Matías Soulé, el marplatense que es seguido de cerca por Pirlo: “Sería muy lindo debutar en Juventus”
El zurdo de 17 años se destaca en el Sub 19 de uno de los clubes más importantes del mundo. En una entrevista con LA CAPITAL recordó su infancia en esta ciudad, habló de su actualidad en Torino y expresó cuáles son sus deseos deportivos.
Soulé ya muestra sus condiciones con la 10" de Juventus Sub 19.
Matías Soulé vive en un mundo de ensueño. Ya le hizo un pase a Buffon y vio a metros de distancia los goles de Cristiano Ronaldo y Paulo Dybala, con quienes pretende tirar paredes dentro de poco tiempo. Algo inalcanzable para la mayoría, pero no utópico para el marplatense que se destaca en el equipo Sub 19 de Juventus bajo la atenta mirada de Andrea Pirlo.
“Sería muy lindo debutar en el primer equipo acá, ojalá se me dé”, dice en una charla con LA CAPITAL desde Vinovo, ciudad metropolitana de Torino, Italia, donde está instalado junto a su familia.
Soulé tiene 17 años y, lógicamente, no muchas entrevistas. Por eso busca ser medido en sus respuestas. Pero en distintos momentos se libera y cambia el tono de voz en el teléfono. “Hice de alcanzapelotas en un Juventus-Torino. ¡No sabés lo que fue ver el gol de tiro libre de Cristiano desde atrás del arco de Buffon! ¡Cómo bajó esa pelota, fue una locura!”, contó con la naturalidad propia de un joven que disfruta estar en un lugar privilegiado, mientras se propone ser el protagonista de esas historias en la elite del fútbol.
Las expresiones más efusivas las repite en otros tópicos: la Selección Argentina, Independiente, los recuerdos de su etapa infantil en Mar del Plata y el deseo de debutar en Juventus. Anhelo que el mediocampista ofensivo zurdo persigue mientras compite en el Torneo Primavera, principal campeonato de inferiores del Calcio: en el último partido marcó un gran gol y dio una asistencia en el 3-3 ante Atalanta.
– ¿Cómo es tu presente en Juventus?
– Estoy en Italia desde enero del año pasado. Pero jugué apenas dos partidos en todo el 2020, por lesiones y la pandemia. Encima, antes había estado parado también en Argentina. Pero este año jugué casi todos los partidos. Cuando no fui titular, tuve minutos ingresando desde el banco.
– ¿Te adaptaste rápido al fútbol italiano?
– Sí, bastante bien. Acá es un fútbol distinto: más táctico, rápido, con mucha presión y menos espacio. Pero cada vez tengo mayor confianza con el entrenador y mis compañeros. Y siempre estoy tratando de mejorar.
– ¿Cómo es ser jugador de Juventus? ¿Cuál es tu rutina diaria?
– Entrenamos todos los días, de mañana y/o tarde. Una, dos horas, o a veces más tiempo. Por suerte me llevo bien con todos los compañeros. Por el continuo contacto con ellos estoy empezando a aprender el idioma, más allá que tomé un par de clases de italiano.
– Es un club que nuclea a los mejores jugadores de distintos países. En el vestuario hay chicos con distintas culturas y pasados muy diferentes. ¿Cómo vivís en esa diversidad?
– En el plantel Primavera (Sub 19) hay muchos jugadores extranjeros: de Francia, Austria, Suiza, distintos países de Africa… Por suerte también hay otro argentino (el cordobés Enzo Barrenechea). Desde el primer día me integraron y me facilitaron la adaptación, así que estoy muy bien.
– ¿En qué aspecto del juego te sentiste fuerte y lograste hacer lo mismo que en Argentina? ¿Y en cuál deberías mejorar?
