Es jueves y el reloj marca las 11.55. Salvo por los operarios de Trenes Argentinos y el personal de seguridad, el andén de la Ferroautomotora de Mar del Plata está vacío. Afuera, el sol se acerca a su punto más alto, por lo que Rubia y Timo, los dos perros de la estación que acaban de hacer su ingreso, se recuestan en el frío piso a esperar. A lo lejos, se puede ver a la formación acercarse.

El tren aminora su marcha y frena a las 11.58, una puntualidad deseada y pocas veces atribuida a los servicios nacionales. De la formación, que cuenta con 12 vagones, comienzan a descender, de manera ordenada pero con la rapidez de quienes quieren ya estar con los pies en el mar, decenas de familias, parejas de jubilados, grupos de jóvenes amigos, personas solas. Algunos disparan hacia la salida; otros, se ubican en la fila del furgón de servicios, donde antes de subir, despacharon -de manera gratuita- valijas, tablas de surf, heladeritas, reposeras y demás objetos necesarios para pasar unos días de playa en la ciudad.

Al igual que todos los servicios desde iniciada la madrugada, y como gran parte de los ofrecidos desde octubre, el ferrocarril que había partido a las 6.22 desde Plaza Constitución (Buenos Aires) vino repleto y refleja, una vez más, que el tren es una de las alternativas más elegidas por los turistas que decidieron arribar a la ciudad y descansar algunos días de cara al mar.

“Esta postal la tienen todos los días”, señaló uno de los trabajadores de la estación, al ver a LA CAPITAL tomando fotos de la multitud de pasajeros haciendo su ingreso a la ciudad.

Los números oficiales demuestran el “buen ojo” de quien trabaja hace varios años en la estación. Según señalaron a este medio desde Trenes Argentinos, los cuatro servicios diarios que cuenta el ferrocarril en la ciudad durante el verano (dos de ida a Buenos Aires y dos de vuelta) operan, desde inicios de la temporada, de manera completa. Teniendo en cuenta que cada servicio cuenta con la capacidad de albergar a 565 pasajeros, todos los días llegan a la ciudad en tren unas 1.130 personas.

El “boom” del ferrocarril -impulsado por las tarifas bajas y una mejora en los tiempos de viaje- provocó que los servicios entre ambas cabeceras se agotaran hasta febrero incluso antes que iniciara el año.

Fue por ello que, el pasado 13 de enero, el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, y el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, anunciaron que Trenes Argentinos sumará dos frecuencias más los fines de semana: una de ida los viernes y una de vuelta los domingos.

Sin embargo, a una semana de ese anuncio, ya no hay pasajes hasta el 26 de febrero para la ruta Constitución – Mar del Plata. Para la vuelta, en los servicios habituales, tampoco hay disponibilidad hasta mediados del segundo mes del año. Sí hay, en cambio, en los próximos servicios adicionales –los domingos 26 de enero y 2 de febrero-, como así también para los refuerzos agregados del mes que viene.

El presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, destacó con entusiasmo la venta de pasajes, tras ser consultado por LA CAPITAL. “Es una gran noticia”, señaló, y aseguró que se encuentran trabajando “para mejorar los tiempos de viaje, mejorar la infraestructura de las estaciones y brindar un servicio seguro, cómodo y a un precio accesible para todos”. “El servicio a Mar del Plata es y será central y prioritario para nuestra gestión en Trenes Argentinos”, agregó.

Tarifas congeladas

El fuerte interés en hacerse de un pasaje en tren encuentra su razón principal en el precio. Con las tarifas congeladas en los valores de diciembre de 2018 -no hubo aumentos durante 2019-, viajar en ferrocarril puede costar un tercio más barato que hacerlo en colectivo.

Un pasaje en primera clase hacia Mar del Plata -saliendo desde Constitución- sale hoy $660, mientras que el viaje en clase pullman está $795. Los pasajes desde retiro a la ciudad, en colectivo, arrancan de $1.500 y llegan hasta $1980, dependiendo de la empresa.

Además, el ferrocarril cuenta con una serie de beneficios para ciertos grupos que no hacen más que incrementar el interés de los usuarios.

Los menores de 3 a 12 años abonan 50% del valor del pasaje y los menores de 3 años que no ocupan comodidades no abonan; los jubilados y pensionados que presenten certificado podrán acceder a un descuento del 40% en todos los servicios de larga distancia, aunque la compra debe hacer únicamente por boleterías.

En tanto, los pasajeros con discapacidad tienen derecho a viajar de manera gratuita presentando DNI y Certificado de Discapacidad vigentes. Tiene el mismo derecho el acompañamiento, en caso de que el certificado así lo indique y se deben solicitar los pasajes hasta 48 horas antes de la partida del servicio.

Obras y menos tiempo

Otras de las razones por las que el tren es uno de los medios de transporte más elegidos para arribar a la ciudad está en la reducción de los tiempos de viaje.

Desde a 2015 a 2017, el servicio del tren en la ciudad estuvo parado por el derrumbe de un puente sobre el río Salado y problemas en los durmientes de las vías. Esta situación obligó la puesta en marcha de obras que, para su reanudación, y según informaron oportunamente desde Trenes Argentinos, fue necesaria una inversión 1.300 millones de pesos y la renovación de 208 kilómetros de vías, además de la colación de 250.000 durmientes de hormigón y 600.000 toneladas de balasto, que son las piedras que actúan de base de los rieles y durmientes.

El primer servicio después de la primera etapa de las obras, llegó a la ciudad el 3 de julio de 2017 y, con 12 paradas mediante, demoró 8 horas y 45 minutos en llegar a la ciudad desde Plaza Constitución.

Afortunadamente, en los últimos años, el tiempo se redujo considerablemente y hoy el servicio directo (disponible desde el 9 de diciembre y solo en verano) demora 5 horas y 36 minutos, mientras que el servicio de invierno (que tiene paradas) demora 5 horas y 52 minutos. Otro punto que lo coloca en ventaja o al menos igualdad de condiciones con el colectivo.

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