“Tanto amor me hace mal”, primera serie web retro, con referencias a Mar del Plata
La producción del grupo Wisky en Youtube está ambientada en la década del '60. La historia combina personajes muy diferentes entre sí, que coinciden en una pensión. La historia cuenta con el actor marplatense Daniel "Pirrimpi" Muñoz y forma parte de un proyecto que incluye una fotonovela y un video clip.
“Tanto amor me hace mal” es la primera serie web retro, realizada de manera totalmente independiente por el proyecto Wisky. Fue estrenada en Youtube durante los primeros días de cuarentena y se puede ver de forma gratuita. La producción forma parte de una iniciativa que se completa con un video clip y una fotonovela.
El proyecto está escrito por Karina Bazán Carpintero y Marcelo “Chelo” Margal, quienes reunieron al grupo de actores y actrices que dieran vida a esta historia de personajes que tienen una cosa en común: sufren de amores tóxicos.
Entre los protagonistas, cuentan con el marplatense Daniel “Pirrimpi” Muñós (Fortunato). La serie tiene, además, varias referencias a Mar del Plata, porque según Bazán Carpintero “si nos referimos a los ’60, tiene que estar presente la ciudad que, además, amamos”.
El equipo se completa con Ariel Cortina, Elizabeth Santana y Mabel Marcel (también a cargo de la dirección musical). El rodaje fue realizado durante 2019 -“sin un peso, lo que se dice ‘cine guerrilla'”, apuntó Bazán Carpintero- en formato HD, imagen blanco y negro, y busca recrear las comedias y teleteatros de los años ’60.
El Proyecto Whisky, iniciado en 2018, se inició con “Cláusula de amor”, una fotonovela digital, videoclip del tema original y cortometraje, que participó en varios festivales.
Mirá el trailer de Tanto amor me hace mal”:
– ¿Cómo surgió la idea de realizar una serie web retro?
– En 2018 junto al actor Chelo Margal comenzamos a trabajar sobre mi idea de realizar una fotonovela en blanco y negro, como las de los 60. Escribimos una historia “Cláusula de Amor” y convocamos a actores amigos para hacer las fotos. La revista se publicó digitalmente y gustó tanto que un compositor amigo nos propuso hacer el “tema de la novela” y quisimos hacer también un videoclip en el que sólo incluimos una parte de la historia. Ahí nació la idea de filmarla entera, pero había dos actores que no podían estar por cuestiones laborales y decidimos escribir una historia nueva, TAMHM, y realizarla en los tres formatos, fotonovela, videoclip y serie web.
– ¿Por qué eligieron la década de los ’60?
– Los ’60 son una bisagra, es la época en que se junta la voz de las fotos de las revistas y la voz de las radionovelas y nacen los teleteatros. Las primeras novelas tienen un ritmo muy particular, una fusión con lo teatral. En esa época se creó un nuevo lenguaje que en oportunidades paralizó a un país frente al televisor.
– ¿Qué desafíos les planteó encararlo de manera independiente?
– Cuando arrancamos sólo teníamos la experiencia de dos días de rodaje mudo y un equipo reducido. No nos imaginamos un montón de cosas que íbamos a tener que sortear a lo largo del rodaje. El equipo técnico fue rotando de jornada en jornada, porque todo se extendió en el tiempo. Filmamos los fines de semana y feriados porque eran los días que se podía por disponibilidad horaria de los actores, técnicos e inclusive la locación. Por suerte siempre tuvimos amigos que colaboraron con los equipos y nos prestaron utilería. Las últimas tres jornadas de rodaje que corresponden a todo lo que sucede en el cabaret, fueron maratónicas y agotadoras, pero nos motivó el saber que a pesar de todo logramos terminar lo que nos propusimos.
– Habrán tenido que realizar un minucioso trabajo para la reconstrucción de la época y la caracterización de los personajes ¿Cómo fue?
– Tanto Chelo como yo somos dos enfermitos del cine nacional y con muchas horas de tele en nuestra infancia. Chelo por su lado es además imitador, por lo que teníamos mucho vestuario y pelucas vintage (tiene cerca de 300).
Paula Nogara Boo es una excelente escenógrafa y vestuarista y aportó todo lo que nos faltaba incluyendo su magia a la hora de armar los escenarios. Solamente compramos un objeto, una botella de whisky tejida en forma de Caniche. Cuando vi a Palito Ortega usar una igual en Viva la vida, sentí que no podía faltar.
Las caracterizaciones fueron surgiendo casi mágicamente, tuvimos el buen tino de “escuchar” al personaje y que nos cuente cómo era. Nos pasó por ejemplo con Pascual, el mozo, teníamos una idea de cómo seria y llegado el momento le probamos looks hasta que dimos con el indicado, cuando lo vimos nos resultaba muy familiar, después nos saltó la ficha y nos reímos del increíble parecido que tenía con el personaje de Fernando Ciro “Cornichelli”, algo parecido sucedió con Serranito que rememora a Huguito Araña. Nos gusta pensar que son homenajes del subconsciente.