– Mis características son la gambeta, el dribling, el uno contra uno. Trato de marcar diferencia con el cambio de ritmo. Pero acá hay muchos jugadores buenos. Tengo que mejorar en el aspecto físico y defensivo. Me piden que haga “la banda”, así que tengo que bajar bastante, algo en Argentina no hacía. Y estoy con una rutina en el gimnasio, porque lógicamente tengo que armarme más y tener un buen estado físico porque el roce en Sub 23 o en el primer equipo no será el mismo.
“Siempre fue un jugador muy rápido, de buen dribling y habilidad con la pelota. Una especie de Rodrigo Palacio, no tan veloz pero con más técnica”, dijo “Nacho” Méndez, su DT en Kimberley.
– ¿Qué te sorprendió de la estructura de un club de ese nivel?
– Sobre todo la organización, porque están hasta en el mínimo detalle. Después, cómo tienen las instalaciones y cómo son los proyectos. Ellos prestan mucha atención a las inferiores. Pirlo (DT de Juventus) ya vino a vernos varias veces y los dirigentes también.
– ¿Hablaste con Pirlo? ¿Tuviste algún contacto con Ronaldo, Dybala o algún otro jugador?
– No hablé con Pirlo, pero sé que nos está siguiendo. Tampoco tuve la posibilidad de entrenar con jugadores del primer equipo porque ellos lo hacen en un predio cercano al estadio en Torino y nosotros en la ciudad de Vinovo. Pero pude ir a ver un partido de Champions y otro de Serie A contra Milan, en la época que se podía entrar a la cancha. También los pude ver de cerca cuando me tocó ser alcanzapelotas. El estadio es hermoso, muy moderno.
– La prensa italiana dijo que eras “el nuevo Di María”. Hace poco fuiste elegido entre los 100 jugadores jóvenes del mundo. ¿Más allá de sentir orgullo, qué pasa por tu cabeza cuando hay tanta expectativa puesta en vos?
– Lógicamente que uno siente orgullo, pero no le doy tanta importancia a eso. Tengo mi cabeza puesta en mejorar, adentro y afuera de la cancha, a nivel individual y grupal. Lo que quiero es debutar en Primera, acá o en otro lado. Sería muy lindo hacerlo en Juventus, ojalá se me dé.
– ¿El próximo objetivo, previo a llegar al primer equipo, es jugar en el Sub 23?
– Sí, obviamente. El Sub 23 es el segundo equipo de Juventus y disputa la Serie C. Ahí ya enfrentaría a jugadores profesionales de todas las edades.
– ¿Cómo te afectó tu salida controvertida de Vélez? Fuiste maltratado por irte mediante la patria potestad detrás de un sueño…
– Muy mal, obviamente. Más que nada por cómo se dio la situación. Supuestamente nos iban a llamar para firmar el primer contrato antes de cumplir los 15 años, pero a tres días de mi cumpleaños no lo habían hecho. Por esos días yo tenía que ir a jugar a Francia con la Selección Argentina Sub 16 y, cuando fui al entrenamiento, me dijeron que no podía practicar porque no había firmado en Vélez. Después tuvimos la propuesta de Juventus y también de otros clubes y decidimos tomar esta posibilidad.
– ¿Te gustaría volver a ser llamado al seleccionado juvenil? ¿Tenés contacto con Pablo Aimar o Fernando Batista?
– Siempre digo que no hay nada más lindo que estar en el predio de Ezeiza o viajar con la Selección. El año pasado hicimos video llamadas grupales con Placente, Aimar. Este año todavía no hablé, no sé si lo estarán haciendo. Pero las ganas de volver están, obviamente.
Del barrio SOIP al Juventus Center
De pequeño, cuando desafiaba a los chicos más grandes en la “canchita” del barrio SOIP, Matías Soulé no conocía ni la existencia de un club llamado Juventus. Llevaba una camiseta de Independiente y decía “dale rojo” para complacer a Néstor, su padre.
