Teatrista prolífico: el marplatense Sergio Lanchas dirige seis espectáculos
Hace teatro para resistir los golpes de la pandemia a la actividad escénica. En salas como Mar de Fondo, el Teatro Colón, Teatro Hostel, Villa Victoria y hasta en la plaza Peralta Ramos pueden verse algunas de las obras que dirige.
A punto de estrenar “La revuelta”, obra que dirige y que debutará mañana desde el escenario del Teatro Colón, el director Sergio Lanchas repasa los otros seis espectáculos en los que se encuentra vinculado, en una temporada por demás extraña. En este sentido, su caso es atípico: apuesta contra viento y marea al hecho escénico, casi empecinado y convencido de esa es la forma de resistir.
“Si tenés miedo de hacer algo, hacelo, con miedo, pero hacelo”, dice y recuerda que esa frase lo guió en la tormenta de 2020, cuando los proyectos se volvieron remotos, algunos se caían, los ensayos se hacían por Zoom y la incertidumbre se convirtió en la invitada menos deseada.
Como actor, a Lanchas se lo puede ver todos los viernes y sábados en Mar de Fondo: es uno de los integrantes de “Cuatro caballetes”, obra que dirige Adrián Manes.
Y como director, lleva adelante los espectáculos “El enfermo imaginario”, de Moliere (en Villa Victoria y en la plaza Peralta Ramos), “Tierra del fuego” (en Mar de Fondo todos los jueves) y en Teatro Hostel todos los martes lleva a escena tres obras cortas: “Mami”, “Verona” y “Siempre nada“. Estas mismas piezas también son parte del ciclo De Plaza en Plaza, que se realiza en la plaza Peralta Ramos (Dorrego y Colón).
Escenas de algunas de sus obras.
“Es mucho lo que hacemos a pesar de lo atípico de la temporada, a pesar de lo que cuesta llevar espectadores, a pesar del miedo”, observa el teatrista a LA CAPITAL. Y sigue: “Si algo tenemos los actores de la ciudad es responsabilidad y respeto por nuestro público”. Lo dice en relación a la puesta en marcha de los protocolos sanitarios que permiten hacer teatro y, a su vez, evitan contagios de Covid-19 en el interior de una sala.
Para este veterano teatrero, ganador de un Estrella de Mar en 2003 por su actuación en “Valhala”, montar tantos espectáculos “es una forma de resistir, acompañándonos”.
Y recuerda que no fue fácil poner en marcha tantos proyectos escénicos con su grupo de teatro Soliloquio, en un contexto como el de 2020 en el que “tomamos conciencia de que los teatros estaban cerrados momentáneamente, los centros culturales la peleaban como podían en una situación de emergencia cultural, porque no se sabía qué puerta golpear al menos para ser escuchados”. Evoca esos meses sin aliento: “Ni siquiera se pedía colaboración sino solidaridad y respeto por el trabajo del artista”.
-¿Cómo los tomó la llegada de la pandemia?
-En marzo pasado nos disponíamos a empezar con los encuentros del taller como en todos espacios donde se hace teatro, pero nos sorprendió la pandemia y el encierro. No sospechábamos que duraría todo el año, y empezamos con encuentros virtuales que eran una nueva forma de transmitir conocimiento. Ya no teníamos la posibilidad del contacto físico tan necesario en nuestro trabajo. El tiempo fue avanzando y nuestros encuentros dependían de tener una buena computadora o en su defecto un moderno celular y una buena conexión a internet. Como la posibilidad de encontrarnos era cada vez más lejana les propuse empezar por Zoom y video conferencia la lectura y análisis de tres textos que tenía en carpeta. Dirigir de esta manera fue todo un reto para mí. Los actores y las actrices tenían dos encuentros semanales pero yo tenía seis, no había nada concreto sobre la temporada, pero si la había no quería llegar sin tener un par de proyectos.
-¿Por qué?
-Porque en 2021 cumplo diez años con Soliloquio Taller, que nació en el 2011 en la Bancaria, después de trabajar diez años con un grupo de adultos mayores. En estos diez años estrenamos dieciseis obras.
-¿Cuántos actores y actrices están vinculados a tus obras?
-En mis elencos tengo más de treinta actores trabajando y eso me motivó más cada día para tenerlos ocupados, por que muchos de ellos no tienen trabajo, como les pasó a muchos compañeros teatristas de la ciudad. Recién en octubre pudimos tener ensayos presenciales con cada elenco y con no más de tres compañeros por vez. Aprendimos a respetar el distanciamiento social, a expresarnos con barbijos y a saludarnos golpeándonos el puño. Los abrazos, esos que te acomodan, se siguen haciendo esperar. Así llegó enero y con él los estrenos.
-¿Y hasta ahora cómo se van desarrollando las obras?
-Todas las funciones de los distintos espectáculos y en todos los lugares donde trabajamos lo hacemos con localidades limitadas por protocolo, en algunos espacios solo entran diez o quince personas, pero te aseguro que las hacemos como si enfrente hubiera mil, con las energía y las ganas acumuladas durante todo este tiempo en el que estuvimos en las gateras.