Mariano César Urtiaga (46), el hombre fallecido tras atacar a tiros el frente del boliche Luna y chocar en la huida, murió a causa de recibir un disparo en la cabeza y por el homcidio se entregó el hijo del dueño.

Hace algunos minutos desde la fiscalía a cargo de Juan Pablo Lódola se confirmó que la autopsia había establecido que la muerte fue producida por una herida de bala en la cabeza de Urtiaga.

El hijo del dueño del boliche Luna, donde sucedieron los hechos, se presentó en la comisaría segunda acompañado de una abogada y confesó haber sido el autor del disparo. Poco después su padre entregó una pistola Glock calibre 9 milímetro coincidente con la cápsula recuperada durante la autopsia al cuerpo de la víctima.

La confusión generada en un principio del episodio en torno a la verdadera causa de la muerte de Urtiaga habría sido lo que demoró la decisión del autor del disparo a entregarse. “Como todo indicaba que había sido por un accidente, no se preocupó. Después se supo del disparo y seguramente, tras buscar asesoramiento, se entregó”, dijo una fuente consultada por LA CAPITAL.

Los hechos se registraron pasadas las 4 de la mañana, cuando, según las primeras versiones que ahora son investigadas por Lódola, Urtiaga regresó al boliche Luna, de Independencia al 4400 a tomarse venganza por haber sido expulsado por la seguridad. Aunque no hay demasiadas precisiones al respecto, trascendió que Urtiaga había generado algunos problemas y no aceptó que lo echaran. Entonces regresó en su Peugeot 308, desde el cual efectuó disparos contra el frente del boliche.

Esa secuencia, junto con lo que sucedería instantes después, fue captado por las tres cámaras de seguridad del lugar, las que ahora son parte de la prueba a analizar por el fiscal Lódola.

Lo cierto es que mientras se alejaba a toda velocidad por Independencia hacia Juan B. Justo, Urtiaga recibió un disparo en la cabeza. La autopsia aportó una preliminar información de trayectoria balística, pero la misma confirma la circunstancia que el disparo salió de la puerta del boliche. Es que el proyectil ingresó por detrás de la oreja derecha y quedó incrustado en el maxilar.

Tras conocerse que Urtiaga había muerto de un tiro, el hombre de 38 años hizo consultas legales con la apoderada del boliche y fue esa abogada quien lo acompañó hasta la comisaría segunda.

En un principio el comisario creyó, al presentarse el hombre como el hijo del dueño, que iba a aportar alguna información, pero apenas dijo que había sido el autor del disparo el jefe policial impidió que siguiera declarando. El fiscal Lódola avaló el procedimiento y ordenó que el hombre, que presentó la credencial de legítimo usuario, fuera detenido.

Horas después el dueño de Luna acercó la pistola Glock calibre 9 milímetros.

Lódola dispuso que el hombre de 38 años sea trasladado mañana a su despacho para informarle sobre la imputación y tomarle declaración indagatoria.