Sufrió el robo de su moto y luego quisieron hacerle el “cuento del tío”
Un delincuente se la llevó a tiro de la puerta de la casa de la víctima, ubicada en Quintana, entre Mariano Acosta y Bahía Blanca. Más tarde, un estafador vio la publicación en Facebook y se hizo pasar por el ladrón para exigirle dinero si quería recuperarla.
Fabián Merlo es un buscavidas. Para mantener a su familia, compuesta por su esposa y sus tres hijas, opera un carrito de comidas en la ruta 88 y Gaboto, y también recolecta cartones cuando algunas firmas locales le avisan que tienen un sobrante para darle.
Habitualmente, sus esfuerzos y los de su pareja alcanzan para llegar a fin de mes con dignidad. Pero para eso, un elemento clave era su motocicleta marca Gilera. La misma que un ladrón le robó este domingo al mediodía de la puerta de su casa.
El hecho quedó registrado en un video que tomó una cámara de seguridad ubicada en la zona de Quintana y Mariano Acosta. Pero eso no fue todo: por la tarde, y mientras hacía la denuncia en la comisaría, recibió un llamado de otro delincuente que intentó hacerle un “cuento del tío” tras hacerse pasar por la persona que había sustraído el vehículo al ver una publicación de su hija en Facebook.
Un delincuente se la llevó a tiro de la puerta de la casa de la víctima, ubicada en Quintana, entre Mariano Acosta y Bahía Blanca.
Más tarde, un estafador vio la publicación en Facebook y se hizo pasar por el ladrón para exigirle dinero si quería recuperarla. pic.twitter.com/kB8tfhHuVI
— La Capital MdP (@lacapitalmdq) December 30, 2024
“La moto son mis piernas”, dice Fabián a LA CAPITAL, mientras pide ayuda y solidaridad a los marplatenses que puedan aportar datos del paradero del rodado. Además, se queja por la inseguridad en su barrio: “El 24 diciembre le robaron a un vecino: le desmantelaron el auto. Y el 23 le habían abierto el portón a otro, al que le sacaron todas las herramientas que pudieron”, revela.
Hurto y posible estafa
De acuerdo al a reconstrucción de los hechos, el domingo a la mañan Fabián recibió el aviso del empleado de un local que habitualmente le dona cartones. “Hay varios negocios y empresas que me avisan para que los vaya a buscar porque saben que mi hija hace patín carrera, y con eso más el puesto de choripanes y comida solventamos sus gastos”, señala en diálogo con este medio.
Tras la comunicación, el trabajador fue hasta el lugar en su moto, que llevaba acoplado un carrito donde depositó los restos que le habían regalado. Al regresar a su casa, cerca de las 12.30, su esposa estaba por ir al supermercado, y él decidió acompañarla.
“Fueron 20 minutos y cuando volvimos, antes de la 1, ya no estaba más”, detalla. Y es cierto, en el video que tomó la cámara de seguridad de su vecino se puede observar que el robo se produjo alrededor de las 12.40.
En las imágenes se puede ver como un ladrón que venía caminando por la calle rompe el trabavolante, desprende el carrito y se lleva el rodado a tiro. Más tarde se sabría que, cinco minutos después, logró arrancarlo a la vuelta de la casa de la víctima, y huyó a bordo en dirección desconocida.
Al volver del supermercado, Fabián detectó el faltante y horas después se dirigió a la comisaría decimosegunda -con jurisdicción en la zona- para hacer la denuncia. Fue entonces cuando recibió un llamado telefónico de un número privado.
“Si querés la moto la tengo yo”, le dijo alguien del otro lado de la línea. “Podemos arreglar una guita y te la devuelvo. Pero primero, como adelanto, me vas a tener que hacer una transferencia de 15 mil pesos cuando yo te diga un alias“, añadió el interlocutor.
Fabián no entendía cómo esa persona que lo llamaba tenía su contacto. Luego, al consultar con una de sus hijas, supo que otra había realizado una publicación en su página de Facebook en busca de obtener datos sobre el paradero de la moto. Además, en su llamado a la solidaridad había escrito dos números de teléfonos como referencias para comunicarse y uno de ellos era el de su padre.
Como se encontraba en la seccional, un policía le sugirió citar al supuesto ladrón del vehículo en un domicilio. “Yo tengo que ir a la farmacia a comprarme algo para tomar porque me duele la cabeza. Hay una en Luro y Bordabehere, si querés en un rato nos vemos ahí”, le dijo Fabián al llamante.
Mientras tanto, un patrullero fue hasta el lugar. Pero allí no se presentó nadie. Inclusive, el hombre acabó por cortar la comunicación cuando la víctima le pasó el teléfono a otro efectivo, quien intentó avanzar en la negociación y le pidió datos sobre el rodado. Entonces, se supo que se trataba de un estafador que no pudo salirse con la suya y no de quien verdaderamente la había robado.
“Por el momento no tengo novedades de la moto y creo que a esta altura ya la deben haber desarmado. Siento mucha bronca y además en el barrio tenemos miedo porque hay mucha inseguridad. De noche está oscuro porque hay vecinos que se cuelgan de la luz y desconectan las farolas para conectarse ellos. Está complicada la zona”, describe Fabián.
Y concluye con un nuevo pedido de solidaridad para quien pueda aportar datos sobre su vehículo. “Por favor, si alguien sabe algo que lo comunique a la policía. Es mi herramienta de trabajo y la necesito para darle de comer a mi familia”, concluye.