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Policiales 25 de noviembre de 2020

Tenebrosa confirmación: restos hallados en el basurero eran de un bebé de 3 meses

A diferencia de lo que se creía en un principio, que podían pertenecer a un recién nacido, los restos hallados el 14 de noviembre en el basurero local eran de un bebé de entre 3 y 4 meses.

El bebé cuyo cuerpo mutilado fue descubierto días atrás en el predio de residuos de esta ciudad tenía entre 3 y 4 meses de vida al momento de morir y aunque la ciencia forense no puede arriesgar un causal de muerte se sospecha que se trató de un asesinato.

El informe que el cuerpo médico forense de la Policía Científica entregó en las últimas horas a la fiscal Andrea Gómez descartó que se tratara de un bebé recién nacido, lo que despierta un tenebroso misterio alrededor de lo que sucedió.

El 14 de noviembre pasado un grupo de personas que recorren el basural en busca de residuos para reciclar encontró una caja de cartón, similar a las que se emplean para las resmas de papel, con un contenido macabro: las piernas, los genitales y parte del abdomen de un cuerpo pequeño.

De inmediato se dio aviso a la comisaría quinta y a la fiscal Gómez, pero las expectativas de descubrir alguna traza, algún elemento que conecte el hallazgo con el origen del cuerpo fueron bajas.

En un principio se especuló con que podía ser el cadáver de un feto deformado por el paso del tiempo y la descomposición, de modo que la idea de un nacimiento en condiciones clandestinas o un aborto aparecieron en el foco. No obstante se enviaron los restos a la Policía Científica para iniciarse el proceso de enfriamiento que permitiera un análisis forense.

Así fue como en los últimos días se pudo trabajar y, para sorpresa de la fiscalía, se confirmó que aquel era el cuerpo de un niño de aproximadamente 3 ó 4 meses y que la data de la muerte era de no más de 10 días desde el momento del hallazgo.

La laceración que presentaba era limpia y aunque no se puede confirmar que fuera causada por un objeto de corte, tampoco se descarta. La otra opción, con menos fuerza pericial, era que el cercenamiento del cuerpo obedecía al accionar del traslado del residuo, tanto en el camión recolector como con los movimientos de pala ya en el basurero.

El hecho de que se trate de un bebé nacido y con casi 4 meses de vida supone una muerte, por lo menos, ocultada, encubierta. Esto también posibilita que cobre fuerza la hipótesis de una muerte violenta.

La vinculación con algún tipo de ritual supersticioso es una proposición algo aventurada, pero no puede desecharse. Por lo pronto, la fiscalía solicitará nuevas medidas de pruebas con la desventaja manifiesta de no tener mayores elementos para avanzar.