo de México? No. Esos asuntos, que la prensa destacó en declaraciones de Trump, no estuvieron presentes en las órdenes ejecutivas; ni en las que firmó en público, ni en las que suscribió en el Salón Oval de la Casa Blanca. Hubo, eso sí disposiciones sobre otros temas, algunos candentes, otros ideológicos. Trump ordenó la emergencia nacional en la frontera sur y resolvió envió de tropas del ejército a ese punto, medidas comprendidas en una ofensiva contra la inmigración, que también incluye la calificación terroristas a pandillas y carteles de la droga, la cancelación de solicitudes de asilo, la expulsión de extranjeros indocumentados y hasta la eliminación del otorgamiento de ciudadanía a los nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados (un punto que se convertiría en el primer tropiezo judicial de la nueva administración, pues varios gobernadores lo denunciaron y el juez federal John Coughenour de Seattle les dio la razón, lo caracterizó como “descaradamente inconstitucional” y bloqueó su aplicación en todo el territorio de Estados Unidos).
También por orden ejecutiva Trump dispuso iniciar el proceso de retirada de su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS).y del acuerdo climático de París. En otro orden de cosas, firmó una orden declarando que Estados Unidos, solo reconocerá “dos sexos, masculino y femenino. Estos sexos no son cambiantes y están basados en una realidad fundamental e incontrovertible”. Asimismo eliminó cualquier programa oficial que promueva la “ideología de género”. En fin: indultó a centenares de condenados, partidarios suyos, que la Justicia había encontrado culpables del asalto al Capitolio y de sus consecuencias de destrucción y muertes, cuatro años atrás. Trump regresó dando señales fuertes.
China y Tik-Tok
China, un tema sobre el que están atentas las antenas de los medios, no figuró sin embargo en el show de inauguración de Trump, salvo por dos detalles que, si se quiere, refutan por ahora los vaticinios de un recalentamiento de las relaciones. En primer lugar: Trump había invitado al líder de la República Popular, Xi Jin Ping, a la ceremonia de asunción, un gesto que fue bien recibido en Beijing. En su reemplazo estuvo presente en Washington el vicepresidente chino Han Zheng. Trump firmó, además, una orden que modifica una decisión previa de la administración norteamericana de Joe Biden que prohibía la plataforma digital de propiedad china TikTok. En cambio de eso, Trump decidió posponer la medida por 75 días y promover que la plataforma sea de propiedad compartida chino-americana (lo que probablemente se resolverá con la compra de la mitad de las acciones por un empresario de Estados Unidos, seguramente Elon Musk). No parece una medida de hostigamiento a la República Popular. “China puede contribuir a que termine la guerra de Ucrania”, añadió Trump en respuesta a una demanda periodística.
Con el envión de Trump, Milei profundiza un aprendizaje tardío sobre China: . “Hemos tenido unas reuniones muy positivas tanto con la gente de la embajada de China como con Xi Jinping .dijo al respecto el presidente argentino-. Consideramos que somos economías complementarias y tenemos mucho para hacer juntos y son grandes socios comerciales. La idea es profundizar la relación comercial, planeamos hacer una visita a china”. Los vituperios de hace algunos meses han sido archivados. Y no sólo por influencia de Trump: Milei suele ufanarse de ser “libertario, no libertarado”.
Elon, Elon, qué grande sos
Testigo privilegiado del show de su ídolo Trump, Milei, antes de partir de Washington hacia los ricos arrabales suizos de Davos, para hacer allí su reentrée en el Foro Económico Mundial, salió impetuosamente a defender a Elon Musk con un extenso posteo por la plataforma X, ex Twiter. El dueño de X y de la empresa Tesla había sido cuestionado a raíz de un gesto ensayado ante el público trumpista (brazo derecho rígidamente en alto) en el que alguna prensa quiso ver un saludo nazi.
“Hoy –escribió Milei- toda la progresía internacional se monta sobre el inocente gesto de Elon Musk para tildarlo de nazi. Porque su lucha por la libertad atenta contra el control hegemónico del wokismo internacional” Agregó que Musk es “uno de los hombres más importantes de la historia, que está empujando el progreso humano a ritmos vertiginosos (…)Pero el mundo cambió. Elon no está solo. Los que luchamos por la libertad ya no estamos solos. Somos millones. Y ahora también recuperamos la ‘tierra de la libertad’ que estaba en sus manos, gracias a nuestro querido Donald Trump. No solo no les tenemos miedo, sino que los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta en defensa de la libertad. Zurdos hijos de puta, tiemblen.” El presidente argentino concluía con su habitual consigna de guerra; “Viva la libertad, carajo”.
Aunque ya no sorprende, el tono empleado por Milei tuvo esta vez matices de mayor agresividad. que ofenden inclusive a algunos de sus partidarios y a muchos de sus votantes. Es probable que él sienta que su inmunidad crece a la sombra de Trump.
La guerra cultural
Desde Washington Milei viajó a Davos a desfogarse frente a los altos ejecutivos y políticos que constituyen el público corriente del Foro Económico Mundial. Según testimonió la corresponsal del diario La Nación Luisa Corradini,, “cuando el año pasado para su primer discurso en el Foro de Davos el enemigo de la humanidad eran ‘los zurdos’, este año, el ‘wokismo’ fue su nueva obsesión. Ante una sala tan presa del estupor —más vacía que el año pasado—, el presidente argentino denunció durante media hora, en tono monocorde pero con virulencia inusual, a la totalidad del mundo occidental tal como fue organizado ‘en algún momento del siglo pasado’ ”. Según la periodista Milei “destacó que los únicos capaces de salvar al mundo son sus actuales aliados:|’ Mi querido amigo Elon Musk, Donald Trump, la primera ministra Georgia Meloni, Viktor Orban o el presidente salvadoreño Nayib Bukele’. Todos símbolos de creatividad y coraje, a su juicio.
