CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
El Mundo 20 de marzo de 2017

Terminaron las obras de restauración en la Iglesia del Santo Sepulcro

La cúpula y el Edículo que protegen la Tumba de Jesucristo aparecen como nuevos. Se abrió una ventana dentro del habitáculo donde está el lecho de Jesucristo.

Expertos trabajando en la restauración del Santo Sepulcro. Foto: National Geographic.

por Laura Fernández Palomo

JERUSALEN.- A dos días de su presentación pública, la cúpula y el Edículo que protegen la Tumba de Jesucristo, en Jerusalén, aparecen como nuevos tras diez meses de restauración que sirvieron para recuperar el lugar más sagrado del Cristianismo.

La responsable de las obras, Antonia Maropoulou, confirmó este lunes la finalización de los trabajos “a tiempo” que serán presentados este miércoles con la retirada de los últimos paneles que cubren la zona de obras en el epicentro de la Iglesia del Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Donde la tradición cristiana sitúa el enterramiento y resurrección de Jesús, un equipo griego liderado por Maropoulou trabajó desde el pasado mes de julio en una intervención de urgencia para evitar que el venerado lugar se hundiera.

“Ahora se puede ver el color y la textura, las inscripciones, los frescos”, dijo Moropoulou junto a la centenaria estructura de estilo barroco otomano, conocida como Edículo, construida entre 1809-1810 tras un dañino terremoto.

Desde entonces, solo se llevaron a cabo restauraciones parciales y es ahora cuando se completa una labor integral, tras un acuerdo entre los tres Custodios responsables de su mantenimiento: el greco-ortodoxo, el armenio apostólico y el católico romano.

Además del visible lavado de cara de todo el exterior del armazón, destaca como novedad la cruz greco-ortodoxa sobre lo alto de la cúpula, recién pulida, que no existía antes de la rehabilitación.

“Es un símbolo que estaba en el proyecto original del Edículo pero no se puso porque las leyes otomanas prohibían exponer cruces en lugares públicos”, declaró a EFE el franciscano y arqueólogo, Eugenio Alliata.

También se abrió una ventana dentro del habitáculo donde está el lecho de Jesucristo que ahora permite a los visitantes ver la piedra original de la cueva donde se socavó la tumba.

Los trabajos consistieron en una limpieza pormenorizada de las láminas de mármol que cubrían el Edículo y en reforzar su estabilidad para que garantice la protección de la cueva con el lecho.

Los bloques dañados del armazón fueron reparados, del mismo modo que se cubrieron las grietas con pegamento, rellenado fisuras y reforzó soportes para un “monumento que durará para siempre”, resaltó la jefa griega de la rehabilitación y profesora de la Universidad Politécnica Nacional de Atenas.

A finales de febrero se retiraron las vigas de acero, colocadas por los británicos en 1947 para apuntalar la endeble estructura.

El equipo restaurador contó con una financiación total de 6 millones -el doble de los 3 millones presupuestados-, con un 80% procedente de donaciones del exterior, declaró a EFE Bonnie Burnham, ex presidenta del Fondo de Monumentos Mundiales (WMF, por sus siglas en inglés).

Moropoulou se mostró satisfecha con los trabajos y pide ahora a “la comunidad cristiana que lo mantenga”, incluidos los millones de peregrinos que recibe cada año y que dejan velas encendidas próximas a la estructura, lo que dañó y ennegreció progresivamente el mármol.

Las obras abordaron también las filtraciones de agua subterráneas que afectan a la base pero, según el grupo científico, requerirá de un nuevo acuerdo para “estabilizar los cimientos”.

El mes pasado la restauradora entregó a los tres Custodios un proyecto para continuar y supervisar los trabajos de rehabilitación, directrices que todavía se están estudiando.

Moropoulou espera que estos trabajos inauguren una “nueva era para Tierra Santa, una era de comunicación”, en referencia a los tres custodios que tardaron cinco décadas en poner en marcha el acuerdo que firmaron en 1959 para el mantenimiento del lugar sagrado.

El Santo Sepulcro estuvo abierto durante todo el proceso de restauración y solo fue cerrado al público 36 horas, cuando se retiró la lápida que cubría la fosa original de Jesucristo, un hecho que no ocurría desde hace cinco siglos.

“Un suceso único”, describió la responsable de las obras que en su momento aseguró que los ordenadores se apagaron cuando la piedra original fue visible.

Para esta científica griega, la restauración en este emblemático lugar sagrado logró unir ciencia, historia y valores.

EFE.



Lo más visto hoy