La fiscalía que investiga el incendio al edificio de Torres y Liva pidió la prisión preventiva del único acusado detenido por el hecho, Néstor Gustavo Arrativel (46).

Con numerosas pruebas que incriminan al imputado, y tal como lo había adelantado LA CAPITAL días atrás, el fiscal Juan Pablo Lódola solicitó a la Justicia de Garantías su procesamiento formal en el marco de una causa caratulada “Incendio agravado por la puesta en peligro de más de cien personas”.

Entre otros elementos exhibidos en la presentación de Lódola figuran el aporte de imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del COM (Centro de Observación y Monitoreo) y privadas; el informe final de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local y el resultado del peritaje de los bomberos, que indicó que el medidor de la empresa EDEA había sido vandalizado con artefacto de fabricación casera, lo que hizo que se iniciara el fuego.
Además, al pedido de prisión preventiva se incorporaró un análisis detallado de los cuadernos hallados entre las pertenencias de Arrativel, con su escritura y su letra. Entre las anotaciones, como se informó en su momento, había direcciones -incluso la de Torres y Liva- y, si bien existen frases inconexas de “difícil comprensión”, se distinguen claramente palabras sueltas como “incendio” y “fuego“.

Además, se sumaron otros elementos probatorios, como el testimonio de una mujer que aseguró haber visto, el día del incendio, a Arrativel en una parada de colectivo cercana a Rivadavia y 20 de Septiembre y una fotografía tomada por un aficionado a las 6 de la mañana del 16 de diciembre, en la que se ve al hombre sentado cerca del lugar con sus valijas y bultos.

El fiscal presentó también una comparación detallada entre el dispositivo incendiario hallado en Torres y Liva y los elementos que llevaba Arrativel en su valija: vela, nylon, hilo y dibujos para fabricarlo.

Por otra parte, los videos aportados en la causa van en la línea de prueba de la versión de la testigo, y muestran la presencia de Arrativel en las inmediaciones del edificio de Torres y Liva en los minutos previos y posteriores al incendio. Lo que ahora deberá establecerse por parte de la Justicia es si el imputado se encuentra o no en condiciones psiquiátricas de afrontar un proceso penal.

Para eso, el fiscal Lódola aguarda el informe psiquiátrico, que se conocerá luego de que se realice el último periajte, el 28 de enero próximo.

Según el investigador, las pruebas son “más que contundentes” contra el único detenido por el incendio del domingo 15 de diciembre que redujo a cenizas una distribuidora y afectó 47 viviendas de la zona de Rivadavia y 20 de septiembre.

Desde que fue atrapado, tres días después del hecho, Arrativel se encuentra alojado en el área Sanidad del complejo Penitenciario de Batán.

“Dificultades para comprender”

Días atrás, fuentes consultadas por LA CAPITAL habían señalado que el estudio psiquiátrico preliminar, realizado por Diego Otamendi, indica que Arrativel tendría “dificultades para comprender la criminalidad de sus acciones”.
Para fin de mes, entre el 27 y el 28 de enero, está previsto que profesionales psiquiatras de la Asesoría Pericial realicen las entrevistas con el hombre en situación de calle detenido por haber provocado uno de los incendios más graves de Mar del Plata y a raíz de esos encuentros realicen un informe final que podría determinar si Arrativel es imputable o no.

En el caso que se determine que Arrativel es inimputable -el informe psiquiátrico no es absoluto-, la Justicia puede considerar que el hombre es peligroso para sí mismo o para terceros -como ya lo habría demostrado al incendiar un edificio- e imponer una medida de seguridad coercitiva, como lo es una internación en un psquiátrico.

Como se explicó antes, Arrativel se encuentra detenido desde el miércoles 18 de diciembre cuando un sereno de la galería Sao llamó a la policía porque lo había visto intentando hacer fuego junto a un medidor de luz. Solamente tres días antes se había producido el incendio en Torres y Liva, de Rivadavia al 3600.

Arrativel es un hombre en situación de calle, que solía recorrer la zona céntrica de la ciudad llevando consigo un par de valijas con ruedas. Al revisarse sus pertenencias, la policía halló gran cantidad de elementos incendiarios, algunos de ellos coincidentes con los elementos que lograron recuperarse de uno de los medidores de Torres y Liva, donde se iniciaron las llamas.

El incendio provocó pérdidas millonarios que todavía no pudieron ser calculadas. Unas 47 viviendas quedaron totalmente destruidas y cerca de 150 personas tuvieron que abandonar sus hogares. Además, unos 60 trabajadores de Torres y Liva permancen bajo negociación para determinar cómo será su relación laboral en el futuro.