– ¿Cómo Mar del Plata?
– Nuestras historias están llenas de guiños, el video de Cláusula termina con una escena de Cecilio en Mar del Plata, porque si hablamos de los 60/70 no puede faltar Mar del Plata. En TAMHM Pura y Mecha vienen del Hogar Unzué, que cerró sus puertas como asilo a fines de los ’60. Como no pudimos viajar a filmar, quisimos que la ciudad estuviera presente de alguna forma. Que Dani fuera de allí es un extra. Ojalá tuviéramos la oportunidad de filmar más por allí, es una ciudad llena de secretos y vivencias de aquellos años mágicos.
El proyecto se llama Whisky porque en aquellos años en el cine y la tele se tomaba whisky y se fumaba sin desparpajo, y cuando se hablaba de playa y vacaciones, se hablaba de Mar del Plata.
– ¿Cómo se incorporó Daniel Muñoz?
– Cuando escribimos los personajes de Cláusula íbamos pensando en los actores que los interpretarían. Cuando decidimos hacer Tanto amor, le preguntamos al grupo original si quería participar y en base a ellos armamos la historia como coral y a medida que necesitábamos personajes secundarios íbamos pensando en los amigos que cubrirían los roles.
Daniel había trabajado conmigo en un corto de Adrián Cobos, donde hacía de mi hijo. A partir de ahí quedamos en contacto. Fue el primer actor convocado porque tenía ganas de hacer algo más con él y porque sus bigotes ameritaban un viaje en el tiempo. Daniel es un actor versátil con gran sentido del humor y muy generoso. Hoy es un pilar fundamental del proyecto Whisky y si encaramos una nueva historia es un actor que no puede faltar.
– Situar las historias en torno a una casa/pensión ¿ofrece un recurso inagotable para el cruce de personajes que, quizás, no se relacionarían en otros contextos?
– Elegimos el escenario de la pensión porque disponíamos de ese espacio que nos prestaban indeterminadamente. La vieja casona de dos pisos en San Cristóbal es en realidad una fundación que se dedica a la investigación, prevención y docencia en materia de adicciones (Fondo de Ayuda Toxicológica). Las puertas alrededor del patio nos daban la posibilidad de crear una historia de enredos entre los personajes. Puertas que esconden historias que no son lo que parecen. Personajes que aparentan ser alguien muy diferente a su realidad. Quisimos que esos personajes también interactuaran fuera de su hogar y es ahí donde aparece el Cabaret y una vez más jugar con el concepto de lo que se cree versus la realidad. Todos los escenarios ocurren en la misma locación, salvo el comedor de Sebastiana y la terraza de la pensión. Increíblemente fue mucho más difícil adaptar el patio para que no se vean rastros de “Modernidad” que armar el cabaret.
Cuando la escribimos nos dimos la licencia de poner personajes donde se suponía que no tenían que estar. Eso permitió que tomaran otra dimensión y que lo que parecía absurdo terminara siendo fundamental en la historia.
– En esta reunión casi impensada de personajes que parecen no tener que ver entre sí ¿Se genera un ambiente fértil para la amistad, la camaradería a pesar de las diferencias?
– Originalmente teníamos una idea de cómo sería la historia y quiénes los protagonistas. A medida que fuimos escribiéndola (nos juntamos una vez por semana 5 horas durante 10 encuentros) los personajes fueron cambiando y mostrándonos su verdadera personalidad. Es así como Orestes se convirtió en un glotón y Sebastiana en una vieja rezongona. En el caso de Daniel Muñoz, habíamos usado cosas de su personalidad como guiño para su personaje, pero al momento de ponerse en la piel de Fortunato, Dani sintió que estaba recreando a su abuelo en muchos aspectos incluyendo un parecido físico notable. Con Serranito nos paso algo particular, cuando Marito Falcón vino a filmar sus primeras escenas, nos dimos cuenta de que ese personaje necesitaba más presencia y modificamos el libreto en función a eso.
El concepto de “Tanto amor me hace mal” tomó otra dimensión, ya no era un tema de amor romántico, sino de amores tóxicos. A Sebastiana le hace mal tanto amor a Dios y obliga a su hijo a tomar un camino que no quiere. A Orestes tanto amor a la comida y las letras lo obligan a seducir a Sebastiana para conseguir ventajas. A Fortunato el amor a los “Burros”, el tango y la noche lo hacen corromperse. A Lorenzo le hace mal tanto amor de su madre, y Mecha y Pura tienen que aprender a convivir con un tipo de amor que no conocen. Las diferencias diarias se licuan cuando necesitan ayuda para transitar momentos críticos en su vida, es ahí cuando pasan de ser aparentes islas a un familia sólida compuesta por individuos sin conexión aparente, sólo una vivienda común.
Encontrá todos los capítulos de la serie acá:
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