Las grandes historias en que se transforman los eventos de gran magnitud, en este caso deportivos, derivan en cientos, miles de pequeñas historias particulares.

Esta nueva edición del Maratón Internacional “Ciudad de Mar del Plata” no estará exenta de esos perfiles atractivos y susceptibles de ser contados.

Como las de Stella Maris DelPapa y Juan Carlos Gallo. No tienen relación alguna entre ellos, pero serán protagonistas de esta carrera que ningún “runner” parece querer dejar pasar.

Stella Maris, de jóvenes 72 años, competirá en su maratón ¡número 83! Lo hizo varias veces en Mar del Plata, también en Buenos Aires, y entres sus credenciales figuran varios medios maratones.

Es, además, la primera mujer que corrió un maratón completo en Argentina, allá por la década del ’70. Su historia la acercó Martín Beruti, un marplatense que, paradójicamente, competirá por primera vez en los 42,195 kilómetros en su ciudad. Conoció a Stella Maris, oriunda de 25 de Mayo, en el maratón de Buenos Aires, en 2022.

Otro caso atrapante (y seguramente no será la única narrativa con suficiente atractivo) es el de Juan Carlos Gallo. Un marplatense de 56 años, pintor de obra de profesión, quien ha participado en todas las ediciones de los 42K de Mar del Plata, la primera de ellas, en 1987.

Sólo no se realizó entre 2009 y 2011, y luego, a causa de la pandemia, entre 2020 y 2021. Antes y después, Gallo siempre estuvo presente.

Desde sus comienzos, fue su propio profesor y entrenador. Su rutina de entrenamiento arranca todos los días a las 3.30 de la mañana, desde avenida Champagnat y Alvarado hasta Batán. Según anunció, ésta de 2024 será su última aparición en la distancia “full”. Toda una declaración teniendo en cuenta que nunca faltó hasta ahora.

Su caso particular lo hizo público José Luis López, actual miembro de la comisión directiva del Círculo de Periodistas Deportivos y conocedor como pocos de los marplatenses anónimos que hacen su camino en el ámbito del deporte.

Stella Maris y Juan Carlos. El amor por la actividad física y la pasión por hacer lo que a uno le gusta y lo hace sentir bien, no saben de edades cronológicas.

En definitiva, relatos mínimos que sirven para personalizar a miles de corredores anónimos que, lejos de los grandes nombres que lucharán por la victoria y los titulares importantes, competirán contra ellos mismos o con objetivos puntuales: mejorar la marca, disfrutar del recorrido o simplemente, llega a la meta.