Teatrista y peluquero, un marplatense dirige este verano diez espectáculos
Sergio Lanchas cuenta cómo llegó a tener tantas obras en cartel. En distintas salas, tiene obras clásicas y otras de autores nacionales, hasta dirige Mujeres de arena, una obra fuerte sobre los femicidios en Ciudad Juárez. Las luchas de género fueron ganando espacio en su teatro.
Director y actor, además de peluquero, el marplatense Sergio Lanchas dirige diez obras de teatro en diversas salas y, además, actúa en otra pieza. En total, está involucrado en once espectáculos teatrales y trabaja con más de cuarenta personas.
Los espectáculo que dirige son Los árboles mueren de pie, El burgués gentilhombre, Aeroplanos, Mujeres de arena y Yerma (se las pueden ver La Bancaria), La edad de la ciruela (en el Soriano), Chicos católicos (en la sala Melany), Las malditas, Delirios de pasión y Los prójimos (en Mar de Fondo). Además, como actor se desempaña en la obra Verduras imaginarias (Cuatro Elementos).
“No era mi intención trabajar tanto, pero se dio así“, contó Lanchas, quien se definió como “un director de cabotaje” y admitió que le resulta difícil “ganarse el respeto” de sus pares, a pesar del Estrella de Mar obtenido en 2003.
Todos los proyectos escénicos en cartel en este verano nacieron a partir de la coordinación de varios talleres de teatro y, a su vez, de las ganas de los mismos elencos de reponer piezas que ya habían estrenado durante otras temporadas.
“Coordino el taller Soliloquio desde hace ocho años y si bien hay grupos que están haciendo sus primeras armas en el teatro, tengo un elenco estable de más de veinte actores y actrices con quienes trabajo desde hace más de cinco años”, indicó. Con ese grupo suele preparar “dos o tres espectáculos” por año.
No obstante, “los elencos de temporadas pasadas decidieron seguir con sus obras“. Y así se repusieron Yerma, que transita su tercera temporada, Las Malditas y Los Prójimos, ambos en su segundo año de escena. “Los estrenos de este año son Chicos católicos, Mujeres de arena, Delirios de pasión y La edad de la ciruela”.
Entretanto, Lanchas lleva adelante al grupo de teatro de Jubilados Bancarios. “Con ellos trabajo un texto por año, en su mayoría textos clásicos y así sumamos ahora Los árboles mueren de pie, que va por su sexto año ininterrumpido, El burgués gentilhombre y Aeroplanos, que tiene a dos actores de 97 y 85 años”, explicó.
Y además, muchas de las obras que eligió montar tienen contenidos vinculados al feminismo. Por ejemplo, Mujeres de arena que aborda el tema de los femicidios en Ciudad Juárez, México, y lo hace desde el género del teatro documental. Es una apuesta al contexto social que vive Argentina, en relación a las luchas de igualdad de género en todos los ámbitos.
“Este tema me exije que haga algo desde mi trabajo. La obra Mujeres de arena la había leído hace tres años y sentía que no estaba preparado para decir lo que la obra dice. El año pasado la releí, me comuniqué con el autor que es mexicano y esa charla me decidió a representarla”, recordó.
“Siento que desde mi lugar y siempre con humildad tengo que hacer algo por las mujeres y no poner el problema en México, que es donde se desarrolla la obra, sino que al mostrar el problema de México también hablo de que están matando mujeres” en Argentina.
En sintonía con estos temas, la obra Los prójimos también pone el foco en la violencia de género. “Carlos Gorostiza escribió Los prójimos en 1965. Un grupo de vecinos ven desde el balcón cómo discute una pareja y nadie hace nada”, indicó.
Lanchas consideró que “el teatro no solo puede sino que debe cambiar algún aspecto (de la realidad) o al menos intentarlo”. Por eso el ahínco con el que lleva adelante estas puestas.
Con treinta y ocho de oficio en los escenarios locales y treinta y cinco en peluquerías, Lanchas se quedó con un Estrella de Mar en 2003 por su labor en la obra “Valhala”, obra que dirigió Enrique Baigol. “Esa esa fue la primera vez que muchos de mis pares vieron mi trabajo”, indicó.
Y recordó que sus dos oficios nacieron casi juntos. “Empezaba con mis primeras obras mientras seguía estudiando, pero sabía que con eso no comía, me casé muy joven y pronto vinieron los hijos, así que me dediqué más al oficio que a la pasión, porque todos querían comer”.
“Como actor he aprendido a observar mucho el comportamiento del otro. A la peluquería van personajes maravillosos para ser representados”, vinculó así sus dos ocupaciones.
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