Tenía 3 años y muchas ganas de jugar al fútbol. No pudo inscribirse en Kimberley por su corta edad, pero Carlos Soria le hizo un lugar en Argentinos del Sud. Cuando debía pasar a “cancha de nueve”, hizo una prueba en Kimberley. “Yo siempre quiero ver a los chicos durante una semana para que tengan tiempo suficiente para desenvolverse, porque al principio no están tan sueltos. Recuerdo claro el primer día que vino Matías porque hizo cosas que no se las vi a otros nenes. En un trabajo reducido empezó a tirar fantasías. Hizo “la bicicleta” y me impresionó con su dribling. Terminó esa práctica y hablé con el padre porque lógicamente ya quería que se quede”, contó Ignacio Méndez, uno de sus formadores en Kimberley.
– ¿Cómo se originó tu amor por el fútbol?
– Mi “viejo” es un loco del fútbol, le encanta. Yo nací con una pelota abajo del brazo. Desde los tres años quería jugar y entonces hice salón en Argentinos del Sud. En predécimas pasé a Kimberley, donde estuve hasta los 11 años que fui a Vélez.
– ¿Qué recuerdos tenés de esa etapa infantil en la ciudad?
– Los mejores. Con mis compañeros 2003 sigo teniendo relación. Siempre me dan ganas de volver a vivir esos momentos. Tengo grandes recuerdos, como cuando salimos campeones con Kimberley.
“Era habilidoso y gambeteador, pero también asistente. Flaco, largo, de buen tranco y le pegaba con potencia a la pelota. También inteligente. Hacía mucha diferencia”, dijo Alberto Curuchet, formador en Kimberley.
¿Qué cosas extrañás de Mar del Plata?
– La familia: la abuela, los primos, los tíos. Pero acá estoy con mi viejo, mi hermano (Agustín), mi mamá (Virginia) y mi novia (Candela). Cuando fui a Vélez me adapté muy bien pese a la corta edad. Me ayudaron mucho en el club porque era de los más chicos en la pensión. Ahora tengo el apoyo familiar. Mi “viejo”, que en Vélez no podía ir a verme entrenar, ahora se pone atrás de los arbustos para seguir las prácticas en Juventus.
– A los 11 años ya te fuiste solo a otra ciudad por un sueño. ¿Desde chico tenías claro el objetivo de ser futbolista profesional?
– Sí. Y siempre traté de ir por otros objetivos. Cuando estaba en Kimberley, la idea era ir a un club de Buenos Aires. Después aposté a esta oportunidad. Mi sueño siempre fue ser jugador de fútbol.
– Elegiste un camino difícil, nada menos que en Juventus…
– Sé que no es fácil, pero voy a dar todo para tratar de debutar acá.
– ¿Seguís el fútbol argentino?
– Por suerte ahora están pasando los partidos por la TV acá. Antes lo mirábamos por internet. Soy hincha de Independiente y lo sigo siempre con mi papá.
– ¿Qué ídolo tenías cuando eras más chico y a quiénes admirás actualmente?
– Al ser hincha de Independiente, de chico admiraba al “Kun” Agüero. Después, el mayor ídolo que tengo es Messi. De Juventus obviamente me gustan Cristiano Ronaldo y Dybala. Y de otras ligas Lewandowski o Neymar.
– ¿Te gustaría en el futuro jugar en Independiente?
– Ojalá, sería hermoso. Me encantaría jugar en Independiente, pero eso ahora no lo pienso porque quiero y me propongo debutar en Juventus. Ese es el mayor objetivo que tengo.
Matías se despide muy agradecido por la nota y pregunta cuándo va a salir para avisarle a su abuela, que seguramente comprará el diario. Se percibe que mantiene la humildad del pibe de barrio. “Siempre tuvo los pies sobre la tierra”, aseguró “Nacho” Méndez, uno de sus primeros entrenadores. “Si bien se destacaba mucho, era muy compañero de los otros chicos y siempre estaba con una sonrisa“, lo describe Alberto Curuchet, otro de sus formadores. Hoy la vida le sonríe a él, que disfruta su presente y se plantea grandes objetivos para el futuro.