Con tener talento no te alcanza: “No uses otro verbo que no sea decir” (John Updike)
En el capítulo 42, el Tío Marce enseña a Pukkas y a sus alumnos a inmunizarse del uso de palabras altisonantes.
En el capítulo 42, el Tío Marce enseña a Pukkas y a sus alumnos a inmunizarse del uso de palabras altisonantes.
En el Capítulo 41, el Tío Marce analiza dos versiones del texto que está escribiendo su alumno Pukkas y recupera la frase de Chéjov “Saber escribir es saber tachar”.
Los docentes y divulgadores de literatura clásica Sebastián Porrini y Diego Ortega estuvieron hace pocos días en Mar del Plata, invitados por el Centro de Humanidades Josef Pieper, en el que dieron una conferencia sobre el Mito en Tolkien. Además, aprovecharon la ocasión para compartir un encuentro en el que se anunció la formación de la Fundación Marcelo di Marco, de la que son padrinos, en la sede de La Anita, el lugar donde funcionará junto con otras múltiples actividades que se enmarcan en la oferta del Taller de Corte y Corrección.
“Podés virar tranquilamente a otras zonas argumentales, no tenés por qué aferrarte a la idea original” es una de las moralejas que el Tío Marce enseña a Pukkas en este capítulo número 40. Y para ilustrar la cuestión, el alumno trae una famosa reflexión de George R. R. Martin.
En el capítulo 39, una idea de un alumno del Taller de Corte y Corrección, Cristian Rondoletto, desconcierta a Pukkas. "Estamos llevando demasiado lejos el poder de la literatura"…
En el capítulo 38, Pukkas recuerda una enseñanza del Tío Marce: "El verdadero artista vive en un estado de contemplación constante; como un pirata, tiene sus garfios siempre dispuestos para atrapar los fenómenos".
En el capítulo 37 de la columna de Marcelo di Marco, el maestro le cuenta a su alumno el bloqueo creativo que sufrió mientras escribía su primera novela, "Victoria entre las sombras".
En el capítulo 36 de la columna de Marcelo di Marco, el maestro recupera una enseñanza de Edward de Bono para poner en práctica a la hora de escribir: "Dejar de optar siempre desde un pensamiento rígido, para poder ver las cosas más allá del esquema blanco-negro".
En el capítulo 35 de la columna de Di Marco, el Tío Marce ayuda a Pukkas a avanzar con su texto y, para ello, recupera una valiosa reflexión de Abelardo Castillo.
Pukkas comparte con su maestro el inicio de su relato. Además, el Tío Marce repasa los temas que ha ido compartiendo en sus más de treinta columnas devenidas capítulos.