El homicidio de Tomas Marcos (52), perpetrado en la noche del martes cuando dos “motochorros” le arrebataron su motocicleta en Belgrano al 3600, conmueve a la comunidad marplatense por las características de brutalidad y desprecio por la vida humana de los asesinos.

El lugar dónde se produjo, la manera sanguinaria de obtener un bien menor como es un vehículo, la rauda huida y la sensación de inseguridad extendida a cada ciudadano construyen un estado de alarma y preocupación.

También la condición de “trabajador” de la víctima, un eufemismo que suele emplearse sobre aquellas personas ajustadas a derecho y que encaran la vida basando sus logros en la recompensa de lo legal y el esfuerzo cotidiano, sensibilizan más aún. Marcos trabajaba en la estación de servicios  de Juan B. Justo y Polonia.

En un primer momento se consignó que la víctima tenía 62 años, pero luego se corroboraron con más precisión sus datos personales y se confirmó que tenía 52.

Marcos fue asesinado a solo 6 cuadras de la comisaría primera y a 10 de la Municipalidad cuando transitaba con su motocicleta Yamaha XTZ 125 por la calle Belgrano en dirección a XX de septiembre. Allí, tal vez aprovechando la oscuridad de esa cuadra, dos hombres en una motocicleta (también del tipo enduro) se le pusieron a la par y lo encañonaron.

Lo que pasó luego fue cuestión de un par de segundos: con Marcos algo más adelantado, uno de los delincuentes accionó su arma apuntada a la cabeza. Pese a que la víctima llevaba el casco colocado, el proyectil, naturalmente, lo atravesó y causó su muerte de manera instantánea.

Marcos cayó desplomado y, sin salirse de su macabro plan, uno de los asesinos tomó la motocicleta que yacía junto al cadáver, la montó y escapó con su cómplice por Belgrano hacia España. Luego no se detuvieron hasta desaparecer, no solo de algunos testigos sino también del registro de las cámaras de seguridad.

Durante la madrugada la DDI Mar del Plata y la comisaría primera, junto con la colaboración de todas las dependencias de la ciudad, estuvieron en contacto con el fiscal Alejandro Pellegrinelli para avanzar en la localización de los asesinos y para ello analizaron una gran cantidad de videos.

La escena del crimen no tuvo mucho para dar. Apenas la posición del cadáver y muy pocos rastros. Ni siquiera alguna vaina servida que pudiera dar una precisión respecto al arma utilizada. Tampoco hubo testigos, de modo que los investigadores se enfocaron en las cámaras de seguridad.

Los avances que se produjeron en las últimas horas forman parte de un celoso hermetismo judicial para evitar cualquier perturbación en la línea investigativa.

Se supo que medio centenar de agentes de la DDI local, más el aporte de los servicios de calle de las distintas comisarías, forman parte del grupo de labor de inteligencia desplegado para encontrar los responsables del crimen de Marcos.

Para el medio día está prevista la operación de autopsia, durante la cual se buscará recuperar el proyectil y tener una pequeña pieza más del rompecabezas que todo el mundo quiere completar lo antes posible.