Sylvie Le Bon de Beauvoir: “Las mujeres siguen estando en segundo lugar”
Simone de Beauvoir.
por María D. Valderrama
PARIS, Francia.- A sus 79 años, la amiga, aprendiz e hija adoptiva de Simone de Beauvoir, Sylvie Le Bon de Beauvoir, se dedica en cuerpo y alma a estudiar y recuperar los escritos de la filósofa francesa. Tras publicar la novela “Las Inseparables”, trabaja ahora en la reedición de otros textos inéditos.
Nacida en Rennes en 1941, Le Bon se convirtió en los años 1960 en una de las más íntimas amigas de por la aquel entonces sexagenaria Simone de Beauvoir.
En 1980, poco antes de su muerte, la adoptó para convertirla en su heredera y gestora de los derechos de su obra, una tarea que ha desempeñado durante toda su vida y a la que se dedica íntegramente tras jubilarse como profesora de filosofía.
“El genio de De Beauvoir es que cuando habla de ella habla también de los demás. El impacto de ‘El segundo sexo’ en el mundo entero años después de su muerte es justo porque, desgraciadamente, sigue estando de actualidad. Las mujeres siguen estando en segundo lugar”, afirma Le Bon en una entrevista telefónica a EFE.
Aunque no estaban unidas por lazos de sangre, el tiempo que compartieron y la influencia de la filósofa se hace notar. Incluso en la apariencia pues el peinado que luce desde joven -como el que llevaba la escritora cuando no vestía su reconocible turbante- acentúa la sensación de que, en cierta forma, sí son familia.
Viajaron juntas, compartieron ideas y dudas, debatieron sobre la sociedad y sus propias vidas. Durante los últimos años de movilizaciones feministas, con el surgimiento del “Me Too”, Le Bon ha tenido tiempo para pensar: ¿Qué hubiera dicho Simone de Beauvoir?
“No creo excederme si digo que hubiera estado absolutamente de acuerdo sobre el fondo. Era necesario que estos comportamientos sean denunciados y que esos escándalos salieran a la luz. De hecho a veces hablábamos de ello, la escandalizaba particularmente el acoso sexual en el trabajo, estaba muy al tanto, recibía muchísimas cartas al respecto y hablábamos a menudo de ello”, añade.
La llave de sus textos inéditos
En 1954 cuando escribió “Las Inseparables”, el mismo año que ganó el Goncourt por “Los Mandarines”, se había decidido a concentrarse en su autobiografía y dejar la novela.
Jean-Paul Sartre y ella compartieron la misma opinión sobre este nuevo texto: demasiado íntimo. La escritora se quedó insatisfecha con lo que debía representar con fuerza la personalidad y tragedia de su íntima amiga de infancia, Elisabeth Lacoin, Zaza, y lo dejó en un cajón. Pero no lo destruyó como sí hizo con otros documentos.
“Me dio directrices para sus inéditos y creo que soy fiel a sus deseos publicando este libro”, asegura Le Bon, que aspira a revelar asimismo la correspondencia entre su tutora y Zaza.
Tras varios años trabajando junto a un equipo de editores en la publicación de la prestigiosa Pléaide, que De Beauvoir integró 32 años después de su muerte, en 2018, Le Bon vio que su lectura, muy acostumbrada a la escritura de la filósofa por las numerosas transcripciones que había hecho para ella, resultaba imprescindible.
“Mis compañeros estaban desesperados ante su escritura, así que estoy tratando de transcribir el máximo de inéditos porque la escritura de Simone de Beauvoir es muy difícil de descifrar y creo realmente que soy prácticamente la única que podría leerlo todo”, afirma orgullosa entre risas.
Este vínculo le ha permitido rescatar parte de su correspondencia y diarios, publicados en estas últimas décadas, y ahora esta novela de apenas un centenar de páginas, esencial para comprender cómo nació el pensamiento de De Beauvoir.
Una amistad trascendental
En “Las Inseparables”, publicada en español por Lumen, De Beauvoir convierte su relación con su íntima amiga Zaza en una ficción que permite comprender mejor la opresión y la alienación de las mujeres a principios del siglo XX, y contra la que ambas intentarían rebelarse.
De Beauvoir lo consiguió. Zaza se quedó en el camino.
“Esta gran amistad marcó la juventud de De Beauvoir y la muerte de Zaza la destrozó. Pensó que en cierta manera la habían asesinado. Con sus libros quiso hacerle justicia, resucitarla”, explica.
Trató de hacerlo en “Los mandarines”, en “Anne, ou quand prime le spirituel” y en otras cuatro novelas inéditas en las que trabaja actualmente Le Bon.
El libro, que la autora dejó sin título y ha sido bautizado por la propia Le Bon con el mote que recibían las dos amigas, fue el último intento antes de lanzarse a la autobiografía “Memorias de una joven formal”.
Pero Zaza siempre fue un fantasma, una muerte que vengar.
“Habían compartido años de lucha contra su entorno para ser ellas mismas y cuando Simone de Beauvoir triunfa en su batalla y ve el mundo abrirse ante sí, Zaza muere. Comprendió que el ambiente burgués, conservador, católico y conformista era odioso y luchó toda su vida contra esas prisiones”, explica.
Zaza es la llave del pensamiento de Simone de Beauvoir y, en gran medida, las motivaciones de su lucha, como reconoce Le Bon: “Transformó el caso de Zaza en el caso general de todas las mujeres”.
EFE.
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