Milei acusa a todos los demás de fomentar las ‘aberraciones’ que han alejado al hombre contemporáneo de la verdadera libertad, inventando las políticas de género, la justicia social, el aborto o la defensa del clima”. Inclusive cuestionó al foro que lo hospedaba:
La periodista de La Nación cierra el cuadro: “Cundo Javier Milei terminó su discurso de odio, el público parecía pasmado, aplastado por tanta violencia. Como sucedió el año pasado, los aplausos fueron escasos. La sala estaba -también como en 2024- llena en la primera mitad y completamente vacía en la mitad posterior, separada por una cinta divisoria del estilo de las que se usan en los aeropuertos.”
Sin embargo, ya que el mundo no se reduce a la burbuja de Davos, el Presidente cumplió el objetivo de perfilarse en el paisaje de la derecha mundial, tan fuertemente ocupado por su ídolo Trump. El trabaja como una estrella indie de ese sector, un colectivo con que trata de hilvanarse para compaginar un Foro ideológico y político global, animado por presidentes que comparten esas ideas para apalancarlas y extender su auge actual.
Despedir a Barra y suspender retenciones
Tras los festejos en Washington (incluyendo una reunión con la número uno del FMI, Kristalina Georgieva, de quien espera recibir algo más que palabras de elogio)Milei se sumergió en las batallas en Davos, un ejercicio casi deportivo. Antes de volver a Buenos Aires tuvo que ocuparse telefónicamente de asuntos urgentes de la agenda argentina. Aprovechó la distancia para gatillar el despido del Procurador del Estado, Rodolfo Barra, un jurista prestigioso que fue miembro de la Corte Suprema, constituyente y ministro de Justicia en la década del 90. Barra renunció indeclinablemente ayer, lo hizo con una nota dirigida no al Presidente, sino al jefe de gabinete, Guillermo Francos, “en su carácter de responsable del ejercicio de la administración general del país”. Sutilmente, Barra refirmó por esa vía su coherencia doctrinaria. En el dictamen técnico profesional que produjo en 2023 sobre el caso Vialidad por el que se juzgó a Cristina Kirchner, había sostenido que, “el Presidente no tiene responsabilidad administrativa ni penal en el caso, ya que es ajeno a la administración general, función a cargo del Jefe de Gabinete (..)El Jefe de Gabinete tiene la competencia constitucional para ejercer la administración general del país y ejecutar el presupuesto nacional”. Milei estaría reimportando de Guatemala a un ex juez penal para reemplazar a Barra.
Un tema que se volvió urgente pese a que el ministro de Economía quería postergarlo hasta la semana próxima fue el del malestar del sector agropecuario, que venía insistiendo en la necesidad de eliminar retenciones, aunte una situación agravada por la sequía y la caída del precio de los commodities. La mesa de enlace agropecuaria apuraba al gobierno porque sentía la presión de sus propias bases. Los gobernadores de la región Centro (el peronista cordobés Martín Llaryora, el radical Maxi miliano Pullaro de Santa Fé y el entrerriano del Pro, RogelioFrigerio) le hacían el aguante al campo en el plano político. Quitar impuestos fue una bandera de campaña: es hora de quitárselos al campo, exhortaban. Economía de moraba porque, después de tener que dejar de lado el Impuesto País, los recursos fiscales escasean.
Ante la perspectiva de que el malestar agrario creciera y, además, fuera políticamente capitalizado por gobernadores ajenos, Milei, asesorado por Santiago Caputo, reclamó acción urgente y el ministro de Economía anunció la suspensión (parcial, temporaria:hasta junio) de gravámenes a los principales cultivos, soja incluida, y su eliminación para las economías regionales. La contabilidad del Palacio de Hacienda dice que el costo fiscal de la medida será de unos 800 millones de dólares.
¿Y el cepo? “Vamos a salir del cepo, el tema es la velocidad, cuanto más financiamiento consigamos más rápido vamos a salir”, Milei dixit.
¿Y el financiamiento? Las charlas con el FMI son buenas, pero los técnicos piden garantías de unificación cambiaria y una devaluación preventiva. No quieren entender que este es un año electoral.
En el terreno de la política pura, Milei no tuvo necesidad de distraerse mientras viajaba. Se ocupan sus negociadores locales. Todavía su gobierno, aunque no tiene por el momento rivales que puedan presentarse como alternativa, no cuenta con votos para encarar los principales temas que propuso para las sesiones extraordinarias (PASO, designación de jueces de la Corte, Ficha Limpia). Las tratativas con la oposición más amigable y con la oposición frontal no terminan de cerrar: los amigables piden que se trate el presupuestp, que las PASO no se eliminen definitivamente, que sólo se suspendan. Para tratar el tema de los jueces hay que escuchar las condiciones que pone el bloque K, que tiene casi la mitad de los senadores).
Cambiar esas condiciones es lo que convierte en cruciales para el gobierno las elecciones de este año.
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