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La Ciudad 11 de julio de 2021

Temores, contrastes y tropiezos con los planes electorales de fondo

Bernabei anticipó una tercera ola y pidió acelerar las segundas dosis en medio de la efervescencia de la Provincia por el ritmo de la vacunación. Montenegro pone el eje en el empleo pero le surgió una polémica que no estaba en el radar. “Operativo contención” para conservar los acuerdos en el Concejo.      

Por Ramiro Melucci

A fines de febrero, cuando la temporada se apagaba con un claro descenso de los contagios, Viviana Bernabei anticipó que se esperaba un aumento de casos para abril. Vino la segunda ola. La semana pasada, mientras se acentúa la sensación de haber dejado atrás lo peor de la pandemia, aseguró que la tercera será inevitable.

No es que la secretaria de Salud municipal sea una experta en pronósticos epidemiológicos. De hecho, idéntico anticipo había formulado el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, antes de que terminara junio. Pero conviene interpretar el contexto en el que Bernabei desliza sus advertencias.

Axel Kicillof le ha tomado el gusto a los anuncios de vacuna libre. El viernes se sumaron los mayores de 40. Fue en el marco de una jornada provincial en la que Mar del Plata agregó cuatro postas de vacunación, entre ellas una en que ni siquiera había que bajarse del auto para recibir el pinchazo. El éxito quedó registrado en números: más de 9.000 vacunados solo en el primer día.

El gobernador, ahora asiduo concurrente a las conferencias de prensa sobre las novedades de la pandemia, habla con fervor del ritmo que adquirió la campaña y de los récords diarios de aplicaciones. Similar entusiasmo transmite Región Sanitaria VIII cuando comunica las cifras de Mar del Plata. La directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta, reforzó ese estado de ánimo al vacunarse en la sede local de IOMA y recorrer el centro vehicular de Punta Mogotes.

Las declaraciones del Bernabei asoman como un contraste ante la efervescencia de los gobiernos nacional y provincial, replicada por cada dirigente del Frente de Todos. Así como en febrero dijo que si no se aceleraba la inmunización el invierno iba a ser complicado –lo fue el otoño–, ahora presagió que el impacto de la tercera ola dependerá, en buena medida, de si se ha logrado suministrar a tiempo las segundas dosis.

 

Las declaraciones del Bernabei asoman como un contraste ante la efervescencia de los gobiernos nacional y provincial, replicada por cada dirigente del Frente de Todos.

 

En ese contexto que bascula entre el optimismo y el temor, el gobierno local y la oposición confeccionan sus planes electorales. El cronograma indica que el miércoles próximo concluye el plazo para inscribir alianzas. Se verá, por ejemplo, cuáles son los actores que quedan dentro de Juntos por el Cambio. También las reglas de juego de las internas. Es decir, el piso que necesitarán obtener las listas perdedoras para incorporar candidatos en la nómina definitiva.

Antes llegó, con el lanzamiento de ayer, la confirmación de que María Eugenia Vidal será candidata por la Ciudad de Buenos Aires en una lista de unidad. Pero el territorio de Horacio Rodríguez Larreta es un espejo que distorsiona: casi nadie apuesta un centavo a que eso vaya a suceder en la provincia, lo que mantiene en un mar de incógnitas los cierres seccionales y distritales.  

Guillermo Montenegro aguarda esas definiciones después de un nuevo encuentro con el jefe de gobierno porteño y mientras recorre Mar del Plata con el secretario de Producción, Fernando Muro, que desde hace tiempo se mueve como el primer candidato a concejal de Juntos por el Cambio. No solo se mueve: fue el único funcionario al que mencionó el intendente en el acto por el Día de la Independencia.

No debería llamar la atención. Muro es el secretario que más aperturista se mostró durante la pandemia. El que encabezó la Comisión de Reactivación Económica e impulsaba los protocolos de cada sector para la reapertura. También uno de los que más cuestionó el sistema de fases implementado por el gobierno bonaerense.

En palabras que habrá que acostumbrarse a escuchar en boca de Montenegro, fue Muro el que “se puso al hombro” la generación de esos protocolos y el que promovió la flexibilización de las habilitaciones, la colocación de decks fuera de los locales gastronómicos y la ampliación del parque industrial.

“El norte es cómo generamos laburo”, repite el jefe comunal. El trabajo, no hay dudas, es el eje principal del libreto oficial. Las ordenanzas para generar el distrito tecnológico y reactivar la industria de la construcción serán otros insumos del gobierno local en la campaña que se acerca. 

En ese marco, el municipio tropezó con una piedra que se puso a sí mismo: un proyecto de ordenanza que Montenegro y el secretario de Obras, Jorge González, habían elevado en diciembre al Concejo Deliberante para limitar el horario de la construcción y que comenzó a ser tratado en las últimas semanas en la comisión de Obras.

El objetivo era noble: evitar los ruidos molestos a ciertas horas y los fines de semana, pero la Uocra reaccionó airadamente. Lo consideró “un claro desprecio a los trabajadores y a toda la industria de la construcción”. También una contradicción con los incentivos a la actividad que dio la comuna. La CGT, que tiene reservado un casillero en la lista del Frente de Todos, aprovechó para sumar rechazo. Y el foro del sector, siempre agradecido a las posturas de Montenegro en la pandemia, tampoco se desentendió y lo tildó de “extemporáneo”.

Parece nítido que los tiempos legislativos le jugaron en contra al gobierno. La propuesta no se trató antes en el Concejo porque los ediles prefirieron avanzar primero con las normas de reactivación. Ahora la discusión cae en un momento inoportuno: al intendente una disputa por si deja o no trabajar a los obreros solo puede generarle perjuicios.

Él mismo, que hace poco más de un mes visitó la Uocra con Muro y el coordinador de gabinete, Alejandro Rabinovich, lo interpretó enseguida. Ningún funcionario ni ningún concejal salió a confrontar con el secretario general, César Trujillo. Y la radical Marianela Romero, presidenta de la comisión de Obras, se encargó de matizar en público la determinación de sepultar el debate.

 

El municipio tropezó con una piedra que se puso a sí mismo. Al intendente una disputa por si deja o no trabajar a los obreros de la construcción solo puede generarle perjuicios.

 

El oficialismo también le bajó el tono a la controversia por las declaraciones del viceministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak. Convenció a Angélica González de que aquello de que “Mar del Plata tuvo un comportamiento de negar la pandemia” no era contra los marplatenses sino contra Montenegro, por lo que la concejala de la Coalición Cívica aceptó ajustar la redacción de su proyecto de repudio.

El “operativo contención de Angélica”, desplegado el fin de semana pasado, no solo incluyó la necesidad de esa modificación, sino sobre todo la de que pusiera un freno a las acusaciones mediáticas contra el Frente de Todos. Podían deshacer, le dijeron, acuerdos legislativos ya consolidados.

Con todo, la mera existencia de una propuesta para rechazar expresiones de un funcionario provincial (que además entró en la danza de nombres para encabezar la lista del oficialismo bonaerense) predispone mal al principal bloque opositor de cara a la sesión del jueves, en la que debe ratificarse el dictamen de comisión sobre la unificación del servicio de guardavidas. Solo se necesita una chispa para generar un incendio.