Sube la temperatura electoral y jaquea la armonía del Concejo
El oficialismo y la oposición intercambiaron golpes por la ayuda a los hoteles. Después celebraron al unísono la ordenanza de las destilerías. Pero la emergencia en seguridad y el salto de Lauría complican a los concejales de Montenegro.
Por Ramiro Melucci
“Positiva reunión con el sector hotelero”. Con ese título que no pronosticaba ningún chaparrón, los candidatos locales del Frente de Todos reflejaron un encuentro con el presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica, Jesús Osorno, en el que le dijeron que la eximición de tasas que impulsa el intendente fue propuesta por la oposición. El primer golpe de la campaña venía más abajo: era una acusación de indiferencia al gobierno de Guillermo Montenegro ante el terremoto que la pandemia había provocado en la actividad.
El oficialismo no lo dejó pasar. “El Frente de Todos se borró en el peor momento de la crisis”, disparó sin remilgos Angélica González, la segunda candidata de la lista de Fernando Muro. El ring electoral quedaba así oficialmente inaugurado.
Mientras el termómetro de la campaña empieza a subir, el Concejo Deliberante, destino final de las aspiraciones en el plano vernáculo, consiguió dar una imagen de envidiable armonía con la aprobación por unanimidad del proyecto del gobierno municipal para fomentar las destilerías artesanales.
El oficialismo y la oposición coincidieron en elogiar la tarea legislativa y el amplio consenso que se logró para impulsar a un sector incipiente. Un acuerdo vinculado a la promoción de la producción y el empleo resulta todavía más valorable en este momento. Cabe preguntarse, sin embargo, si en la antesala de las elecciones existe margen para no convenir en un proyecto de esa naturaleza sin incurrir en contradicciones discursivas.
La sanción de la iniciativa fue usufructuada a un lado y otro de la grieta. El municipio, con Muro a la cabeza, sacó a relucir el éxito de una propuesta oficial favorable al desarrollo productivo. La oposición, en la voz de Virginia Sívori, pudo exhibir qué tan constructivo puede ser el Frente de Todos cuando las iniciativas oficiales no le disgustan. Todos satisfechos.
Un acuerdo vinculado a la producción y el empleo resulta más valorable en este momento. Pero habría que preguntarse si hay margen para otra cosa sin incurrir en contradicciones.
La incógnita que se recorta sobre la realidad es cuánto podrá mantener el Concejo este espíritu de concordia. El proyecto del kirchnerismo para declarar la emergencia en seguridad ya divide aguas. El intendente lo tachó de electoralista y mantuvo prendida la mecha. Pero la detonación la provocó el ex oficialista Nicolas Lauría, primero en la línea sucesoria del jefe comunal, con la publicación de una carta en redes sociales en la que, en honor a su condición de ex basquetbolista, extendió el salto acrobático que dio tras el cierre de listas.
Ofendido por declaraciones del intendente, Lauría retomó la línea del Frente de Todos y arremetió contra la política de seguridad del municipio con alusiones a las promesas de la campaña de 2019. Pareció un gesto de apoyo a la emergencia. De paso castigó al secretario de Seguridad, Horacio García: dijo que solo conoció la ciudad cuando fue designado. Cuatro meses atrás lo había visitado en el Centro de Monitoreo sin ninguna queja por su condición de foráneo: definieron juntos la presentación del proyecto de traslado de la Zona Roja a la diagonal Canosa, duramente recepcionado en el Concejo.
Las oscilaciones públicas del edil, que inició su carrera política hace dos años, cuando Montenegro lo ubicó en el primer lugar de la nómina de concejales, habían comenzado antes. A mediados de 2020 se abstuvo de votar un aumento de boleto en la comisión de Transporte y ahondó una duda que ya surcaba el ambiente sobre su lealtad al intendente. Al otro día, tras una conversación con Montenegro, cambió el voto en la comisión de Legislación y apaciguó las especulaciones.
El año electoral lo encontró más cerca del jefe comunal. Arropado por el oficialismo, en marzo fue designado presidente de la flamante comisión de Seguridad. La presentación del proyecto de la Zona Roja con respaldo de la Secretaría mostró su ascendente protagonismo. Y en mayo, después del alejamiento de Alejandro Carrancio por el cimbronazo del voto contra el pliego del transporte, asumió la presidencia del bloque oficialista. En esos días un medio llegó a publicar que le había prometido fidelidad a Montenegro “hasta el último día”.
La relación concluyó bastante antes: el 25 de julio, el día siguiente al cierre de listas. A pesar de que una semana antes Lauría había renunciado al Partido Fe (que se sumó al Frente de Todos) y ratificado el respaldo al intendente, el esquivo reparto postergó sus deseos de convertir en concejal a Franco Luna. Su portazo generó un estruendo en la Municipalidad y en el COM. Aunque se procure disimular, dejó al oficialismo seriamente comprometido para afrontar los últimos dos años de gestión montenegrista.
En un principio hubo oficialistas que, preocupados por el poroteo legislativo, soñaban con mantenerlo cerca. La decisión de conformar una nueva bancada con Carrancio y la explosiva carta de la semana pasada empiezan a espabilarlos.
Ofendido por declaraciones del intendente, Lauría retomó la línea del Frente de Todos y arremetió contra la política de seguridad del municipio con alusiones a las promesas de la campaña de 2019.
El tránsito que le espera a la emergencia en seguridad, con la que el kirchnerismo buscará demostrar que la política en esa materia no es lo reluciente que se prometió, amenaza con convertirse en un muestrario de las carencias de Juntos por el Cambio en el Concejo.
Primero será tratada en la comisión de Seguridad, que luce ahora una distribución favorable a la oposición (el vicepresidente es Vito Amalfitano, autor del proyecto). Después en la de Legislación, donde el oficialismo también quedó diezmado. Solo la de Hacienda podría frenarlo, si es que fluye la sintonía de Montenegro con Acción Marplatense.
El partido de Gustavo Pulti le esquiva por el momento a la controversia. El miércoles a la tarde, el ex intendente y su candidato en Mar del Plata, el primer jefe de la Policía Local, Fernando Telpuk, mantuvieron un contacto en vivo por Facebook con vecinos. En un tramo que no salió en la gacetilla que publicaron los medios, Pulti aclaró que Acción Marplatense no formará parte “del reclutamiento de contras que habitualmente se produce en los dos proyectos políticos que tienen hasta aquí mayor envergadura nacional”.
Hay concejales que posan sus miradas más allá del debate de la emergencia y de las elecciones. Cuando el gobierno municipal necesite aprobar las ordenanzas fiscal e impositiva, vitales para el funcionamiento de la comuna. Precisará una mayoría absoluta de la asamblea de concejales y mayores contribuyentes. Hoy no se avizora cómo podría conseguirla. Pero acaso sea demasiado pronto para aventurarse en el análisis: las fluctuaciones de la política, está a la vista, nunca dejan de sorprender.
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