Investigadores de Ia UNLP proyectan el desarrollo de un biopolímero con desechos pesqueros para sanear el medio ambiente
Se trata del quitosano, que se obtiene a partir del tratamiento de exoesqueletos de crustáceos. Es biodegradable, no tóxico y tiene numerosas aplicaciones en áreas como la medicina, la biotecnología y en el tratamiento de aguas con alta concentración de arsénico o contaminadas con petróleo. Este biopolímero actualmente no se produce en la Argentina y se importa a altísimo costo.