“Estoy feliz de haber encontrado un nuevo camino,  el año que viene sin lugar a dudas voy a perfeccionar la actuación, di en una tecla en la que se que puedo sumar algo más a mi carrera”. Aunque se la escucha acelerada, Ernestina País llega a los 45 más completa que hace un tiempo, asegura. Más entera porque superó los ataques de pánico, dejó atrás la competitividad de la televisión prime time y empezó a romper sus propios prejuicios.

“Le tengo que agradecer a los ataques de pánico. Se me fueron todos los prejuicios, antes nunca hubiera ido a Showmatch, por ejemplo, pero cuando te das cuenta de que la vida se te puede ir a la mierda en un segundo y que lo que llamamos salud mental es algo tan frágil como la emoción que uno tiene, entonces decidí que me iba a chupar un huevo todo lo que me dijeran”. Y así empezó de nuevo, con las fichas puestas en otro lado.

Fruto de esas decisiones desembarcó en el teatro. Un verano se instaló en Carlos Paz para ser parte del elenco de “Familia de mujeres”, una obra de José María Muscari, cuyo personaje que encaró fue escrito especialmente para ella. “Cuando me bajé de Desayuno Americano decido que por mucho tiempo no quería hacer más televisión ni radio ni estar en ningún medio que me exigiera una alta competencia.  Eso fue decisión mía porque por suerte tengo un restaurante (Milion, de comida latinoamericana ubicado en Recoleta) que me permite elegir”.

Aquella experencia sobre el escenario le arrojó algunas enseñanzas: “Amé hacer teatro por la la relajación, por la tranquilidad, porque estás en un equipo y no tenés que cargarte todo al hombro, porque por más que todas las noches son distintas tenés el mismo texto, es también una relajación en relación a la tele -explica-. Conducir en vivo a la mañana televisión y a la tarde radio es una exigencia muy grande, no en vano a mi se me pudrió el cerebro… Para mi el teatro era una manera de decir cosas que me interesan, seguir peleando por las ideas en las que creo, pero sin la exigencia mental de la tele y la radio”.

Ahora redobla la apuesta: se sumó al elenco de “Menopausia show”, que dirige Manuel González Gil y tiene producción de Javier Faroni. Con esa obra llegará el sábado que viene al complejo Radio City Roxy Melany (San Luis 1750). Y ya se prepara para un verano intenso: la pieza que también protagonizan María Valenzuela, Marta González, Divina Gloria y María Carámbula será parte de la cartelera teatral del verano marplatense y, además, hará mini giras por las ciudades de la costa.

“Antes no valoraba lo que tenía, estaba en un nivel de presión, había perdido la felicidad”, se sincera ante LA CAPITAL. Además, en esta nueva etapa, la ex conductora de “CQC” se animó a realizar el cruce de los Andes, una excursión que organiza cada verano el gobierno de la provincia de San Juan. Dice que hubo un antes y un después de esa travesía y recomienda hacerla.
“Cantamos y bailamos”

-De todas las actrices de la obra, son la más joven, ¿cuál es tu personaje en “Menopausia show”?
-El título de la obra es una excusa para hablar de lo que pasa en una mujer cuando los hijos ya crecen. La obra tiene que ver con cuánto viven hoy las personas. El otro día me decía mi hijo que está pronosticado que la generación que viene después de él viva hasta los 120 años. Antes tenías 45, tus hijos crecían, se iban y a los 60 o 70 ya ‘espichabas’. Pero hoy tenés 45 y estás en la mitad de la vida. La menopausia es una provocación en el título. Mi personaje tiene 45 y tiene una mirada romántica de ese momento. Sabe que no se va a indisponer más, que no va a quedar embarazada, que puede volver a redescubrir su matrimonio. Somos cinco amigas en distintos momentos post 40 que se juntan y que cantan y bailan, que para mi es lo novedoso y lo gracioso de esta obra. La novedad es que cantamos y bailamos. No está pensando para ser un musical en serio sino para reirnos de lo mal que cantamos y bailamos, menos Divina Gloria que canta como los dioses.

-Otra obra de teatro que va directo a uno de los tabúes femeninos. ¿Es por un fenómeno de mercado o hay un verdadero cambio social en relación a este tema?
-Lo que quiero creer es que lo que antes era tabú hoy puede ser hablado felizmente. Era tabú cuando la menopausia era síntoma del fin de la vida. Hoy miralas a Moria (Casán), a Carmen (Barbieri), hace cuántos años que pasaron los 50 y son minas en plenitud total.

-¿Cómo ves las luchas femeninas actuales?
-No generalizo, creo que el modelo femenino reinante en el discurso de los medios de comunicación es muy mediocre, de los hombres a las mujeres como de las mujeres hacia las mujeres. Me da pena. Cuando hablamos de Ni una menos, es un tema que hay que tratar desde chiquitos en los colegios. Pasa en general, porque Latinoamérica es muy machista. Creo que las primeras que tenemos que dar vuelta la tortilla somos nosotras mismas hacia nosotras mismas. Mi trabajo es tratar de modificar mi rol femenino y que no se nos trate como si fuésemos tontas o sumisas, o lo que sea, tenemos derechos, no son logros, son derechos. Trato de no generalizar, el trabajo no es en vano, así sea una sola mujer que cambia su manera de defenderse y de tratar a otras mujeres y de tratar al hombre en general, ya va a haber un triunfo de mi parte. No hay un colectivo femenino que me represente en mi totalidad, yo adhiero a causas no a partidos ni a movimientos. Si hay un Ni una menos, yo lo apoyo, todo lo demás no interesa. Si hay un tema social de atender en el barrio, lo atiendo, pero no quiero pegarme a nadie.

-Otra manera de realizar una militancia…
-Creo que la militancia viene, como la palabra lo dice, de las milicias, de caminar la calle. Sacarme una foto con un paritido político no ayuda a nadie, ayuda a ese partido político. Lo que hago es laburar, voy al barrio cercano a mi barrio, voy a la villa 31 o a la 1 11 14 sin necesidad de un partido político. Se puede hacer mucho y bien sin los partidos políticos. Tengo muchas ganas de terminar mis días, por decirlo de alguna manera, haciendo solo ayuda social porque es una vocación que me viene de mi padre y de mi madre. Cuando decidís que dedicás tu vida entera a la política entonces necesitás encontrar una organización que desde lo estructual te ayude, pero no desde el lugar de artista. Como artista mi ayuda, mi compromiso lo hago sin la necesidasd de sacarme una foto con alguien, porque sacarte una foto solo ayuda al partido político. Yo decido caminar la calle y hacer las cosas concretamente. Hay que poner el cuerpo, no la cara.