por Víctor Molinero

Facundo Tobares es una de las jóvenes promesas que tiene Aldosivi. El santacruceño, de 20 años, firmó contrato profesional y debutó en la Superliga el año pasado, de la mano de Gustavo Alvarez en una derrota ante Unión. Aunque los hinchas del elenco portuense ya sabían de él desde hace algunos años. Es que desde que llegó desde su Puerto Santa Cruz natal en 2015, este centrodelantero se destacó como goleador en todas las categorías juveniles hasta dar el salto a primera.

La pandemia lo tomó sin embargo en el proceso de adaptación al profesionalismo. Facundo estaba próximo a dejar la pensión y mudarse a un departamento cuando el mundo se detuvo por el coronavirus.

Facundo Tobares en acción, durante el partido de reserva ante Huracán.

“Antes de todo esto estaba viendo un departamento para irme a vivir solo. Pero esto pasó tan rápido que me terminé quedando acá. Estoy más acompañado”, explica en diálogo con LA CAPITAL.

Es que si bien Aldosivi rápidamente cerró la pensión y envió de regreso a sus hogares a los casi 40 jugadores que aloja en la zona de Punta Mogotes, hubo dos casos que merecieron un trato especial ante la imposibilidad de cumplir con los tiempos de la cuarentena.

Así las cosas Tobares quedó alojado en la pensión del club junto a Leonel Valdez, un pibe categoría 2006 que tampoco pudo regresar a Salta, su lugar de origen.

Ambos cumplen la estricta cuarentena en la pensión, donde reciben la asistencia permanente de Hugo Colazzo, el encargado de que a los pibes no les falta nada.

Tobares asegura que más allá del encierro está “tranquilo y saludable, que es lo más importante en este momento”.

“Estamos acá desde el primer día de la cuarentena, entrenando todos los días. El ‘profe’ siempre nos da trabajos para movernos y por suerte tengo el espacio para poder hacerlos”, cuenta el joven que en 2013 había sido seleccionado por Argentinos Juniors para sumarlo a sus filas.

“Tenemos un pasillo en el piso de arriba de la pensión y ahí hago trabajos de velocidad, correr y otras cosas. Y en la pieza también hago el resto de las actividades que nos da el cuerpo técnico”, agrega.

Obviamente esos ejercicios lejos están de consumir las horas del día, interminables en estos tiempos de cuarentena.

“Para no estar aburrido trato de hacer otras cosas además. Y aprovecho también para descansar un poco más. Se nos cambian un poco los horarios con todo esto. Miramos películas o series para matar el tiempo. Y también ayudamos al encargado de la pensión a hacer cosas porque está solo y el lugar es grande”, añade.

“¿Si cocino? No, tenemos una persona que nos cocina todos los días y está el encargado que también vive acá. Desde el club nos traen todo y la verdad que no nos falta nada de alimentos. Además somos poquitos ahora así que comida es lo que sobra”, dice.

El 23 de marzo, tres días después de iniciado el aislamiento ordenado por el gobierno nacional, Facundo cumplió 20 años. Y el festejo, como todos por estos días, fue atípico.

“Mi cumpleaños lo pasé acá. Estuve en contacto con mi familia por videollamada. Mi vieja desde Puerto Santa Cruz llamó y me hizo un pedido sorpresa que me llegó a la pensión. Un desayuno especial. Así que ese fue mi único regalo de la cuarentena. Me agarró medio solo el cumpleaños. Pero no me quejo eh”, aclara un pibe que en todo momento se muestra sereno y aplomado.

Gráfica con la que desde el club homenajearon a Facundo el pasado 23 de marzo, día de su cumpleaños número 20.

Además de la mudanza, la pandemia interrumpió su período de adaptación a la primera división.

“La verdad que me siento cómodo con el cuerpo técnico. No dejan a nadie afuera de nada y siempre están encima nuestro, sobre todo de los más chicos. Aconsejándonos, hablándonos. Todos somos iguales y eso está bueno”, refiere sobre el grupo de trabajo que comanda Guillermo Hoyos, un entrenador que le ofrece particular atención a los juveniles del club.

Facundo Tobares se define como centrodelantero y tiene en claro cuál es su modelo de jugador a seguir, aún cuando escape al prototipo del típico “9” de otros tiempos.
“Siempre digo que a mi me gusta mucho Matías Suárez. Sus movimientos, como se perfila… Y en cuanto a mi lugar en la cancha toda mi vida jugué de nueve y es donde más cómodo me siento”, finaliza.

En 2019 Facundo firmó contrato con Aldosivi por tres años.

La pensión

Antes de la alteración que sufrió el día a día por la pandemia Aldosivi tenía cerca de 40 pibes alojados en su pensión. Allí conviven chicos llegados desde trece provincias distintas, a partir de la captación que comanda el coordinador del fútbol amateur del club, Fabio Radaelli.

Salvo Tobares y Valdez, el resto de los chicos de la pensión volvió a sus lugares de origen.

Así como River hizo punta en la Copa de la Superliga al negarse a disputar su partido de la primera fecha por el coronavirus, Aldosivi fue el primero en resguardar la salud de sus divisiones juveniles.

Por eso el club marplatense se negó a disputar sus partidos ante Defensa y Justicia, por el torneo de juveniles que organiza la AFA. Cabe recordar que en inferiores cada club viaja con tres categorías y recibe a las otras tres del mismo rival. Son alrededor de cien personas que integran cada delegación.

Aldosivi fue sancionado con la pérdida de los puntos de aquellos cruces frustrados ante Defensa y Justicia, en las categorías cuarta, quinta, sexta, séptima, octava y novena.

Sector de recreación de la pensión aldosivista.

Pocos días después de aquella suspensión unilateral, Aldosivi decidió costear el pasaje de todos sus pensionados a sus lugares de origen y cerrar la pensión, algo que finalmente no pudo concretar ante la imposibilidad de traslado de Facundo Tobares y el chico Leonel Valdez. Hoy sólo ellos y un encargado habitan el cómodo espacio destinado a albergar los sueños de primera de varios. Facundo estaba en el proceso de concretarlos cuando la pandemia irrumpió.  Aunque solo puso una pausa. Mientras sigue mirando videos de Matías Suárez para intentar plasmar los movimientos del cordobés en una cancha y con la camiseta de Aldosivi.